Ahora mismo, si tienes en tu poder un ordenador con algo más de 4 años, seguramente tenga en su interior un disco duro mecánico que, además de estar lleno de archivos y programas, seguramente esté dando señales de que no le queda mucha vida por delante. ¿Ha llegado el momento de cambiarlo?
Si quieres que tu viejo equipo parezca totalmente nuevo, no tienes ni que cambiar la gráfica, ni la memoria RAM, ni el procesador (aunque, claro, tampoco le vendría mal). Todo lo que necesitas es cambiar tu antiguo HDD por un SSD que haga que cualquier tarea que realices con el ordenador, sea un 500% más veloz.
¿Por qué es mejor un SSD?
Antes de explicarte cómo cambiar el disco duro de tu PC por uno de estado sólido, quizás te preguntes qué es un SSD y por qué es mejor que un HD.
Un SSD no es que sea una nueva invención de la industria. De hecho, es una tecnología que lleva entre nosotros cerca de 10 años y que no deja de ser un pequeño disco que almacena los datos en chips de memoria flash, en lugar de en discos magnéticos como los discos duros clásicos. Esto hace que los SSD no solo sean más rápidos a la hora de escribir y leer el contenido que se aloja en ellos, sino que, además, son mucho más silenciosos y duraderos que los HD, ya que no tienen partes móviles que se puedan dañar o desgastar.
Cómo se cambia el disco del ordenador
Si quieres mejorar el rendimiento de tu PC, puedes formatear el ordenador, reinstalar Windows, sumar RAM al equipo, etc… pero cambiar el HDD por un SSD es una de las mejores opciones. Con un disco duro de estado sólido que, además, no te costará demasiado, tu PC arrancará y cargará los programas en cuestión de segundos, y consumirá menos energía y generará menos calor, algo que también viene de lujo en esta época.
Además, cambiar un componente por otro es más fácil de lo que piensas. Solo necesitas seguir estos pasos:
Compra un SSD compatible con tu PC
Para ello, debes fijarte en el tamaño, la capacidad y el tipo de conexión del disco. Lo más habitual es que los SSD tengan un tamaño de 2,5 pulgadas, una capacidad entre 120 y 2000 GB y una conexión SATA III. Sin embargo, también existen otros formatos como los M.2 o los PCIe, que pueden ofrecer mayor velocidad, pero requieren una placa base compatible, algo que no suelen tener todos los equipos.
Si no sabes lo que tienes instalado, ni abriendo la caja de tu ordenador, puedes usar programas como Speccy para averiguar qué tipo de disco puedes usar.
Clona el contenido del HD al SSD
Si no quieres tener dolores de cabeza, lo mejor que puedes pasar es todo el contenido del HDD al SSD de golpe, incluyendo el sistema operativo, los programas y los archivos personales, al disco nuevo. De esta forma, no tendrás que reinstalar nada ni perder ningún dato. Para ello, necesitarás conectar ambos discos al PC al mismo tiempo, ya sea mediante cables SATA o mediante adaptadores USB.
Para clonar el disco, puedes usar uno de los muchos programas que te permiten crear una imagen del HD y restaurarla en el SSD, o bien clonar directamente de disco a disco. Te recomendamos usar Macrium Reflect.
Desconecta el HD y deja solo el SSD conectado al PC
Si todo ha ido bien, el PC debería arrancar normalmente desde el SSD y funcionar mucho más rápido. Si no es así, o tienes algún problema, puedes entrar en la BIOS del PC y asegurarte de que el SSD está configurado como la primera opción de arranque.
Hazlo así:
- Reinicia tu PC y espera a que se encienda.
- Cuando arranque, pulsa la tecla que te permita entrar al menú de arranque. Puede ser F2, F8, F10, F12 o Esc, dependiendo de tu modelo de PC.
- Busca la opción Boot o Arranque
- Usa las flechas del teclado para elegir el disco duro que quieras
- selecciona el nuevo SSD
- Guarda los cambios y sal de la BIOS.
Decide qué hacer con el HD antiguo
Ahora que ya tienes el nuevo disco instalado y operativo en tu ordenador, puedes formatearlo y usarlo como almacenamiento extra, o bien guardarlo como copia de seguridad por si acaso. También puedes venderlo o reciclarlo si ya no lo quieres. Nosotros te recomendamos comprar una caja para poder utilizarlo como disco duro externo en cualquier momento.
En cualquier caso, recuerda borrar todos los datos del HD antes de deshacerte de él, para evitar que caigan en manos ajenas.
