Seguro que has oído hablar de blockchain, una red peer-to-peer que fue introducida en octubre de 2008 como parte de bitcoin, una moneda virtual que evita una autoridad central (como el Banco Central Europeo) para emitir moneda, transferir propiedad y confirmar transacciones.
Bitcoin es la primera aplicación de la tecnología blockchain. Y quizá la más famosa. Pero, desde luego, no es la única. Aunque todos los analistas pronostican que esta tecnología va a estar presente en el futuro en muchas industrias, ya hay algunos lugares y aplicaciones que funcionan con este avance.
En dos palabras: qué es blockchain
La tecnología que hay detrás de bitcoin y otras monedas virtuales es como un libro abierto y distribuido que puede registrar transacciones entre dos partes de manera eficiente y de manera verificable y permanente. El propio libro también puede programarse para activar las transacciones automáticamente. Es decir, que elimina todos los intermediarios posibles.
Precisamente por eso, tiene el potencial de eliminar la cadena de intermediarios de otras industrias, como la de la música.
Por ejemplo, los servicios de streaming como Spotify han crecido rápidamente, pero siguen actuando como intermediarios. Con una base de datos descentralizada como blockchain, el artista tiene el poder de su obra, manteniendo el control sobre toda su subida a la red, comercialización y venta de cualquier trabajo que creen.
La música, el siguiente eslabón
Cualquier industria que tenga intermediarios “ineficientes” (es decir, que no aporten valor a la cadena de distribución) tiene el potencial de verse afectada por blockchain. Y el negocio de la música no solo está maduro para ello, sino que hay varias startups que están trabajando para este fin.
Una de ellas es UjoMusic, que pretende ofrecer una proposición de valor simple y comprensible. Por su parte, el artista ganador de un Grammy, Imogen Heap, ha creado una plataforma de streaming basada en bloques de bloques llamada MyCeliaForMusic que está facilitando también esta tarea, sobre todo para quienes aún no son grandes nombres en la industria.
Cabe recordar que, actualmente, existen tres vías principales para la distribución de música: canales principales (tales como radio, televisión, bares), proveedores de servicios digitales (como Spotify) y canales directos (como Soundcloud).
Sin embargo, con estos canales, hay dos grandes problemas: la accesibilidad y los pagos. Para acceder a la música, normalmente hay que pasar por el filtro de una de las tres grandes discográficas (Sony, Warner y Universal). Además, muchos de los artistas deben unirse a las organizaciones de derechos de autor para defender sus intereses, pero este tipo de entidades suelen estar reguladas y controladas. Y tampoco este asociacionismo les garantiza un mayor control sobre lo que sucede en el camino que sigue su obra.
Con los proveedores de servicios digitales, los acuerdos de licencia se negocian directamente sin necesidad de las organizaciones de derechos, ya que no se trata de actuaciones públicas. Esto puede crear eficiencias y ahorros de costes para los que negocian, de manera que no solo los más grandes se benefician
Hasta ahora, una de las propuestas digitales ha sido la música en streaming, pero muchos músicos no lo ven con buenos ojos. Basta recordar las recientes polémicas de algunos pesos pesados de la industria, que se han negado a colgar sus obras en este tipo de servicios y aplicaciones.
Por eso, muchos consideran que Blockchain está haciendo posible que los artistas ganen dinero de su música sin pasar por una discográfica.
En otro tipo de artes
La música no es el único terreno en el que blockchain puede marcar un antes y un después. Por ejemplo, Ascribe permite a los artistas reclamar la propiedad y emitir impresiones numeradas y de edición limitada de todo tipo de ilustraciones usando Blockchain. Incluso incluye un mercado y ayuda en la compra y venta de arte a través de su sitio web, eliminando la necesidad de fideicomiso.
Ascribe asegura que es ideal para cualquier creador que quiera proteger y administrar su trabajo creativo, ya que permite compartir su trabajo sabiendo que su reclamación de autoría está asegurada.
Mientras, BitProof es una de las aplicaciones de firma electrónica de documentos más avanzada que existen. Hay versiones gratuitas como Blocksign y OriginStamp, pero BitProof ofrece más servicios, incluyendo uno que tiene como objetivo la protección de la propiedad intelectual. Curiosamente, BitProof se ha asociado recientemente con la Escuela Holberton de San Francisco para poner sus certificados académicos de los estudiantes, replanteando totalmente cómo se emiten los diplomas y los certificados de los estudiantes.
¿Vídeo real o fotomontaje?
Lo que hace BitProof para documentos, UProov lo hace para fotos y video. Esta aplicación puede resultar ser muy útil cuando se quiere verificar si realmente un vídeo es auténtico y relacionado con la situación con la que se relaciona.
Para que se pueda verificar que las fotos y los videos son auténticos, se crea una clave de tiempo única a partir de la grabación y se inserta directamente en el libro de contabilidad de Blockchain. La grabación pasa en ese momento a estar bloqueada, por lo que basta con cambiar un píxel para que quede constancia de su alteración. La llave en el libro es la prueba sólida de la integridad de la grabación.
Además, quienes decidan utilizar esta aplicación pueden decidir si todos sus datos se establecen como públicos o privados en la cadena de bloqueo.
Trazabilidad en la cadena de suministro
Otra de las áreas donde blockchain está también ganando presencia es en el control de todas las cadenas de suministro, lo que se conoce como trazabilidad.
Por ejemplo, Provenance busca registrar todo lo que sucede en la cadena global de suministro al por menor gracias a esta tecnología de cadena de bloques. Además, permite que todos los datos puedan ser consultados en tiempo real para los consumidores. Es decir, que podemos escanear un código QR en una lata de atún en el supermercado y saber exactamente dónde fue capturado el pescado, quién lo certificó, dónde fue enlatado, etc.
Uno de los usos más particulares de la trazabilidad con blockchain está en la comercialización de diamantes. Everledger utiliza esta tecnología para rastrear los diamantes individuales, desde la mina hasta el consumidor. Esto soluciona algunos problemas en la industria de seguros, lo que permitiría ahorrar a las aseguradoras más de 300 millones de libras cada año.
Posibilidades de futuro
Con blockchain, podemos imaginar un mundo en el que todos los pasos de cualquier negocio están incrustados en código digital y almacenados en bases de datos transparentes y compartidas, donde están protegidos contra la supresión, la manipulación y la revisión.
Cada acuerdo, cada proceso, cada tarea y cada pago tendría un registro digital y una firma que podría ser identificada, validada, almacenada y compartida. Intermediarios como abogados y banqueros podrían no ser necesarios. Los individuos, las organizaciones, las máquinas y los algoritmos negociarían libremente e interaccionarían uno con el otro con poca intervención por parte de terceros.
Tiene el potencial de crear nuevas bases para nuestros sistemas económicos y sociales. Sin embargo, y aunque nadie discute que el impacto será enorme, se cree que aún tendrá que pasar varias décadas para que esta tecnología esté en la base de nuestra infraestructura económica y social. El proceso de adopción será gradual y constante, no repentino, a medida que vayan cobrando impulso las transformaciones tecnológicas e institucionales.
Pero sus implicaciones parecen no tener límites. Por ejemplo, Genecoin, un servicio novedoso que «respalda tu ADN» colocando una copia de tu genoma en esta tecnología. Además de las connotaciones de ciencia ficción de hacer una copia de ti mismo, hay usos médicos que se pueden asociar a esta utilidad.