El mundo de los procesadores de los PC y portátiles está dominado por Intel y AMD. Ambos gigantes de la tecnología llevan desde el siglo pasado ofreciendo los mejores procesadores para los usuarios que les permiten desarrollar su creatividad y productividad. A pesar de la calidad de ambos, muchos usuarios se pueden preguntar: ¿cómo decidir cuándo optar por Intel y cuándo por AMD?; ¿En qué circunstancias se elige el uno sobre el otro? Vamos a analizarlo en profundidad en este artículo.
Rendimiento en juegos
En el mundo de los videojuegos, tradicionalmente Intel ha tenido la ventana debido a su superior rendimiento en procesadores de un solo hilo. Sin embargo, en las últimas, décadas, AMD ha ido cerrando progresivamente la brecha, llegando prácticamente a un punto de equidad absoluta, sobre todo, con sus procesadores Ryzen de última generación que ofrece un rendimiento increíble en este ámbito. Esto es debido a que, los procesadores Ryzen ofrecen más núcleos e hilos, lo que puede ser beneficioso para juegos modernos que están optimizados para múltiples núcleos.
Eso sí, es importante resaltar que el procesador no es el elemento fundamental para tareas de videojuegos, sino que hay otros apartados muy importantes como la tarjeta gráfica y la RAM, donde el equilibrio es fundamental.
Tareas profesionales
Junto a los videojuegos, las tareas profesionales es el otro gran punto para tener en cuenta a la hora de elegir uno de los principales procesadores del mercado. En este sentido, si nos centramos en tema de multitarea y procesamiento multihilo, como la edición de vídeo, la renderización 3D, y el procesamiento de datos, los procesadores AMD suelen ser la mejor opción debido a su capacidad de rendimiento multihilo.
En cambio, en tareas de Single-thread y aplicaciones con uso intensivo de frecuencia, Intel se encuentra un pasito por encima. En este sentido, los procesadores de la firma norteamericana tienen frecuencias de reloj más altas y mejor rendimiento cuando realiza procesos de un solo núcleo, lo que puede ofrecer un mayor rendimiento en profesiones como la codificación y determinados software de diseño gráfico como Figma.
Continuando con el hilo en cuestión, hay determinados software como procesos de ingeniería, que tienen un rendimiento mejor con procesadores Intel, mientras que, software de edición de vídeo o desarrollo del ámbito de 3D como Blender, Unreal Engine o Substance Painter, pueden funcionar mejor con AMD, sobre todo, con los procesadores MD Ryzen 9 7950X3D.
Consumo de energía
En este sentido, no podemos determinar que un equipo consuma más o menos, ya que depende en gran medida el uso que les a tu unidad. Lo que sí es cierto es que cada uno de ellos destaca en unas determinadas ámbitos, que es el usuario quien debe determinar que equipo le conviene más. Por un lado, tenemos los procesadores de Intel, los cuales, al tratarse de un rendimiento de un solo hilo, tienen un menor consumo, lo que los hace muy interesante en los portátiles. En cambio, cuando los procesadores de Intel trabajan en tornos gaming o complejos, su consumo se vuelve mucho más disparatado y ahí, es donde AMD tiene cierta ventaja.
Dicho esto, no podemos decir que los AMD tengan una mala eficiencia, sino que, desde el lanzamiento de la arquitectura ZEN en 2017, los procesadores AMD han ido mejorando considerablemente su eficiencia y sobre todo, manteniendo el mismo rendimiento.
Compatibilidad, actualizaciones y longevidad
En términos de compatibilidad, es cierto que ambas opciones tienen una compatibilidad similar con la mayoría de los componentes, como la RAM, tarjetas gráficas y, almacenamiento. Sin embargo, la diferencia radica en sus objetivos a medio y largo plazo. En este sentido, AMD ha mantenido la base de sus procesadores durante más tiempo, lo que ha permitido a los usuarios poder actualizar sus componentes sin tener que realizar un gran desembolso, mientras que, Intel ha tenido una tendencia de cambiar los sockets cada poco tiempo, lo que implica un encarecimiento del precio cuando vayas a realizar alguna actualización.
En este sentido, Intel establece el ciclo de vida de sus placas base a dos años, mientras que, AMD, ha extendido este proceso hasta los tres años debido a la citada compatibilidad. Esta diferencia ha provocado también que los procesadores Intel tengan una mayor venta en el mercado de segunda mano, aspecto que no es así en AMD.
