El universo es el conjunto de todo lo que existe: la materia, la energía, el espacio y el tiempo. Y, al contrario de lo que puedas llegar a pensar, no, no eres el centro de él. ¿Entonces, cuál se supone que es el centro del universo? ¿Existe como tal o no hay forma de descifrarlo?
Para hablar de ello hay que remontarse a los inicios y a cómo se originó según la ciencia. Si hacemos caso a la teoría del Big Bang, el universo se originó hace unos 13.800 millones de años a partir de una singularidad, un punto de densidad y temperatura infinitas que se expandió rápidamente en todas direcciones. Desde entonces, el universo sigue expandiéndose y evolucionando, formando galaxias, estrellas, planetas y otros objetos celestes.
¿Tiene centro?
Una pregunta que surge al estudiar el universo es si tiene un centro o no. Es decir, si hay algún punto especial o privilegiado desde el que se puede observar el resto de planetas, estrellas, galaxias y singularidades espaciales. La respuesta corta es que no, el Universo no tiene un centro ya que, aparentemente, es infinito, y algo infinito no tiene un punto central. De hecho, los científicos, para tratar de explicarlo, hablan de la expansión del universo.
Expansión del univero
La Expansión del Universo significa que el espacio entre las galaxias se está estirando, haciendo que se alejen unas de otras. Sin embargo, esto no implica que haya un punto fijo desde el que se expande el espacio, como si fuera una explosión ordinaria. Más bien, el espacio se expande por igual en todos los lugares, sin importar dónde estemos. Esto significa que todas las galaxias se ven alejarse unas de otras, pero ninguna es el centro de la expansión.
Como no es que sea muy sencillo poner una imagen a esto, a una expansión que no corresponde a ningún punto en concreto, los científicos ponen de ejemplo la superficie de un globo que se infla. Si ponemos puntos sobre el globo para representar las galaxias, veremos que al inflarse el globo, los puntos se separan unos de otros, pero ninguno es el centro de la superficie. El centro del globo está en su interior, en una dimensión diferente a la de la superficie. De manera similar, el centro del universo podría estar en una dimensión diferente a la nuestra, o simplemente no existir.
Otra forma que han usado los expertos en astronomía para explicar por qué el universo no tiene un centro es pensar en cómo lo observamos. Cuando miramos al cielo, vemos la luz que nos llega de las estrellas y las galaxias. Pero esa luz no es instantánea, sino que tarda un tiempo en viajar por el espacio. Por ejemplo, la luz del Sol tarda unos 8 minutos en llegar a la Tierra, y la luz de la galaxia más cercana, Andrómeda, tarda unos 2,5 millones de años. Esto significa que cuando miramos al cielo, estamos viendo el pasado del mismo.
De hecho, es imposible que veamos todo el espacio. Lo que alcanzamos a ver es el universo observable, una esfera centrada en nosotros, cuyo radio es la distancia máxima a la que podemos ver. Esa distancia es de unos 46.000 millones de años luz, que es el tiempo que ha tardado la luz en llegar hasta nosotros desde el principio del universo. Pero, si nos movemos a otro lugar del universo, por ejemplo a Júpiter, tendríamos una esfera observable diferente. Cada observador tiene su propio universo observable, y cada uno se ve a sí mismo como el centro de su esfera. Pero eso no significa que haya un centro real del universo, independientemente de quién lo esté observando.
Para que exista un centro real, ese punto tendría que ser especial de alguna manera con respecto al universo como un todo. Por ejemplo, tendría que haber algún objeto o característica que exista solo en ese punto, como un agujero negro supermasivo o una nebulosa gigantesca.
De momento, o no existe, o no se ha encontrado. Por lo que, puedes imaginar el centro del universo como esa tapa de yogur con un posible precio que te anima a seguir buscando.