Hasta ahora, hablamos oído hablar de que la IA podría llegar a sustituir a muchos trabajadores, al realizar gran parte del trabajo de estos, sin necesidad de pagar sueldos, vacaciones, o descanso. Lo que no sabíamos es que estas propias herramientas de inteligencia serían capaces de vigilar al empleado de forma que, hasta ahora, solo parecía algo de ciencia ficción.
Las empresas están mostrando un creciente interés en el uso de la tecnología de monitoreo cerebral impulsadas por Inteligencia Artificial, (lo que se denomina como “neurotech“) para hacer un seguimiento de lo que están haciendo sus trabajadores.
Ciencia ficción del presente
A medida que empresas como Neuralink de Elon Musk exploran nuevas formas de permitir que los ordenadores se conecten a los cerebros humanos, ya hay quien está valorando el tratar de controlar nuestras ondas cerebrales para echar un ojo a nuestra productividad en el puesto de trabajo. No cabe duda de que el monitoreo del lugar de trabajo es uno de una serie de usos hipotéticos futuros de la neurotecnología.
“Basándonos en todos los indicadores que estamos viendo, estamos viendo un crecimiento bastante rápido, tanto en las inversiones como en las patentes que se están desarrollando en este área”, afirmaba uno de los máximos expertos en este campo, Stephen Almond, a BBC News.
Aunque pueda parecer algo muy lejano, la realidad es que Neuralink ya ha conseguido permiso para realizar ensayos en humanos de su interfaz cerebro-ordenador implantable y, según se informa, ahora vale 5 mil millones de dólares, aunque está muy lejos de ser un producto comercial.
Análisis de oraciones en el lugar de trabajo
Antes de que llegue este momento de implantarnos chips en el cerebro por contrato, la Inteligencia Artificial también está abriendo nuevas posibilidades a la hora de analizar el trabajo y la productividad de los empleados, con proyectos de investigación ahora capaces de descifrar oraciones y palabras solo a partir de escaneos cerebrales. Esto podría eventualmente ayudar a analizar el comportamiento del cerebro en momentos de trabajo o en momentos de descanso.
Los expertos indican que, a medida que el seguimiento de los empleados se expande, el lugar de trabajo puede desplegar de forma rutinaria la neurotecnología para la seguridad, la productividad y la contratación de nuevo personal.
Pruebas de implantes en humanos
Prueba de los implantes informáticos en el cerebro humano la tenemos en Gert-Jan Oskam, un holandés de 40 años, que quedó gravemente dañado en un accidente de ciclismo hace 12 años, impidiéndole caminar. Sin embargo, el uso de implantes electrónicos han permitido transmitir de forma inalámbrica sus pensamientos a sus piernas y pies a través de un segundo implante en su columna vertebral.
El sistema todavía se encuentra en una etapa experimental, pero una organización benéfica líder en la columna vertebral del Reino Unido lo llamó “muy alentador”.
El poder andar, tras haber quedado paralizado en un accidente de bicicleta hace más de una década, es un logro notable y muestra la determinación y el esfuerzo de esa persona por recuperar su movilidad, pero también del avance de la tecnología en el campo de los implantes cerebrales.
