Se acerca uno de los momentos más interesantes para la población norteamericana: sus elecciones a la Presidencia de los Estados Unidos. Cada quien ya tiene elegido a su candidato y solo puede ver cómo se desarrolla la campaña de cada uno y esperar que el día 5 de noviembre salga su candidato elegido. Mientras tanto, hay votantes que no lo tienen claro y pueden cambiar su intención de voto charlando con los últimos chatbots con inteligencia artificial.
Esto no es del todo bueno, ya que este tipo de programas están pensados para desequilibrar la balanza a un candidato u otro en función del sesgo político del creador, cuyo fin es recabar más y más votos.
Las tecnologías más influyente al servicio de la política
Para los políticos hay mucho trabajo durante el periodo de campaña. Su intención no solo es asegurar los votos de los estados afines, también convencer a los indecisos de que la mejor propuesta es la suya. Los viajes por los diferentes estados dando mítines siguen siendo claves, pero no hay que dejar de lado el impulso que las redes sociales.
El problema es que en estos canales puede haber bulos o desinformación, algo que en cada casa hemos visto que hay formas de combatirlos para que las personas vivan con la información más veraz y contrastada posible gracias a medidas como la verificación de medios oficiales. Sin embargo, la inteligencia artificial juega un papel fundamental ahora, tanto que lo último para conseguir la atención de los votantes tiene que ver con el uso de la inteligencia artificial y los chatbots.
Estos últimos están a la orden del día, ayudando a diferentes empresas a dar un servicio de atención al cliente personalizado y de actuación rápida para dar respuestas precisas a las necesidades de los usuarios. Sin embargo, al mezclarlos con la inteligencia artificial y los modelos de lenguaje hay personas que pueden dar un lenguaje cercano a lo que un líder político quiere dar a sus votantes.
Según una investigación del científico informático David Rozado, de Otago Polytechnic en Nueva Zelanda los sistemas como ChatGPT o Gemini son capaces de realizar discursos políticos y, curiosamente, la forma en la que tomaban sus propias direcciones no estaba ni cerca de ser neutrales con preguntas sobre temas en los que la orientación política tiene mucho que ver. Tanto es así que el propio Rozado ha afirmado que “la mayoría de los LLM existentes muestran preferencias políticas de centro-izquierda cuando se evalúan con una variedad de pruebas de orientación política”.
Lo cierto es que no está claro cómo consigue el chatbot tener esa consciencia de manera que un usuario anterior no la haya introducido previamente ya sea por programación en sus sistemas conversacionales o incluso por un promt generado previamente. El caso es que gracias a estos bots sería posible que otros usuarios interactuaran con ellos en redes sociales o aplicaciones dedicadas dando argumentos a favor o en contra de un candidato, una característica que debería regularizarse para hacer que estas piezas de código sean imparciales en sus suposiciones iniciales.