La ciencia y la tecnología están viviendo su particular “cuarta revolución industrial”, una etapa sin precedentes, gracias al desarrollo tecnológico que ha permitido que el avance científico alcance cotas hasta ahora desconocidas. Hoy, os contamos la historia de un “virus vampiro”, un virus que puede cambiar la medicina tal y la lucha contra las superbacterias tal y como la conocemos.
Un virus atacando a otro virus
En 2020, la científica Tagide de Carvalho, profesora en la Universidad de Maryland, observó algo realmente extraño, una situación completamente inusual debido a la existencia de un virus adherido a otro virus. En concreto, se trata de dos microbios bacteriófagos (o, simplemente, llamados fagos), un microbio que afecta a las bacterias y que está muy presenta en la tierra.
Lo realmente interesante es que el virus de menos tamaño está anclado a su cuello y no es fruto del azar, sino que está en ese lugar para obtener algún tipo de componente procedente de la bacteria de mayor tamaño.
Según indica los estudios llevados a cabo por el equipo de Carvalho, este virus llamado “Mini Flayer”, perdió la capacidad de hacer copias de sí mismo dentro de las células, que es el lugar donde se reproducen los virus. Debido a su desaparición, el virus tuvo que evolucionar y adaptarse a nuevas condiciones, generando una alternativa muy inteligente y parasitaria, utilizando la maquinaria de otra bacteria para proliferar.
Los científicos son conscientes de que en la virosfera, existen una serie de virus que, fruto de su evolución natural, han perdido la capacidad de replicarse dentro de las células. Para subsanar este problema, se integran en el genoma de las células que infectan y esperan hasta que otro virus le facilite “los ingredientes” necesario para que pueda replicarse.
Lo realmente interesante de este descubrimiento es que este virus Mini Flayer también ha perdido la capacidad para esconderse dentro de otra célula a la espera de recibir “los ingredientes”, tomando una solución única: “Me uno directamente al virus que me va a ayudar a reproducirme”. En otras palabras, el Mini Flayer quedará anclado al MindFlayer hasta que llegue el mejor momento para aprovecharse de él.
Nuevos campos de investigación
Los científicos quieren utilizar la maquinaría vírica que lleva años desarrollándose en el beneficio de la especie humana a partir de los estudios realizados en la universidad de Baltimore. En este sentido, las bacterias desarrollan defensas para evitar las entradas de estos fagos, a lo que ellos generan otras estrategias de ataque para su subsistencia.
Para ello, el descubierto de la doctora Tagide de Carvalho es clave, debido a la importancia científica que tiene este “Mind Flayer” y como los científicos están estudiando cómo pueden utilizar estos depredadores naturales denominados fagos para atacar a las bacterias, las cuales cada vez tienen una mayor resistencia a los antibióticos.
A modo de conclusión, parece que esta nueva ventana al conocimiento supondrá un salto adelante no solo en la medicina, sino en entender cómo funcionan las bacterias, un mundo fascinante y que seguramente, cuando los humanos no habitemos la Tierra, ellos seguirán aquí, evolucionando y adaptándose al medio.