Los agujeros negros son probablemente uno de los cuerpos celestes que nadie querría encontrarse en su camino en caso de hacer un viaje espacial. Por desgracia, estos se encuentran por todo el universo y entrar en la zona gravitatoria de algunos de ellos supone la muerte prácticamente instantánea de quien se acerque. Por eso, el mero hecho de saber que un grupo de agujeros negros se está acercando a la Vía Láctea es motivo más que suficiente para entrar en pánico.
Si fuera uno, la gran preocupación de todos no sería otra que la de encontrar una forma de huir a un planeta B, pero el problema está en que estamos hablando de una masa de nada menos que 1000 agujeros negros.
La vía láctea podría estar en peligro
Como hemos dicho antes, los agujeros negros son cuerpos celestes muy imponentes que tienen como característica principal su proteína de succión. Nadie sabe lo que hay en su interior, más allá de que se iniciaría un proceso de lo que se conoce como espaguetización que acabaría con la vida tal y como la conocemos. El problema está en que se junte un grupo de estos, lo que ha pasado al contemplar el cúmulo estelar de Palomar 5.
Este se encuentra en una corriente estelar que se extiende a lo largo de 30.000 años luz y está situada a unos 80.000 años luz de distancia. El problema está en que en este cúmulo estelar contiene nada menos que 100 agujeros negros que han sido identificados. Se supone que cada uno tiene una masa de 20 veces la del Sol y se formaron por explosiones de supernovas.
Sin embargo, es importante destacar que a lo largo de toda la Vía Láctea hay muchos de estos cúmulos circulando en corrientes estelares. De hecho, algunos de estos cúmulos podrían fusionarse entre sí para crear otros nuevos en función de la masa de que disponen hasta llegar incluso a los pesos pesados supermasivos.
La gran incógnita es: ¿estamos a salvo?
Con esta previsión, podrías pensar que la vía láctea está en peligro de ser succionada por estos agujeros negros, pero nada está más lejos de la realidad. Estas formaciones son de lo más normales a lo largo del Universo y no es de extrañar que las haya en los aledaños de nuestro Sistema Solar.
Ten en cuenta que estamos en la Vía Láctea y este cúmulo de estrellas contiene un buen grupo de elementos distribuidos a años luz de nuestro planeta, por lo que por mucho que se muevan hay pocas probabilidades de encontrarnos con uno de ellos.
Eso si, estamos hablando de unas formaciones que podrían llevar años funcionando en el Universo, probablemente incluso antes de la formación de la Tierra, pro lo que podrían considerarse como elementos que estudiar a futuro para entender más cosas sobre la formación del universo.