A lo largo y ancho del universo el ser humano ha encontrado diferentes exoplanetas donde podría ser posible habitar el día de mañana. El problema ya no tiene que ver con el tamaño de estos astros sino con la lejanía que hay desde la Tierra a ellos. Lo que llama la atención es que en los últimos años ha habido una estrella alrededor de la cual han girado nada menos que cuatro exoplanetas que podrían ser considerados como una segunda Tierra.
Lo mejor de todos ellos no es que tengan un tamaño cercano al de nuestro planeta sino que están a una distancia muy inferior a la que otros planetas a las que también podríamos considerar el nuestro.
La estrella de Barnard, el nuevo vecindario
Una de las cosas que más llama la atención del universo es que a estas alturas todavía no conocemos ni una pequeña parte de su composición. Tanto es así que en ocasiones solo podemos hablar de lo que hemos descubierto a miles de años luz, cuando es curioso saber que todavía tenemos cosas por conocer aún más cerca y que por desgracia pasan desapercibidas. El ejemplo más claro es la estrella de Barnard, una de las más cercanas a nuestro Sistema Solar y que por si fuera poco ha ofrecido a los investigadores un hallazgo que es más que interesante para todos los que están esperando la llegada de las buenas noticias que puede traer un exoplaneta que podría ser compatible con la vida humana.

Al parecer, un equipo de investigación ha analizado durante ciento doce noches uno de los telescopios más importantes y potentes de Chile y encontraron nada menos que cuatro exoplanetas similares a la Tierra. Concretamente, tienen entre un veinte y un 30%, el tamaño de nuestro planeta y lo mejor de todo es que están mucho más cerca que el resto de astros que se han estudiado hasta la fecha.
Estamos hablando de edad y nada menos que seis años luz, una cifra que es realmente baja si tenemos en cuenta la lejanía a la que te puedes encontrar otros planetas que están incluso más lejos de los límites de la Vía Láctea.
Pero ¿Son habitables?
Esta es la gran pregunta que muchos se hacen al escuchar la palabra exoplaneta y lo cierto es que están casi en lo cierto. Y decimos casi porque aunque se parezcan mucho en tamaño a la Tierra hay elementos que son realmente importantes a la hora de saber si podrían o no formar parte de ese cúmulo de planetas candidatos albergar la vida humana algún día.
Por desgracia, ninguno de estos planetas serviría para este fin y todo tiene que ver precisamente con la estrella de Barnard. Resulta que estos planetas orbitan alrededor de esta estrella desde una posición muy cercana, por lo que hablamos de planetas cuya parte más superficial está compuesta principalmente de roca y por desgracia el clima allí es exageradamente cálido. Por lo tanto las buenas noticias están en que cada vez somos capaces de encontrar planetas similares a la tierra con mayor precisión ya que algunos son más pequeños que nuestro planeta