Lo hemos visto reflejado en la gran pantalla una y mil veces: la fusión de la carne humana con los microchips para, así, conformar a un superhombre. Pero ¿y si te dijéramos que puede que los cíborgs sí que sean una realidad, mas de una manera totalmente diferente?
Todos hemos visto películas en las que se entremezclan la tecnología y la humanidad, dando lugar a monstruos increíbles. Héroes capaces de cualquier cosa, como Tony Stark; o algo un poco más turbio, como Terminator. Los cíborgs forman parte del imaginario social desde hace mucho tiempo, pero siempre los hemos mantenido dentro de la ficción. ¿Y si te dijésemos que están mucho más cerca de lo que crees?
Al menos, eso creen unos investigadores de la Universidad de Cambridge. Tamar Makin, una profesora especializada en la neurociencia cognitiva, se encuentra estudiando cómo puede diseñar partes robóticas adicionales para el cuerpo humano. Para ello, ha puesto un ejemplo claro: imagínate que te dedicas a la cocina, y quieres poder revolver la sopa mientras cortas las verduras para ganar productividad. Ahora mismo, sería prácticamente imposible. Pero eso cambiaría con un brazo robótico adicional. Y justo esto es lo que están investigando ahora mismo.
Los cíborgs y la impresión 3D
Junto a Makin se encuentra trabajando el diseñador Dani Clode, que ya ha conseguido diseñar un pulgar impreso en 3D que se puede agregar con facilidad a cualquier mano. No requiere complicadas cirugías, como podrás ver en la foto que mostraremos a continuación.
Este pulgar adicional podría ayudar, por ejemplo, a los camareros a la hora de sujetar una bandeja. Al igual que un brazo adicional podría ayudar a un cocinero, ¡o incluso a cualquiera de nosotros! ¿Quién no ha pensado en alguna ocasión que le faltan manos para hacer todo lo que queda por hacer? Con estos pequeños añadidos, la vida podría llegar a ser mucho más sencilla. No obstante, aún queda bastante investigación por delante.
El equipo de científicos se encuentra trabajando ahora mismo en dispositivos que se puedan manejar con mucha precisión y sin demasiado esfuerzo. Como explicó Makin, también servirá para ayudar a personas que no tengan todas sus extremidades. “Si le falta una extremidad, en lugar de intentar reemplazarla, ¿por qué no aumentamos la que tenga intacta para permitirle hacer más con ella?”. Y lo cierto es que es un enfoque totalmente innovador.
Asimismo, estamos hablando de dispositivos que aumentan nuestras capacidades. La clave es que nos sumen, jamás nos resten.
Queda mucho camino por recorrer
Pese a lo interesante que parece todo este tema, aún queda mucho por investigar. Como explicó Clode en una entrevista The Guardian, la clave es que estas partes robóticas no requieran del trabajo humano de forma manual. Para ello, es necesario instalar sensores de presión que controlen estas nuevas partes de nuestro cuerpo de forma más o menos automática. En el caso del pulgar, por ejemplo, estos sensores se encontrarían debajo de los dedos gordos de los pies.
Y esto plantea otras preguntas, como explica Makin. Porque necesitan ver hasta qué punto le puede afectar al sistema nervioso si este nuevo pulgar comienza a ser manejado con los dedos de los pies. ¿Cuánto afectará a nuestra capacidad de usar los dedos de los pies como lo que realmente son?, se pregunta en este sentido Makin. ¿Perderemos esto al usarlos como si de un nuevo pulgar se tratara?
Esto ya se ha ido probando, puesto que se puso en práctica en la exposición de la Royal Society. Clode permitió que los miembros del público probasen este pulgar adicional, y el 98 % pudo comenzar a usarlo en apenas un minuto. Si ya tiene esta eficacia, ¡qué no se podrá conseguir cuando los estudios continúen avanzando!
¿Serán los cíborgs el futuro? Sin duda, habrá muchas profesiones que se verán beneficiadas de tener extremidades extra. Según señala Clode, hubo un cirujano interesado en su estudio porque quería sostener una cámara mientras operaba para así poder grabarlo todo. ¡Y seguro que habrá muchos más dispuestos a probar!
