Muchos de los smartphones de alta gama actuales presentan una configuración de varias cámaras, sobre todo en la parte trasera. Ya casi es normal que traigan dos cámaras, aunque han comenzado a aparecer terminales con tres e incluso con dos cámaras en la parte frontal. Pero ¿para qué sirven exactamente estas cámaras? Vamos a verlo
Gran angular: más a la vista
Si una de las cámaras posee una lente de gran angular de apertura baja, nos facilitará la toma de fotografías con un campo de visión más amplio, llegando hasta los 135 grados de visión. Conseguiremos unas magníficas tomas panorámicas sin necesidad de ir desplazando el teléfono haciendo un barrido.
Doble Zoom: todo más cerca
Una de las debilidades de las cámaras digitales es el zoom, lo que se agrava en el caso de los smartphones donde, por falta de sitio físico, las cámaras no disponen de espacio suficiente para poseer partes móviles y, por tanto, tener zoom óptico tal y como lo conocemos. Esto se ha intentado paliar con el uso de dos cámaras en las que una de ellas esté “especializada” en tomas lejanas, llegando incluso a disponer de cierto grado de zoom óptico, aunque lo habitual es que por defecto esta segunda lente posea un zoom digital de dos aumentos sin perder nitidez.
Poca luz: mejores fotos en la oscuridad
Otro gran talón de Aquiles de las cámaras de los smartphones son las tomas con poca luz. Por ello, una solución puede ser incluir una segunda cámara con sensores más grandes, con mayor apertura, para que dejen pasar más luz y la foto tenga mejor calidad y visibilidad.
Cámara lenta: la nueva moda
Otra opción que estamos viendo actualmente en el mercado es la de generar vídeos en cámara lenta. Por ejemplo, un sensor puede filmar en alta resolución a, por ejemplo, 60 frames por segundo, mientras que la segunda lo hace a menor resolución, pero a 120 fps, con lo que tendremos un fragmento del vídeo (que podremos elegir) para poder verlo en “slow motion”.
Dos enfoques diferentes
Por supuesto no podemos dejar de hablar del efecto bokeh o de desenfoque. La segunda cámara toma información de la profundidad de la toma con lo que, mediante procesado de software, se puede jugar con el enfoque de los diferentes elementos de la imagen, resaltando el fondo o el primer plano.
La vida en blanco y negro
La última combinación que vamos a ver es la de un sensor a color (RGB) y uno monocromo, el primero capta los colores y el segundo capta los detalles de iluminación. Luego, mediante software, se unen ambas imágenes obteniendo una fotografía con un mejor rango dinámico y un contraste mejorado.
Más que realidad: realidad aumentada
Una última opción es la de utilizar ambas cámaras para conseguir realidad aumentada, como el proyecto Tango, desarrollado por Google y presente en algunos smartphones Lenovo, mediante el cual estas cámaras escanean el espacio fisico a nuestro alrededor y, a traves de complejos algoritmos, convierten ese espacio en, por ejemplo, el escenario de un videojuego, un proyecto de decoración, etc.
La unión hace la fuerza
Todo esto necesita de un procesado digital dentro del smartphone. Los sensores de las diferentes cámaras funcionan de forma independiente, pero a la vez, deben trabajar juntos para conseguir esa fotografía perfecta. Por ello, además de la calidad de los sensores es muy importante el software de proceso que tenga cada smartphone.