El mundo de la ciencia es de lo más fascinante. Conocer cómo funciona el mundo a veces es cuestión de pararse y entender cuáles son las normas que rigen nuestro mundo o el universo. Lo cierto es que es una tarea complicada incluso para los entendidos en la materia, pero solo de las mentes más privilegiadas salen aparatos con los que se pueden incluso detectar las ondas gravitacionales.
Se trata de un dispositivo llamado LIGO, el cual es capaz de descubrir este fenómeno que todo el mundo conoce como esa atracción que el nucleo de la tierra tiene con todos los objetos que no se sostienen por sí mismos.
Qué son las ondas gravitacionales
Para entender el trabajo que desempeña el dispositivo LIGO es importante saber qué es lo que mide. Y es que la gravedad no responde solo a la descripción que te hemos presentado antes de una fuerza de atracción que es la que hace que caigas al suelo si pierdes el equilibrio o que se te caiga algo al suelo sin remedio.
Las ondas gravitacionales son un concepto que llegó de la mano de uno de los físicos más importantes de todos los tiempos: Albert Einstein. Él predijo que existían unas ondas o perturbaciones del espacio-tiempo producidas cuando un cuerpo se acelera. El movimiento de este cuerpo, o más bien cuerpos, es giratorio y genera unas ondas que se propagan de manera infinita a la velocidad de la luz.
Y su importancia es más importante de lo que parece, sobre todo para la validación de la famosa teoría de la relatividad que acuñó el propio Einstein.
Cómo funciona LIGO
LIGO es el dispositivo que ha hecho capaz la detección de una de las predicciones de Einstein, pero hacerlo no ha sido tarea fácil. Aunque se tenía alguna que otra evidencia de su existencia no ha sido probado nunca hasta la utilización de este aparato. Los técnicos han teniendo un trabajo titánico en su calibración ya que determinar las ondas gravitacionales de la Tierra no era posible por todas las interferencias del planeta. Estas las producían todos los elementos que hay entre la corteza y la atmósfera, por lo que el movimiento del viento, el de las olas o los pasos de las personas interferían en la detección de las propias de la Tierra.
Y todo esto es importante, sobre todo si tenemos en cuenta la envergadura de semejante proyecto. Resulta que LIGO está compuesto por dos interferómetros gigantes a láser, los cuales miden cerca de cuatro kilómetros de largo y están separados por 3.000 kilómetros de distancia. Como puedes entender, las vibraciones e interferencias son muchas en semejante distancia, pero este aparato es de alta precisión y ha sido capaz de medir las propiedades de la luz y el espacio.
Dicha distancia es la que hay entre los dos laboratorios: uno está situado en Livingston, en el estado de Louisiana, en el sur de Estados Unidos, y el otro en Hanford, en el estado de Washington, en el noroeste. Desde cada brazo se lanza un haz de luz láser con la que se puede captar tanto el estiramiento como la compresión de espacio entre los dos. De hecho, se ha demostrado que cuando el espacio se comprime en un lado, en el otro se estira. Gracias a una investigación exhaustiva, se ha podido diferenciar el ruido que interfiere en las ondas y se ha conseguido encontrar la señal de las ondas gravitacionales.
¿Qué aportará LIGO a la física?
Puede que pienses que la utilización de LIGO no sirva para mucho en la Tierra, pero es que este hallazgo servirá para entender el sitio de nuestro planeta en el Universo y cómo funciona. Se trata de un nuevo sistema de detección de elementos como pueden ser los infrarrojos o los rayos X.
Su función puede ayudarnos, por ejemplo, a entender cómo funcionan los agujeros negros y comprender su fuerza y composición. Se trata de una nueva forma de entender todo lo que rodea al planeta Tierra, por lo que si esta tecnología se logra reducir de alguna manera con los mismos cálculos se podrían crear nuevas sondas de exploración espacial o telescopios con funciones extraordinarias para entender el universo.
