Hay un animal marino que para su desgracia no es bienvenido en ninguna de las playas. Y no, no hablamos de los tiburones, aunque más de uno se acerca a las costas más de lo que deben. Hablamos de las medusas, esos seres de cuerpo gelatinoso que solo saben picar a los bañistas y que impiden los baños por su alta presencia. Sin embargo, puede que en el futuro sean la clave para estudiar cualquier mar.
Medusas con componentes cibernéticos
Es posible que hayas visto la adaptación de Netflix de Cyberpunk 2077, una serie en la que las personas viven en un mundo en el que los aumentos cibernéticos se funden con las personas para dotarlas de habilidades sin par. Con esta premisa ya podemos presentar uno de los planes de futuro más interesantes de todos a la hora de investigar las profundidades marinas.
¿Pero por qué elegir a las medusas? Resulta que son animales capaces de nadar a profundidades muy bajas de hasta casi 4 km, además de aguantar temperaturas muy bajas. Esto, combinado con una serie de mejoras como comentan en el estudio de Bioinspiration & Biomimetics, pueden convertirse en sondas capaces de recopilar datos de todo tipo de entornos acuáticos.
Con una serie de dispositivos electrónicos incorporados a su estructura además de un gorro protésico para mejorar sus capacidades de natación es posible obtener nueva información de entornos donde la presión es tal que ningún humano ni máquina puede llegar sin sufrir fallos en su estructura.
El ingeniero aeroespacial de Caltech, Jahn Dabiri, ha hecho hincapié en lo importante que puede ser este proyecto para entender mejor lo que ocurre en el fondo marino diciendo que “está claro que el océano es fundamental para determinar nuestro clima presente y futuro en la Tierra y, sin embargo, todavía sabemos sorprendentemente poco sobre estos ecosistemas, especialmente en las profundidades”.
El futuro observador de planetas
Es una de las cosas que tienen en cuenta los ingenieros a la hora de crear un nuevo robot con estas capacidades. Si, y es que el objetivo es tener disponible un robot que sea capaz de nadar con las mismas capacidades de una medusa en entornos hostiles y desconocidos de los que no se tienen más datos que lo que unas imágenes aportan.
Estos robots podrían ser clave para la exploración de planetas, principalmente en entornos líquidos donde es difícil introduce sondas de gran tamaño que puedan sumergirse. Los datos que aportarán serán claves para entender el comportamiento de las corrientes internas de esos mares además de tener en cuenta otros aspectos como son, por ejemplo, la composición de ese medio acuático, si hay o no flora y fauna, la temperatura o la distancia que hay desde la superficie al fondo marino para conocer más detalles sobre la composición geográfica de ese planeta inhóspito que podría convertirse en esa segunda Tierra que el ser humano colonice en un futuro lejano.
