Todo el mundo piensa que lanzar un satélite al espacio supone un gasto enorme de dinero tanto a la hora de llevarlo al espacio como en el momento de construirlo. Cualquier persona te diría que el proceso también conlleva al trabajo de muchos ingenieros que ponen de su parte para que esta pieza de maquinaria tan precisa llega en buen estado el espacio y se pueda desplegar por sí misma para realizar el trabajo para el que está grabada. Sin embargo, es un hecho que el uso de materiales tan resistentes trae consigo un desembolso en grande por parte de las administraciones y por eso en Japón han tomado la decisión de utilizar otros materiales, dando como resultado el primer satélite hecho de madera de la historia.
Se trata del dispositivo LignoSat, el cual ha sido enviado en un cohete Falcon 9 de SpaceX con una misión clara: ver cuánto dura.
El primer satélite de madera de la historia
Durante mucho tiempo, las agencias espaciales tanto públicas como privadas han destinado muchos recursos a la creación de satélites para cumplir diferentes cometidos. La revisión de la atmósfera, ofrecer una conexión telefónica allá donde esté el usuario o simplemente una labor de estudio del espacio son algunos de sus cometidos, pero lo cierto es que hay más detalles que conciernen a los diferentes ingenieros, siendo la principal tarea la de la construcción.
Y es que los satélites deben cumplir con varios requisitos estructurales importantes como es el caso de tener una resistencia importante a las bajas temperaturas y a las tormentas magnéticas, por no hablar de que deben proteger los componentes internos de la basura espacial generada en el exterior. Con todo esto en mente puedes pensar que aleaciones de metales resistentes son perfectas para poner estos aparatos en órbita, pero en Japón han tenido una idea muy interesante.
Resulta que la agencia espacial del país nipón han llevado a cabo un proyecto muy interesante como es el de construir un satélite hecho de madera. La artesanía del país asiático en este sentido es muy importante, pero jamás se ha probado nada similar. El proyecto se trata LignoSat y de momento tiene una forma cúbica que protege los diferentes sensores de su interior. Estos servirán para medir la resistencia del satélite y los diferentes parámetros que hacen que el dispositivo se mantenga en órbita por un tiempo que todavía está por determinar.
Una opción para eliminar la basura espacial
Como te puedes imaginar, un satélite de madera cuesta menos que uno hecho de materiales más resistentes, por lo que la prueba del LignoSat es perfecta para saber si este tipo de aparatos son viables para el futuro. Aunque el tratamiento que recibirán las placas de madera son totalmente diferentes para aguantar las temperaturas tan bajas del espacio, lo cierto es que es todo un adelanto para los ingenieros.
La razón no es otra que la de construir dispositivos más respetuosos con la propia Tierra. Puede que pienses que esto no tiene ningún sentido, pero la realidad es bien distinta. Como sabrás, y si no es así te lo contamos, los dispositivos que orbitan alrededor de la Tierra se ven atraídos hacia esta cuando dejan de funcionar gracias a la gravedad y cuando entran en contacto con la atmósfera se produce un efecto de fricción a gran velocidad que los desintegra.
Esto es en la teoría, pero lo cierto es que hay veces que toda la estructura de estos aparatos se queda en estado sólido y pueden chocar contra la superficie terrestre. Por este motivo, el lanzamiento de satélites de madera aumentaría la velocidad con la que estos dispositivos se desintegran quedando reducidos a la nada debido a dicha fricción, lo que solucionaría el problema de la basura espacial.
