Los trasplantes de órganos son muy comunes y ayudan a que una persona de una parte de sí para que otra pueda vivir su vida. Son muchos los que se convierten en donantes y desean que sus órganos sean utilizados el día de mañana si están en buen estado, pero lo cierto es que hay algunos que son muy difíciles de trasplantar. A día de hoy es posible poner corazones, riñones o pulmones de un cuerpo a otro, pero lo que era casi imposible hasta ahora era el trasplante completo de ojos.
Hoy, después de mucho trabajo, se ha podido incluir un trasplante de ojo completo junto con otro de cara y lo mejor es que ha sido todo un éxito.
Por fin se podrán trasplantar ojos
Una de las cosas más difíciles de la medicina son los trasplantes. Los cirujanos deben ser verdaderos especialistas para que su trabajo sea bueno, no solo para que el paciente recupere una parte perdida de su cuerpo, también que no haya mucha señal de que haya sido recuperada. Evidentemente, la parte estética a veces viene determinada exclusivamente por la recuperación de una parte del cuerpo como ha sido el caso de Aaron James, quien perdió parte de su cara en un accidente, además de uno de sus brazos.
Esto ocurrió en 2021 y es ahora cuando ha logrado someterse a una de las cirugías más complicadas de todas, como es el caso del trasplante de ojo. Si, no se trata de una renovación de la retina o de una parte, sino todo el órgano que compone el globo ocular. Eso implica que no solo hay que colocar el globo ocular, sino que también hay que conectar todos los nervios para que sea funcional en movimiento y pueda ver con él.
Una intervención de 21 horas
Cuando se trata de realizar una operación quirúrgica hay mucha diferencia entre las diferentes que se pueden asumir. No es lo mismo una operación de rodilla que la que nos cuenta la revista Nature, en cuyo caso los especialistas se han enfrentado a un reto de lo más grande. En total, el procedimiento se llevó en nada menos que 21 horas, lo que resulta toda una maratón para todos los que estuvieron en el quirófano.
No es para menos, sobre todo si tenemos en cuenta que se tuvo que reconstruir gran parte de la cara, además de la conexión del ojo con los sistemas nerviosos con el fin de devolverle a su nuevo portador la capacidad de ver.
Sin embargo, esto todavía no es suficiente para garantizar a una persona la recuperación de la visión. Aunque el paciente ha recuperado la capacidad de reconocer que tiene algo en la cuenca ocular y también parte del olfato, esta capacidad todavía está lejos de ser una realidad. Aunque las prácticas han sido satisfactorias, lo cierto es que hacer que las conexiones oculares vuelvan a funcionar es todo un reto. Todavía es imposible que las conexiones neuronales vuelvan a funcionar restaurándose de manera parcial o total, pero esto es un trabajo para la medicina del futuro.