Lo que sí es cierto, es que ambos utilizan sockets diferentes para sus procesadores, lo que significa que no puedes usar una placa base diseñada para procesadores Intel con un procesador AMD, y viceversa.
La IA es el futuro
Es innegable que muchos fabricantes de dispositivos electrónicos llevan años detrás de la construcción de nuevos dispositivos que sean capaces de mejorar por sí mismos o al menos aprender de las tareas más repetitivas para hacerlas con la mayor eficiencia. Es aquí donde tenemos que hablar de la inteligencia artificial, que a la hora de elegir un procesador puede ser determinante para según qué tareas.
El ejemplo más claro nos lo ha puesto Intel gracias a su serie Ultra, la cual está llamada a ser el presente de la computación más rápida jamás vista. La intención es la de tener todos los elementos integrados en un mismo sitio y todos funcionando de una manera acorde a las exigencias del usuario según el momento. No cabe duda de que en el futuro veremos nuevas remesas de chips con estas características por parte de todas las firmas, aunque a día de hoy montar un PC con este chip te puede salir bastante caro.
Por eso, puede que lo mejor en este sentido sea esperar unos años a que se democratice esta tecnología y se asiente lo mejor posible para conocer el potencial en los diferentes campos en los que puedes usar tu ordenador y, ante todo, conocer cuáles son los límites de esa inteligencia artificial. Esto es lo que se llama tener una NPU integrada en el chip, que no es más que dedicar una sección por completo al desarrollo del software automatizado del dispositivo que permite que este tome el control de ciertas partes del aparato para hacer que su rendimiento sea aún mejor en todos los sentidos. No hace falta ser un amante del gaming para disfrutar de sus bondades, ya que cualquier usuario sacará un gran partido de las capacidades de esta mejora en el futuro más cercano.
Precios
Hemos visto que las diferencias mínimas entre ambos procesadores, por lo que, el precio tiene un aspecto fundamental. Históricamente, AMD ha ofrecido procesadores con más núcleos e hilos que los procesadores equivalentes de Intel al mismo precio, por lo que, si tienes un presupuesto ajustado, los procesadores de AMD son más económicos.
Esta diferencia de valor económico se suma a la compatibilidad de los Socket anteriormente comentada con los procesadores durante varias generaciones, lo que permite reducir el costo de las actualizaciones futuras y, por tanto, mayor ahorro económico para el usuario y, generando mayor fidelidad con la marca.
¿Cuándo elegir Intel y cuándo AMD?
Si necesitas el rendimiento lo más alto posible para procesos de un solo hilo para softwares o ciertos tipos de trabajo profesional y buscas una mayor eficiencia, autonomía, y mayor compatibilidad, el procesador de Intel es la mejor opción.
En cambio, si buscar un rendimiento mayor en tareas multi-hilo, como edición de vídeo y modelado 3D en Blender o Unreal Engine y una mayor compatibilidad en el futuro para actualizar componentes, los procesadores de AMD son una mejor opción.
Conclusión: todo depende del uso que le des al ordenador
Como puedes ver, son muchas las diferencias que hay entre un procesador AMD y uno de Intel, pero lo cierto es que a la hora de la verdad cuesta mucho elegir. Por supuesto, AMD es la opción más interesante para los que quieren ahorrarse unos euros a la hora de comprar su próximo PC o portátil, pero no hay que dejar de lado la opción de Intel como una de las más interesantes a nivel de potencial. De hecho, muchos apuestan por esta segunda marca por su estabilidad en programas de todo tipo y también con sistemas operativos, pero eso no quiere decir que AMD no de un rendimiento superior dependiendo de las versiones de su competencia.
Sin embargo, debes tener en cuenta que ambas opciones son muy interesantes, pero no definitivas. Es decir, hay muchos factores que intervienen en la potencia de un dispositivo. Elementos como la cantidad y potencia de la RAM, al igual que la tarjeta gráfica y la fuente de alimentación, también influyen en tu dispositivo. Dicho esto, lo mejor es tener en cuenta tanto la compatibilidad como la sinergia en conjunto más que elegir un buen procesador. Solo así tendrás una máquina que funcione prácticamente a la perfección en la construcción que has elegido.