Aunque no te lo creas, las películas con dinosaurios siguen triunfando. Eso de tener un reptil gigante con muchos dientes en pantalla puesto como una gran amenaza siempre resulta tanto entre niños como en mayores, por lo que lo más seguro es que encuentres atractivo ese contenido si eres muy fan de estos seres. Lo que llama la atención a día de hoy es que gracias al cine y en gran parte a la arqueología, se ha intentado conseguir que un robot corra como lo haría un velociraptor.
El que es considerado para muchos uno de los reptiles más letales que ha pisado la Tierra ha servido para la construcción de un robot que puede controlar su forma de moverse como lo haría un dinosaurio.
Un robot que corre lo mismo que un velociraptor
Los humanos nos hemos adaptado a la vida en la tierra dejando a un lado algunas características que nuestros ancestros las verían útiles. Con un cerebro más desarrollado hemos conseguido llegar lejos, pero en el mundo salvaje tendríamos que sobrevivir con el ingenio y una forma de evitar a todos los potenciales depredadores. Y esto te lo decimos porque el día de mañana no nos gustaría vernos corriendo delante de un robot llamado KAIST Raptor.
El primer nombre es el que se corresponde con el Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología Avanzada, el cual ha desarrollado un robot con las mismas aptitudes que un velociraptor tenía para correr. De momento, el prototipo se apoya en una estructura que tiene un motor que recibe la energía y el impulso de las dos piernas que se posan en el suelo. Evidentemente, estas piernas son las que tienen la misma forma que las de un velociraptor, las cuales se componen de una morfología muy diferente a la humana.
Utilizando fibra de carbón y epoxy se ha creado una superficie que simula a la de una prótesis de pie humana y que le sirve también para tener un contacto con el suelo. Por la parte superior, tenemos una estructura metálica que se pliega con un sistema hidráulico que simula a los tendones de los músculos. De esta manera se consigue un movimiento muy orgánico, pero en su conjunto se transforma en un tren inferior de un robot que es capaz de alcanzar los 46 km/h.
Un estabilizador que hace las veces de cola
En todo este trabajo hay un elemento indispensable para la creación de este robot raptor y es un sistema de equilibrio. Este gira constantemente permitiendo que sea posible mantener la estabilidad incluso en una prueba de obstáculos. Del mismo modo que pasa en la naturaleza, la cola es capaz de estabilizar a un animal con el fin de que este no pierda apenas velocidad o equilibrio, lo que lo convierte en un aparato rápido y fiable.
Veremos cuál es el futuro de este aparato, pero promete ser de lo más interesante el día de mañana si se pudiera construir a gran escala con las mismas capacidades o darle una utilidad