Ya han pasado las Navidades y tal vez hayas sido lo suficientemente bueno o buena para que te hayan traído una flamante y nueva televisión. Ahora lo que falta es poder disfrutar de ella de la mejor manera posible y una de las maneras es configurarla de forma adecuada.
Desactivar la interpolación de fotogramas
Este es uno de esos ajustes que vienen activados por defecto por una sencilla razón: se utiliza como configuración “media” para utilizarlo en la mayoría de los modos (película, deportes, juegos, etc.) pero no es el más adecuado para ninguno de ellos. Para desactivarlo iremos a los ajustes de nuestra televisión y buscaremos una opción que, dependiendo del fabricante, se llamará TruMotion, Action Smoothing, Imagen suave o algo similar.
Desactivar otros ajustes generales
Siguiendo con lo anterior, lo ideal es desactivar algunos ajustes que “suavizan” la imagen pero que sacrifican la calidad, la definición, etc. Iremos a los ajustes y desactivaremos los que reducen el ruido, los que modifican el color de modo dinámico o los que corrigen la profundidad de los negros.
Temperatura de color
Como ocurre en muchos casos, el equilibro es lo ideal. Debemos poner la temperatura de color en Normal, no en Cálida ni en Fría.
Activar el modo HDR
Si nuestra nueva televisión dispone de HDR, para poder disfrutar de un mayor abanico de colores y de una mejor luminosidad (que no siempre es igual a tener más luz).
Ajustes básicos
Por último, vamos a ver los ajustes imprescindibles en cada parámetro:
Modo de imagen: Cine (o Película). Nunca deportes, juegos, etc.
Nitidez: la cantidad por defecto (normalmente 0% o 50%)
Contraste: 100%
Brillo: 50%
Color: 50%
Relación de aspecto: dependiendo de la marca, elegiremos Just Scan (LG), Wide Mode: Full o Display Area: Full Pixel (Sony) y Screen Fit (Samsung).
Ahora solo tenemos que acostumbrarnos a esta nueva y mejorada “visión” de nuestra flamante televisión. Contadnos en los comentarios si habéis seguido estos consejos y qué os han parecido.