El plástico es uno de los principales enemigos del cambio climático y es que, desde su invención, se ha producido más de 6 000 millones de toneladas de residuos que se mantienen en el Planeta durante decenas de años, afectando a todos los ecosistemas terrestres y marinos. A pesar de ello, siempre habíamos pensado que el plástico todavía no nos afecta de forma directa a los seres humanos, pero ¿seguro que es así? Investigadores de la Universidad de Viena han demostrado lo contrario. Quédate en este artículo para conocer los detalles.
El plástico daña nuestro cerebro
Investigadores de la Universidad de Viena han descubierto partículas de plástico en el cerebro de los ratones a las pocas horas después de haber consumido agua que contenía este derivado del petróleo.
Este material, al tratarse de un elemento exógeno en el cerebro de los animales y humanos, no es un residuo fácil de eliminar, lo que puede derivar a problemas de inflamación, trastornos neurológicos o incluso enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.
En este contexto, Lukas Kenner, uno de los investigadores de este proyecto, manifiesta que es posible que las enfermedades citadas, tengan relación con la presencia de partículas de plástico en el cerebro de los seres humanos. Además, dicho equipo de investigación, indica más efectos que pueden producir en nuestra especie, como el deterioro cognitivo, neurotoxicidad y niveles alterados de neurotransmisores, que pueden contribuir a cambios en el comportamiento.
El experimento llevado a cabo con ratones, demuestra que, las partículas de plástico, con un tamaño inferior a 0,001 milímetros, pueden viajar por el cuerpo a través de mecanismos de transporte sin ser percibidos. Luego, son absorbidos por moléculas de colesterol en la superficie de la membrana cerebral, llegando al órgano en cuestión. Su llegada hace que determinadas toxinas y sustancias nocivas puedan entrar en el cerebro de estos roedores, debido a que los mecanismos que evitan su entrada están bloqueados por el plástico.
Más allá del cerebro
Como ampliación al estudio presentado en la universidad de Viena, se destaca un estudio chino de 2022, titulado “Bioefectos de los nanoplásticos inhalados en las neuronas y alteración del comportamiento animal a través de la deposición en el cerebro” que evidenció como los plásticos inhalados por vía nasal afectan al cerebro y, los investigadores informaron que“se podría observar una neurotoxicidad obvia de los nanoplásticos.” En otras palabras, los plásticos inhalados colapsan el funcionamiento de ciertas enzimas cerebrales, manifestando el mismo efecto que se produce en los pacientes diagnósticos con las enfermedades citadas anteriormente. No obstante, también pueden provocar otras enfermedades como obesidad, diabetes, trastornos reproductivos y trastornos neurológicos en fetos y niños.
Ambos estudios demuestran que, si los plásticos han llegado a nuestro cerebro, es un indicativo de que también han llegado a otras partes del cuerpo, afectando a nuestra salud gastrointestinal, nuestra propia sangre, leche materna, afectando en diferentes grados y niveles a los órganos y tejidos, llegando incluso a la muerte celular.
¿Hay solución a la vista?
El verdadero problema de todo ello es que no hay solución a la vista, puesto que, según indica el estudio de Global salud Planetaria del Boston College, señala que la elaboración de plástico aún no ha llegado a su pico máximo de producción, lo que quiere decir que la producción seguirá aumentando, y, por consiguiente, los problemas de salud que emanan de ello.
Los gobiernos y la ciudadanía deben ser conscientes de que el cambio climático no solo afecta a los animales y ecosistemas, sino que cada vez afecta más a los humanos. Ya hay enfermedades que empiezan a tener relación con el plástico, y solo es, la punta del iceberg. La investigación será clave para conocer los efectos nocivos de como afecta ya este material a nuestro cuerpo.