Adiós a los cohetes, China pondrá sus naves en órbita con un cañón de riel

Un proyecto que parece más difícil que lo tradicional.

Nos hemos acostumbrado a ver cómo los transbordadores espaciales realizaban su ascenso al espacio gracias a un enorme cohete. Verlo en directo es un acontecimiento impresionante, desde los sonidos hasta las sensaciones de cómo ver una gran estructura se eleva y se pierde más allá de la vista de todos los asistentes que solo pueden ver cómo se pierde en el horizonte. Sin embargo, China quiere conseguir que el proceso sea más espectacular y rápido usando un cañón de riel para los lanzamientos.

Se trata de un sistema que sustituye la combustión de un cohete por la instalación de un cañón gigante que propulsa una nave mediante un acelerador electromagnético.

La tecnología avanza y mucho conforme pasan los años hasta extremos insospechados. En el campo de la aeronáutica se necesita tener en cuenta la física para saber qué puede ocurrir cuando se trabaja con diferentes elementos que tienen que desafiar ciertas normas que obedecen todos los cuerpos. Lo que pasa es que cuando se llevan a grandes magnitudes como es la de mandar una nave del tamaño de un Boeing 737 de 50 toneladas puede que haya que poner más potencia.

Y es aquí donde China quiere marcar un antes y un después en el mundo de la aerodinámica con un cañón de riel que puede propulsar naves al espacio. Según lo que comenta New Atlas, los medios chinos comentan que existe un plan para lograrlo. Este consiste en el uso de una pista de lanzamiento electromagnética que aportará la aceleración necesaria para mover una nave en pocos segundos de una velocidad Match 1,6 a Match 5.

Una pista similar al de las pruebas del Hyperloop y muchos problemas

El Instituto de Investigación de Tecnología de Vehículos de Vuelo de la Corporación de Industria y Ciencia Aeroespacial de China (CASIC) es la entidad detrás del proyecto y ya se ha puesto manos a la obra. La intención es hacer sus pruebas en una pista que mide nada menos que dos kilómetros de distancia, suficiente para que un vehículo llegue a los 1.000 km/h . Esto hace que la superficie de pruebas sea similar al del Hyperloop, aunque existen ciertos problemas que se deben tener en cuenta.

Por ejemplo, que la distancia del cañón debe ser mucho más larga, concretamente 8 kilómetros de largo solo para alcanzar la velocidad Matach 1,6. Con esta premisa conseguir que llegue a la Match 5 será todo un reto. A esto hay que sumar la gran cantidad de electroimanes que intervienen en el proceso y que, por si fuera poco, deben tener en cuenta cómo afecta eso a los pasajeros y la tripulación de la nave. Y es que es mucha potencia liberada en un corto periodo de tiempo, por no hablar de que la gravedad hace su efecto de forma proporcional a la rapidez del lanzamiento.

Y esto también tiene otra cuestión importante: la energía. Y es que un caño de riel electromagnético necesita de una fuente de alimentación muy grande, tanto que podría consumir un gigajulio por segundo para mover semejante vehículo. Eso supondría, al menos, tener al lado una central nuclear para srtirla de energía o de lo contrario no funcionaría.

 

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