Pese a que muchos solo dependen de la nube para guardar sus datos, llevar un USB nunca está de más. En sus inicios con 2 o hasta 8 GB eran más que suficientes para llevarte archivos para trabajar, pero con los últimos avances se han logrado tener en un espacio ínfimo hasta 2 TB. Sin embargo, tienen la creencia de que un pendrive es capaz de guardar los datos para siempre, pero puede que más de uno se sorprenda al saber que es todo lo contrario.
Es cierto que estos aparatos no tienen una degradación tan grande como pueden tener un disco duro de un ordenador, pero eso no quita que el paso del tiempo les afecte de alguna manera.
¿Están a salvo mis archivos en un pen drive?
La creencia popular de que se puede confiar en un dispositivo de almacenamiento externo para guardar datos de manera indefinida tiene sus matices. Es verdad que un uso continuado y prolongado en el tiempo de estos aparatos puede provocar que antes o después deje de funcionar como lo ha estado haciendo hasta el momento. Evidentemente, la calidad de los materiales también influye especialmente en la resistencia al entorno así como al paso del tiempo.
Pero, en términos generales, sentimos ser portadores de malas noticias. Resulta que las memorias externas tienen una fecha de caducidad, la cual está en una media de unos 10 años. Si, esto es mucho tiempo, pero conviene que una vez que el aparato se acerque a ese tiempo toque hacer algún tipo de mantenimiento o simplemente tengas que comprar uno nuevo, más moderno y con más capacidad para preservar todos y cada uno de los archivos que guarda en su interior.
¿Qué causa la reducción de la vida útil de una memoria USB?
Ya te hemos contado que los pen drives no duran para siempre, pero esto se trata de una media aproximada de lo que suelen durar en condiciones óptimas. Con esto queremos decir que hay factores que pueden reducir en mayor o menor medida su vida útil ya sea por degradación por uso o por efectos externos.como vas a ver a continuación:
- Desgaste: como te decíamos antes, uno de los factores que reducen la posibilidad de mantener tus archivos operativos es el uso que haces de este dispositivo. Esto es lo que se conoce como ciclos de escritura, que no son más que el desgaste de la memoria producida por su uso. Siguiendo la lógica, cuantas más veces uses la memoria más probabilidades hay de que ésta dure menos.
- Agentes externos: el cuidado de la memoria USB es vital para que dure también. No sirve solo con proteger la entrada USB. Si hay alguna junta más suelta que otra o hay algún sitio por el que se cuele el polvo o la humedad ten por seguro que puedes tener problemas antes o después con el aparato. Tampoco te olvides de la temperatura, ya que si recibe un alto nivel de calor los materiales se degradarán mucho antes.
- No abuses mucho del dispositivo: puede que de todas las recomendaciones esta sea la que menos puedes evitar por el uso que le das. Ten en cuenta que el aparato recibe energía cuando se conecta a un ordenador u otro aparato que pueda leerlo y, del mismo modo, la energía se corta en el momento de su extracción. Estos cambios bruscos de recepción y corte de energía pueden provocar fallos en el sistema, aunque también debes tener en cuenta algo muy típico que es no extraer la memoria cuando se está cargando un archivo o de lo contrario lo corromperás o, en el peor de los casos, harás que la memoria deje de funcionar. Por otro lado, evita trabajar con el dispositivo conectado por el problema del calor que te comentábamos antes y porque puedes experimentar cierta lentitud dependiendo del archivo y programa (algo que viene determinado por la velocidad de escritura del USB).
Queda claro que las memorias USB son más frágiles de lo que parecen, pero lo cierto es que todo esto se podría aplicar hasta los discos duros de los ordenadores que utilizan las memorias NAND Flash de los discos SSD. Si sigues estos consejos podrás disponer de estos aparatos más tiempo, aunque la mejor recomendación es evitar problemas renovando las memorias cada cierto tiempo o cuando veas que empiezan a dar algún tipo de problema.
