El nombre de Kevin Systrom, probablemente, sea completamente desconocido para ti. Sin embargo, seguro que una de las empresas que fundó la conoces como la palma de tu mano: Instagram. Esta es la historia de una de las personalidades más relevantes dentro del ámbito tecnológico.
Instagram es una de las redes sociales más conocidas a nivel mundial. Sus usuarios se cuentan por millones y, de manera constante, la aplicación va lanzando nuevas actualizaciones con las que incorporar innovadoras funcionas con las que continuar conquistando a su creciente masa de usuarios. Sin embargo, hoy no vamos a hablar únicamente de ella, sino de la historia de uno de sus fundadores: Kevin Systrom.
De origen estadounidense, Kevin Systrom es conocido por ser el padre de Instagram. No hablamos de un emprendedor cualquiera, sino del arquitecto que se esconde detrás de una de las plataformas más influyentes de nuestra era. Te contamos su trayectoria y cómo empezó todo.
Su carrera
Systrom, al igual que otros muchos nombres que se encuentran detrás de las grandes tecnológicas, tiene una gran trayectoria a lo largo de algunas de las compañías más importantes a nivel mundial. De hecho, antes de catapultarse al estrellato tecnológico a través de Instagram, el empresario estadounidense transitó por un camino repleto de aprendizajes y experiencias que le permitieron sentar las bases para lo que, a la postre, sería Instagram.
Con una formación académica en Ciencia de la Gestión e Ingeniería de la Universidad de Stanford, Systrom quedó prendado rápidamente del sector tecnológico. Ámbito en el que decidió desarrollar su carrera profesional. Durante sus primeros años, formó parte de Odeo que, tiempo después, pasó a llamarse Twitter. Tras este periplo, fue el turno de pertenecer a Google y formó parte de algunos de los proyectos más importantes de la compañía, como es el caso de Gmail y Google Calendar. Una experiencia que le llevó a empaparte del ADN que se respiraba en el gigante norteamericano y que le sirvió para aumentar sus conocimientos en torno a este sector.
Systrom decidió dar un cambio de rumbo a su carrera y, para ello, pasó de Google a Nextstop. Una startup que basaba su funcionamiento en la recomendación de sitios y que, a la postre, fue comprada por Facebook. Tiempo después decidió dejar el trabajo y centrarse en el desarrollo de Burbn, un nuevo proyecto empresarial que unía los beneficios de la geolocalización y las interacciones sociales. Actuando como si de una versión renovada de Nextstop se tratase. Y ahí es donde nace Instagram.
Sus inicios en Instagram
Como afirmábamos previamente, Burbn era una app que se enfocaba en la geolocalización y las interacciones sociales. Sin embargo, fue la capacidad de adaptación y la visión de Systrom los dos ingredientes que le permitieron pivotar hacia una propuesta más enfocada: una plataforma que permitiera a los usuarios capturar, editar y compartir imágenes de manera sencilla y estética.
En 2010, con tan solo 26 años, Systrom dio vida a Instagram, una red social que, en su simplicidad, atendía al deseo intrínseco de los usuarios de compartir sus experiencias en formato fotografía. La incorporación de filtros y la posibilidad de interactuar a través de “likes” y comentarios revolucionaron la forma en que visualizamos y compartimos contenido en la red, convirtiendo a Instagram en un fenómeno global en tiempo récord. De hecho, únicamente un mes después de su lanzamiento, la app ya contaba con un millón de usuarios. Un año más tarde, estos se contaban por diez millones.
Tenemos que avanzar hasta el año 2012 para llegar a uno de los grandes hitos de Instagram: su venta a Facebook por 1000 millones de dólares, además de diferente acciones. Y, apenas seis años más tarde, renunció a su cargo como CEO por diferentes desacuerdos con Mark Zuckerberg.
Kevin Systrom, conocido como el padre de Instagram, es mucho más que el creador de una red social: su papel en la industria tecnológica ha sido más que destacado, posicionado como un visionario que entendió el poder de la imagen en la era digital. Su trayectoria es un testimonio de innovación, adaptabilidad y pasión por conectar a las personas de maneras cada vez más visuales, aprovechándose de la capacidad de interacción que generan las redes sociales a través de la fotografía y, a la postre, el vídeo.