¿Te preocupa que tu Amazon Echo o tu Google Nest o cualquier otro altavoz inteligente que uses, sepa más de ti que tu propia madre? Bueno, en una época donde la tecnología y la IA han avanzado tanto que da hasta miedo, es normal, pero hay que saber separar la ficción de la realidad.
A fin de cuentas, la capacidad de estos altavoces inteligentes de conectarse a internet y permitir controlar otros dispositivos con nuestra voz, así como acceder a información, música, juegos y servicios online, nos lleva a pensar qué está sucediendo con esas órdenes y qué están capturando sus micrófonos. Es cierto que son muy útiles y divertidos, pero también pueden suponer un riesgo para tu intimidad si no los configuras correctamente o si caen en manos de hackers o de empresas que quieren explotar tus datos.
¿Mi altavoz me espía?
Para empezar, debes saber que estos altavoces tienen unos micrófonos incorporados que se activan cuando dices una palabra clave, como “Alexa” o “Hey Google”. A partir de ese momento, el altavoz empieza a escuchar lo que dices y lo envía a los servidores de Amazon o de Google, donde se procesa tu petición y se te devuelve una respuesta. Esto significa que todo lo que digas después de la palabra clave queda registrado y almacenado en la nube.
Pero el equipo solo se activa cuando detecta la palabra clave, y solo graba y envía lo que dices después de ella. El resto del tiempo, el micrófono está en modo pasivo y no registra nada. Además, los fabricantes aseguran que los datos que recogen son anónimos y cifrados, y que solo los usan para mejorar el servicio y ofrecerte una experiencia personalizada. También afirman que no venden ni comparten tus datos con nadie sin tu consentimiento.
Pero, también debes de ser consciente de que todo depende de lo que hayas aceptado al configurar el altavoz. Por defecto, tanto Amazon como Google pueden usar tus grabaciones para mejorar sus servicios, personalizar tu experiencia y ofrecerte publicidad. Además, pueden compartir tus datos con terceros, como desarrolladores de aplicaciones o socios comerciales. Si no quieres que esto ocurra, tienes que entrar en la aplicación del altavoz y desactivar estas opciones manualmente.
Pero eso no es todo. También existe la posibilidad de que el altavoz se active por error, sin que tú hayas dicho la palabra clave, y grabe algo que no querías. Esto puede pasar por un ruido ambiental, una conversación similar o una interferencia. En ese caso, el altavoz enviará la grabación a la nube sin tu consentimiento. Para evitarlo, puedes revisar periódicamente las grabaciones que se han hecho y borrar las que no te interesen.
Protege tu privacidad
La mejor forma de proteger tu privacidad frente a estos dispositivos es apagar el micrófono del altavoz cuando no lo estés usando. Así te aseguras de que no te escuche nada ni nadie. También puedes desconectar el altavoz de la corriente si quieres estar más tranquilo. Y por supuesto, no digas nada delante del altavoz que no quieras que se sepa o que pueda comprometerte.
Casi todos los altavoces inteligentes cuentan con un botón para inhabilitar el micrófono y que solo puedas usar el apartado, pues eso, como un altavoz, pero de los tontos, de los que no te responden y se limitan a reproducir lo que los envíes. Eso sí, siempre tienes que leer detenidamente la política de privacidad del fabricante y los términos y condiciones del servicio antes de comprar o usar un altavoz inteligente. Así sabrás qué datos recoge, cómo los usa y con quién los comparte.
Además, ten en cuenta que, como con otro dispositivo electrónico, debes tener cuidado con los posibles ataques informáticos que puedan sufrir estos dispositivos. Los hackers, o mejor dicho, ciberdelincuentes, pueden intentar acceder a tu red wifi o a tu cuenta de Amazon o de Google y robar tus datos o manipular tu altavoz. Para prevenirlo, usa contraseñas seguras y cámbialas con frecuencia, actualiza el software del altavoz y el del router, y no instales aplicaciones sospechosas o de fuentes desconocidas.
