Los factores que indican que un monitor es auténticamente gaming

Cuando hablamos de videojuegos, no todo son pulgadas. El viejo refrán de “caballo grande, ande o no ande” dejó de aplicarse cuando dimos el salto de los monitores CRT a los LCD, una tecnología cuyo rendimiento puede variar drásticamente en función de aspectos como el panel utilizado o el tipo de refresco.

Así como antiguamente las pantallas de tubo se diferenciaban en generalistas y para diseño gráfico, contemplándose únicamente variaciones en la calidad del color y el refresco, hoy en día la realidad es mucho más compleja.

Con todo, no resulta complicado escoger el monitor gaming perfecto si sabes lo que quieres y lo que debes mirar. En realidad, los aspectos que separan un monitor convencional de otro para juegos no son tantos, pero la diferencia en el resultado final es tan importante que se hace necesario conocerlos.

Las tecnologías del panel

Cuando hablamos de panel, nos referimos al elemento técnico del monitor donde se generan las imágenes, fundamentalmente la capa LCD. Dentro de la industria, hay diferentes tecnologías de panel LCD que proporcionan resultados muy distintos. Las fundamentales son TN, VA e IPS.

Los monitores TN dan un rendimiento poco destacable para juegos, aunque son perfectamente válidos para ofimática. Si queremos jugar en serio, nos quedaremos con VA e IPS. Estas son sus características:

  • VA: se caracterizan por tener un tiempo de respuesta muy bajo y altas velocidades de refresco. Asimismo, sus ángulos de visión son abiertos y la calidad del color negro es bastante buena. Por ello, son muy interesantes para los juegos que requieran una acción rápida. Un buen ejemplo es el Lenovo G34w-10.
  • IPS: los monitores IPS, como el Legion Y25-25, se acercan en ángulos, contraste y calidad del color negro a los VA. Destacan fundamentalmente porque su colorido general es superior, y modelos de cierto calibre son incluso adecuados para trabajar profesionalmente con fotografía y vídeo. Proporcionan la imagen más espectacular.

El refresco y la fluidez de la imagen

Lenovo Legion Y27gq Monitor Product TourLenovo Legion Y27gq Monitor Product Tour

La frecuencia o velocidad de refresco es el número de veces que un monitor actualiza la pantalla cada segundo. A mayor número de hercios, mayor podrá ser la fluidez de la imagen para adaptarse a tasas de FPS más elevadas. Así, un antiguo monitor a 60 Hz solo podrá mostrar un máximo de 60 FPS, mientras que un Lenovo G27c-10 puede plasmar hasta 165 Hz y el mismo número de FPS para una fluidez de juego extraordinaria.

Actualmente, todos los monitores para juegos tienen refresco adaptativo gracias a las tecnologías G-Sync (Nvidia) y FreeSync (AMD) para mantener la fluidez independientemente de las fluctuaciones en las tasas de FPS. El mínimo recomendable deberían ser 120 Hz y siempre soportando alguna clase de sistema adaptativo.

El tiempo de respuesta, clave en los juegos de acción

El tiempo de respuesta es otro aspecto interesante, pero que por algún motivo no goza de la consideración que requiere. En esencia, este valor indica el tiempo en milisegundos que requiere un píxel para cambiar totalmente de color, normalmente de gris a gris (también conocido como G2G o grey to grey). A menos milisegundos, más rápida será la velocidad de respuesta y menos tiempo necesitará tu monitor para que sus píxeles cambien de color.

El tiempo de respuesta es muy importante en los juegos de acción, puesto que un valor excesivamente alto introducirá estelas o ghosting. Por decirlo de alguna forma, los píxeles de la pantalla no podrán seguir el ritmo de los juegos, degradando la calidad de imagen.

Normalmente los monitores gaming tienen valores inferiores a los 2 ms. El Legion Y27gq-20, por ejemplo, tiene un tiempo de respuesta solo 1 ms.

La resolución: en busca de la inmersión

Lenovo Legion Y44w Monitor Product TourLenovo Legion Y44w Monitor Product Tour

La resolución es un asunto un tanto delicado. En un principio podría pensarse que siempre será mejor tener un valor muy alto para disfrutar de la máxima nitidez y los píxeles más pequeños, pero hay que tener en cuenta que una resolución muy elevada va a demandar un mayor esfuerzo a nuestro hardware. Si nuestra tarjeta gráfica es de gama media o usamos un equipo de cierta edad, un monitor 4K tirará por los suelos el rendimiento.

Igualmente, es más fácil sacar partido a una tasa de FPS elevada usando un monitor con una resolución relativamente moderada. Con 24 pulgadas, un panel Full HD llega al límite, así que deberemos pensar en ir más lejos si buscamos una pantalla de mayor tamaño; de lo contrario, los píxeles serán demasiado visibles. QHD es una buena resolución para esas pantallas.

Eso sí, siempre podremos ir más lejos si tenemos un equipo gaming con todas las letras. Un hardware más potente puede hacer particularmente deseables propuestas como el Legion Y44W, que destaca por utilizar un panel envolvente y curvado para potenciar la inmersión.

Mejor con HDR para que no se te escape nada

Recientemente, la organización VESA comenzó a certificar los primeros monitores gaming compatibles con HDR. Esta tecnología derivada de la industria del cine y ya vista en incontables televisores permite elevar el contraste dinámico de las imágenes a través de una manipulación inteligente del brillo, dando lugar a escenas mucho más espectaculares.

La calidad de imagen es explosiva, en parte, porque hablamos de monitores que normalmente poseen sistemas full array con una gran cantidad de puntos LED para proporcionar un brillo muy elevado, pero también altamente modulable. El Lenovo G27-20, por ejemplo, proporciona hasta 400 nits de brillo.

No te olvides de los pequeños detalles

Finalmente, los monitores gaming destacan del resto por su cuidado por los detalles. Los gamers son consumidores más exigentes de lo normal y buscan rasgos distintivos a la par que funcionales, por lo que una buena pantalla gaming se parecerá exteriormente en muy poco al clásico monitor de oficina.

Algunos de estos elementos pueden ser la iluminación RGB programable y el uso de marcos más finos, pero también la presencia de sistemas de organización de cables e incluso la regulación en altura.

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