Puede que a más de uno le suene lejano eso de la pandemia del COVID-19. Ya hace casi años desde que se declaró el estado de alarma de una de las mayores amenazas a las que se ha visto envuelta la humanidad en los últimos años y no son pocos los que recuerdan desde su paso por el hospital hasta la llegada de las primeras vacunas. Pero la ciencia cambia y, por eso, a día de hoy podemos hablar de la llegada de nuevas vacunas que se inhalan.
Este nuevo sistema de vacunación frente a esta enfermedad que afecta al sistema respiratorio puede ayudar a mejorar su eficacia si se aplica de la misma forma en la que el virus entra en el cuerpo.
Una nueva vacuna contra el COVID por vía nasal
Estamos acostumbrados a que todas las vacunas se usen de la misma manera: una inyección directa en una parte del cuerpo que, por lo general, es el brazo. La aplicación de esta ha sido fundamental para que los usuarios pudieran hacer vida normal desde la primera dosis, aunque para su uso tuvimos que esperar meses. Pero en plena campaña de prevención contra enfermedades respiratorias es importante recordar a ciertos sectores sobre la vacunación de estas.
Una de ellas ha sido el COVID, que ya hemos asumido tanto su presencia como su persistencia, de tal manera que ya es costumbre pensar que un constipado típico derive en esta enfermedad. En las últimas semanas, se ha hablado de la llegada de una cepa que es más infecciosa, por lo que es normal ser precavidos en una época del año en el que esta clase de virus abundan y es más fácil ponerse malo. Por eso, además de la gripe, se ha pedido que los mayores de 65 se pongan la vacuna lo antes posible.
Pero estas siguen el método tradicional del pinchazo, algo que podría cambiar en el futuro. Resulta que un artículo publicado en JAMA Network sostiene que las vacunas nasales contra el COVID son más efectivas que las tradicionales. Así lo sostiene la vicepresidenta ejecutiva de oncología e inmunología de la empresa de biotecnología Codagenix, Johanna Kaufmann, quien dice que “para los virus respiratorios como el SARS-CoV-2, es importante imitar la ruta natural de infección”.
No olvidemos que estas vacunas contienen una dosis pequeña del virus con la que los anticuerpos reaccionan y acostumbran para evitar una infección mayor en el futuro. De momento, las pruebas en animales parecen prometedoras, aunque en el caso de los humanos todavía es un misterio pendiente de resolver. Es por eso que algunas compañías están en el desarrollo de una vacuna de estas características que podría no solo ayudar a aquellos que odian las agujas, también a llegar a países con menos recursos ya que son más baratas de fabricar.
De hecho, países como China, India, Irán o Rusia ya han dado su sí al uso de estas vacunas, aunque todavía en el resto del mundo están pendientes de su activación en caso de que haya pruebas en humanos más concluyentes que con las vacunas intramusculares.