El mundo de la ciencia tiene muchas incógnitas sobre muchos eventos que ocurren lejos de la atmósfera. Por suerte, los astrónomos son capaces de encontrar mucha información sobre el universo gracias a la observación continua del cielo mediante los telescopios, pero algunos de ellos se encuentran incluso lejos de la propia Tierra. Sin embargo, hay otros fenómenos que solo aparecen en momentos determinados, pero puede que la misión Proba-3 sea la primera en conseguir algo como crear un eclipse artificial.
Puede que al leer esto pienses que solo por un capricho de la ciencia el resto de las personas no podrán hacer su vida con la luz del sol como hasta ahora pero nada está más lejos de la realidad, ya que se trata de una misión que cumplirá muchos hitos y muy importantes.
Dos satélites viajando al unísono
Lanzar satélite al espacio se han convertido en algo habitual. No hay más que ver como trabaja SpaceX, que en cada lanzamiento lanza decenas de satélites al espacio para mejorar la cobertura de su programa Starlink. Otros ejercicios espaciales también tienen su mérito y son capaces de enviar al espacio proyectos más grandes como pueden ser los de mandar al ser humano a la Luna o incluso a Marte.
Pero en ocasiones hay proyectos de observación que no solamente requieren de un satélite para que funcione, sino que también se tienen en cuenta otros elementos importantes que son necesarios para que la misión funcione. En el caso de la Proba-3, la agencia europea ha sido la encargada de realizar este proyecto que tiene como objetivo observar la corona solar que produce un eclipse. Evidentemente, este evento ocurre cada mucho tiempo y la misión es crear uno de manera artificial.
Vamos a explicar un poco esto para que se entienda, ya que puede que muchos les llame la atención el hecho de que dos sondas generen un eclipse de manera artificial en el espacio y cómo puede afectar a la Tierra. Para empezar tenemos estos elementos, que son la nave Occulter y Cronograph, las cuales funcionarán al unísono para obtener datos de la corona solar cuando estén en el espacio.
Puede que para muchos esto sea sencillo, ya que con dos sondas lo lógico es que una oculte el sol y la otra pueda estudiar el efecto que se produce. De hecho ese es el plan que sea el ocultador que se ponga delante del cronógrafo para estudiar los datos. Si te preguntas qué es lo que puede fallar es algo tan importante como la precisión. Para que te hagas una idea las dos naves se moverán al unísono de forma milimétrica para obtener exactamente el mismo efecto que se produce cuando el astro rey se oculta y solo se puede ver la parte más exterior de este.
De esto se encargará también el instrumento principal ASPIICS (Association of Spacecraft for Polarimetric and Imaging Investigation of the Corona of the Sun, o Asociación de naves espaciales para la investigación polarimétrica y con imágenes de la corona solar) que es un sistema que se encargará de obtener los datos de las dos naves como si fueran una sola. Lo mejor de todo es que ambas se moverán completamente al unísono gracias a un montón de elementos como la navegación por satélite las cámaras de luz visible por LED y un rayo láser que serán capaces de medir constantemente la distancia y la posición de los dos elementos para que se obtengan de mejor manera todos los datos relacionados con este fenómeno.
Por qué es importante la misión Proba-3
Aunque el sol ha sido objeto de estudio durante mucho tiempo lo cierto es que estudiar una corona solar tiene mucha importancia. Gracias a que las dos naves disponen de un elemento que es capaz de medir la energía que despide el sol, pero la misión tiene otros puntos importantes.
Para empezar es la primera vez que se lanzan dos ondas que tienen que trabajar de manera precisa en el espacio y de manera autónoma, algo que hasta ahora no había sido posible. De hecho el estudio de esta sección del Sol es de importancia capital a la hora de estudiar los vientos solares que son los que modifican la meteorología espacial, la cual se ve afectada no solamente por temperatura sino por los efectos que tiene sobre el magnetismo en todos los objetos electrónicos que el ser humano ha enviado al espacio a lo largo de los años y que pueden trastocar sus sensores.