Imagina que estás en la facultad con tu portátil, intentando encontrar ESE trabajo que tienes que entregar en unas horas y, por razones ajenas a tu entendimiento, se materializa la desgracia: tu trabajo no está por ningún lado. Vamos a compartir contigo algunos trucos o precauciones que deberías tener en mente para que el infortunio de perder tu trabajo de la universidad no pueda volver a repetirse.
No olvides activar el autoguardado cuando redactes un trabajo
Cuando estamos redactando un texto en nuestro programa ofimático favorito es posible que tengamos la mala fortuna de que dicho programa o el propio ordenador se apaguen súbitamente (corte de suministro eléctrico, error del sistema, etc.).
Configurar un guardado automático cada pocos minutos dentro de los ajustes o preferencias del programa ofimático que usemos es vital. También podemos indicar que guarde un segundo documento como copia de seguridad.
Archiva tus documentos en una memoria externa
Hace años que las memorias de almacenamiento portátiles son la forma más usada de transportar información, sustituyendo claramente a otros formatos tradicionales como CDs o disquetes.
Tener una memoria externa (pen-drive, tarjeta de memoria) o disco duro externo con nuestros documentos almacenados en ella, es algo básico si no queremos arriesgarnos a perder toda esa valiosa información.
Usa la nube
La gran cantidad de servicios de almacenamiento online que han florecido en los últimos años, algunos amparados bajo grandes marcas como Google o Microsoft, son una buena opción para tener alojados archivos personales y acceder a ellos de diversas formas.
Podremos acceder a ellos desde cualquier ordenador donde introduzcamos nuestra cuenta, o desde nuestro propio smartphone, tablet o cualquier otro dispositivo con conexión a la red. Será imposible perder un documento de nuevo.
La organización de tus carpetas es importante
Como en otros ámbitos de la propia vida, ser ordenado dentro del disco duro de tu ordenador es igual de importante. La impotencia que podemos vivir al ver como no encontramos un archivo concreto entre cientos de carpetas y archivos desordenados, es algo que nos restará mucho tiempo que podríamos invertir en otros asuntos.
Lo mejor es usar las librerías propias del sistema operativo donde trabajemos (carpetas de Documentos, Imágenes, Vídeos, etc.) para archivar de forma eficiente cualquier tipo de archivo que copiemos en el dispositivo. Por supuesto, lo ideal es crear una jerarquía de carpetas propia para organizar los archivos por asignatura, por año, por semestre… Nuestro “yo” del futuro lo agradecerá.
Usa aplicaciones de recuperación
Si nuestra “tragedia” personal con ese documento que deseamos usar ha pasado a mayores, y sencillamente hemos perdido los datos del dispositivo donde se encontraba alojado, siempre nos queda un último recurso: usar un programa de recuperación.
Existen tanto programas que permiten recuperar documentos concretos como Easy Word Recovery o Repair My Word así como programas que son capaces de recuperar datos de una unidad que ha fallado (disco duro o memoria externa) como Recuva o Pandora Recovery.
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