Estamos en una época en la que la palabra inteligente atribuida a un elemento parece que sí o sí parece que tiene que llevar chips y dispositivos en su interior. Esto por no hablar de una conexión a Internet, ya que de lo contrario no serían tal cosa. Pero en este caso supera todas las expectativas posibles ya que hablamos de badenes inteligentes que se pueden instalar en cualquier calzada.
Si, hoy toca hablar de un hito de la tecnología, pero no de la que tiene placas base ni chips. Resulta que se han creado unos badenes que son capaces de ‘respetar’ los coches de los vehículos que circulan a la velocidad recomendada y castigar a los que no con una forma flexible.
Cómo funciona un badén inteligente
El titular te ha podido dar una idea de lo que te vamos a contar a continuación, pero lo cierto es que se trata de algo muy diferente a lo que te imaginas. Y es que te puedes haber hecho una idea de un badén que aparece o se mantiene en la carretera en función de lo que un radar le dice para que el coche que viene a continuación reduzca su velocidad. La idea es buena, pero lo cierto es que sería hacer una trampa muy peligrosa para los propios conductores.
Sin embargo, ya están apareciendo los primeros badenes inteligentes y flexibles en las carreteras del mundo. A primera vista no parecen gran cosa. De hecho, los coches que pasen por encima apenas notarán un pequeño sobresalto en su vehículo si pasan a una velocidad adecuada, como si estuvieran pasando por encima de una parra de plástico. Pero de ir más rápido ten por seguro que este reaccionará con una respuesta sólida, como si estuvieras pasando el coche por un montículo de cemento que seguro has visto cerca de tu casa o en tu ciudad.
Al hablarte de cómo reaccionan te puede parecer imposible que esto exista, pero lo cierto es que tiene una explicación científica para la construcción de estos dispositivos de control de velocidad que te puedes encontrar muy pronto.
Fluidos no newtonianos, la clave de la inteligencia
¿Cómo es posible esto que te estamos contando? Resulta que los badenes inteligentes están construidos con un líquido en su interior. Sin embargo, no es un líquido corriente como el agua, que se moldea con los impactos y tiende a expandirse y buscar los huecos por donde salir a consecuencia de una variación de dicha presión. Su nombre te lo acabamos de decir y son los fluidos no newtonianos.
Este tipo de fluidos son totalmente diferentes al agua en lo que a comportamiento se refiere. Sus características son exactamente las mismas que las del agua en un estado sin variaciones, por lo que lo encontrarás en un estado voluble y manipulable. Pero la cosa cambia al responder frente a un objeto sufrir un impacto. A diferencia del H2O, se convierte en estado sólido para recibir el objeto que hay delante dependiendo de su velocidad.
La explicación es pura física. Se trata de un material que es capaz de reaccionar a la fuerza con la que es lanzado o a la que un objeto interacciona con él. De esta manera, cuando un objeto se desplaza a gran velocidad contra este líquido, este se volverá más duro y el coche tendrá más problemas para pasar (como si tuviera que sortear un badén tradicional). De lo contrario, el líquido se quedará en este estado si el conductor decide reducir la velocidad para que el líquido no newtoniano se mantenga en este estado.
Aplicado a los badenes inteligentes de los que te hablamos, es la estructura interna la que mantiene una forma curva con una buena cantidad de líquido no newtoniano en su interior. De esta forma, los conductores más precavidos sortearán el obstáculo como si nada, mientras que aquellos que pasan a una velocidad superior a la establecida se encontrarán con un obstáculo sólido.
Respetar los límites tendrá un gran premio
El líquido no newtoniano es uno de los grandes avances de los últimos años en lo que su aplicación urbanística se trata. Su composición es muy sencilla de conseguir y, por si fuera poco, tiene unas cualidades excepcionales. Evidentemente, este aparato de seguridad vial que te estamos presentando es mucho más interesante que cualquier otro sistema conocido por una razón sencilla: no requiere de electrónica para funcionar. Es pura ciencia y, a diferencia de los desniveles tradicionales, no provoca un deterioro tan grande porque no tiene una superficie tan sólida hecha de cemento o plástico.
Por otro lado, como decíamos en el inicio de este epígrafe, hacer las cosas bien tiene su premio. El líquido se comporta como tal a bajas velocidades, lo que ayuda a preservar la integridad del vehículo durante mucho tiempo. De lo contrario, al circular a una velocidad más alta de lo debido puede que te encuentres con un problema grave, ya que el fluido se endurecerá en el acto, haciendo que pases un obstáculo más duro de lo que en verdad quieres pasar. Y, por si te lo preguntas, esto puede suponer un problema grave para la suspensión de tu coche en primer lugar, aunque pueden darse peores situaciones en función de la velocidad por la dureza que puede tener el líquido.