Muhammad Mohiuddin

Muhammad Mohiuddin, el primero en usar transplantes de animales en personas

Cambiando la medicina moderna.

Muhammad Mohiuddin es un cirujano pakistaní especializado en cardiología que se ha convertido en uno de los pioneros en el campo de los xenotrasplantes, es decir, el trasplante de órganos de animales a humanos. Pero, este tipo de avance médico no se puede desarrollar solo en una frase, sino que lleva mucha investigación detrás.

En enero de 2022, Mohiuddin y su equipo realizaron el primer xenotrasplante de corazón de la historia, al implantar el corazón de un cerdo modificado genéticamente a un hombre estadounidense que sufría de insuficiencia cardíaca terminal. El paciente, David Bennett, vivió 60 días con el nuevo órgano, lo que demostró que un corazón de cerdo puede sostener la vida de un ser humano.

La polémica de los xenotrasplantes

Este tipo trasplantes insisten en una técnica tan innovadora como polémica: trasplantar células, tejidos u órganos de una especie animal a una persona. Es algo que ha levantado mucha polémica, en gran parte debido a la ética y la moralidad del proceso.

Son muchos animalistas los que indican que esta nueva medicina choca con los derechos de los animales, pero también diferentes voces hablan de la importancia de contar con el consentimiento informado de los receptores o la igualdad en el acceso a los xenotrasplantes, todo ello contando con el impacto social de esta actividad.

Si dejamos estas críticas al avance médico a un lado, sobre el papel, el objetivo de estos xenotrasplantes es el de suplir la escasez de órganos humanos disponibles para las personas que los necesitan y mejorar su calidad de vida. Aunque hay muchos donantes de sangre alrededor del mundo, no sucede lo mismo con los donantes de órganos y es aquí donde el equipo de Mohiuddin han tratado de minimizar los riesgos, como el rechazo inmunológico o la transmisión de enfermedades, de usar esta medicina ‘ínter-especie’

transplante

El rechazo inmunológico ocurre cuando el sistema inmunitario del receptor reconoce al órgano trasplantado como un cuerpo extraño y lo ataca. Para evitarlo, se pueden realizar modificaciones genéticas en los animales donantes, como eliminar o enmascarar los azúcares que diferencian sus células de las humanas, o introducir genes humanos que regulen la respuesta inmune. También se pueden administrar fármacos inmunosupresores al receptor, pero estos pueden tener efectos secundarios de diferente gravedad en el receptor del órgano.

La transmisión de enfermedades se refiere a la posibilidad de que los animales donantes porten virus u otros agentes infecciosos que puedan infectar al receptor o a la población humana. Para prevenirlo, se deben seleccionar cuidadosamente los animales donantes, someterlos a controles sanitarios estrictos y eliminar o desactivar los virus potencialmente peligrosos, precisamente lo que mató al primer paciente de un xenotrasplante.

No vamos a negar que es un punto de partida perfecto para una de las clásicas películas del fin del mundo de Hollywood.

La investigación de Mohiuddin

Mohiuddin es uno de los pioneros en este campo. El profesional médico ha dedicado más de dos décadas de su vida a investigar y desarrollar los xenotrasplantes, especialmente los de corazón. Ha trabajado con diferentes especies animales, como ratas, hamsters y babuinos, y ha logrado crear cerdos transgénicos que alberguen genes humanos para reducir la incompatibilidad con el sistema inmunitario humano.

Muhammad Mohiuddin

El primer xenotrasplante de corazón realizado por Mohiuddin y su equipo con el consentimiento de David Bennett, el receptor de esta “donación” fue un hito histórico que abrió la puerta a futuros ensayos clínicos con más pacientes. Pero que sea un hito, no quiere decir que sea un éxito.

Como dijimos al principio de estas líneas, el paciente falleció por complicaciones derivadas de su estado previo, pero también por infectarse con un virus porcino. Queda así claro que el uso de este tipo de trasplantes tiene dos caras: por un lado, es posible mantener con vida a una persona más tiempo si no tiene un paciente compatible gracias a un trasplante, por otro, existe la probabilidad de que el órgano utilizado contenga virus propios del animal que puedan contagiar al ser humano de manera irremediable.

No obstante, es cierto que el experimento de los xenotrasplantes demostró la viabilidad y la seguridad de esta opción terapéutica siempre y cuando el órgano que se dona esté sano al 100%, siendo esta la dirección que hay que seguir a partir de ahora. Mohiuddin ha expresado su confianza en que los xenotrasplantes podrán salvar y alargar la vida de miles de personas que sufren enfermedades terminales y que no tienen acceso a un trasplante convencional y que el camino está en el origen del sujeto a donar, más que en el paciente a recibir el trasplante.

Gracias a este trabajo y a los más de 20 años de investigación, el científico ha sido reconocido como uno de los médicos más importantes e influyentes del año 2022. tal vez en el futuro veamos más aportaciones en este campo donde más uno agradecerá no solo la rapidez de tener un donante compatible, también curarse de un problema en un órgano con algún tipo de problema.

Un nuevo hito en 2023

El legado de Mohiuddin no ha acabado aquí. Parece que los xenotrasplantes tienen todavía mucho recorrido por delante y no es el momento de bajar los brazos. El motivo nos lo han dado en la Universidad de Maryland donde un nuevo paciente ha recibido un nuevo corazón de cerdo modificado genéticamente con el que recuperarse de su insuficiencia cardíaca, una enfermedad a la que los medicamentos no tienen mucho que ofrecer a día de hoy a ciertos niveles.

trasplante corazon

Previa aprobación desde uno de los organismos más importantes en América como es la Administración de Alimentos y Medicamentos, el paciente fue informado de todos los riesgos que conllevaba la operación, además de los beneficios. Con su sí, comenzaron los preparativos de una operación que fue un éxito durante y después de la misma, logrando con éxito el segundo trasplante de un corazón de cerdo modificado genéticamente para el uso humano.

No cabe duda de que se trata de una práctica prometedora que permitirá no depender de los donantes de órganos para que las personas prolonguen su vida y eviten así enfermedades crónicas como esta y otras que se pueden investigar en el futuro cada vez más cercano. Es cierto que todavía queda mucho camino por recorrer, pero los pasos apuntan a una dirección más que adecuada.

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