Una tendencia frecuente en algunos usuarios es, nada más comprar un smartphone, adquirir una funda a juego, con un marco vistoso; algo agradable al tacto.
Esto está bien como complemento estético, de hecho es una buena ayuda para amortiguar golpes —sobre la estructura de la carcasa, pocas veces sobre la pantalla—, pero también asfixia a nuestro terminal. Es decir: traba que el equipo pueda fugar la temperatura correctamente.
Cada día los teléfonos móviles son más potentes. La carcasa ya no es un mero elemento contenedor: a nivel inferior incluye láminas de aluminio y pequeños tubos termosifón bifásicos (caloductos) pensados para fugar el excedente de calor.
Tu funda puede empeorar el rendimiento del móvil
Como decíamos, las fundas cerradas siliconadas reducen la “transpiración” del terminal. Los procesadores incluyen sus propios “termómetros” inteligentes, para determinar en todo momento la temperatura. Si ésta supera el máximo recomendable, el terminal puede incluso apagarse o bloquearse, el denominado bricking.
Las carcasas móviles están fabricadas en materiales de alta conductividad para excusar ese calor sobrante. Es un proceso que va desde la pasta térmica hasta el mismo exterior. Cuando iniciamos un videojuego, aumentan los ciclos de lectura/escritura y el terminal empieza a subir los grados. De ahí que debamos despejar toda la superficie posible. Si, en cambio, la capacidad de enfriar se reduce, el propio terminal también reducirá su margen de actuación.
También recomendamos utilizar algún software como Coolify o Cooler Master, complementos que revisarán a fondo la cantidad de procesos, el consumo de RAM, y reducirán la temperatura. Porque aunque un terminal soporte hasta -20 grados por debajo y hasta 70 grados por encima, su temperatura óptima está entre los 20-30 grados centígrados.
El proceso de carga de la batería también puede afectar y acrecentar el problema. Porque genera calor residual y parte del calor que emana puede absorberlo el terminal. En este particular se recomienda tener alejados uno de otro (cargador y smartphone), usando un cable lo suficientemente cable largo.
¿Algo más que deba saber de mi funda?
Sí. Los imanes también de botón, los que ocultan el mismo dentro de la funda, son peligrosos por varios factores:
- Pueden provocar daños en la batería a largo plazo, incluso afectar a la antena del terminal.
- Si el imán es muy fuerte condicionará el funcionamiento del giroscopio y del GPS, lo que redunda en el funcionamiento del 3 y 4G y la calidad del Internet que recibiremos.
- Si el móvil es nuevo se recomienda no usar fundas con imán. Alteran el rendimiento, incluso el tiempo de uso de la batería.
- Sobre la pantalla también puede afectar, provocando los famosos “dead pixels”, sobre todo tras una exposición continuada.
¿Qué tipo de funda debo usar?
Tampoco vamos a decir que ninguna, aunque en verano conviene evitarlas, igual que la exposición directa al sol. Nuestra recomendación es usar fundas de gel, que sólo cubran la parte trasera, nada del frontal donde se sitúa el display, porque cumplen con los siguientes requisitos:
- Son las más delgadas, al no aumentar exponencialmente el grosor del terminal, no ocuparán tanto espacio dentro del bolsillo o bolso.
- No son rígidas, de manera que toleran mejor los impactos, absorbiendo la energía de manera más efectiva.
- Que posean, a ser posible, varias bandas de agujeros en torno a los laterales, para ayudar a fugar el calor excesivo.
- Responden mucho mejor que las flip covers y las rugerizadas a los test de rendimiento, porque reducen la fricción.
- Son bastante económicas. Aunque hay que mirar las que mejor se adapten a la propia forma del terminal, de manera ergonómica. Si pensamos en unas Ballistic, por ejemplo, son demasiado engorrosas. Nada de monstruos de formas afiladas.
La funda perfecta para el móvil perfecto
La mejor funda siempre será la que reciba soporte oficial del terminal, ya que ha sido diseñada conociendo las especificaciones del dispositivo.
Si nos fijamos por ejemplo en el nuevo Moto Z, cuando se acopla un MOD el terminal lo identifica por medio de una vibración, así sabemos que el módulo ha sido identificado y emparejado con el sistema.
La verdad es que Moto Z no necesita mucha protección extra. Cuenta con una pantalla Corning Gorilla Glass, una fabricación en cristal y marco de aluminio ideal para evaporar el extra de calor, además de una carcasa con un tacto similar a la tela que hace que el terminal no resbale de las manos. En apenas 165 gramos y 5,2 mm de grosor, Moto Z esconde un sistema con mucha vida útil.