Existe mucho revuelo con el uso de la inteligencia artificial. Para muchos es una herramienta interesante que les ayuda a solucionar problemas del día a día, para otros es una ayuda importante para evitar fallos en textos o incluso en líneas de código o incluso a la hora de crear imágenes. Pero nosotros nos vamos a centrar en esto último, en esos pequeños detalles que diferencian el trabajo de una persona y el de una inteligencia artificial.
Para empezar, tenemos que avisarte de que en los detalles está la verdadera esencia de la creación y la edición. Si ya con Photoshop muchas personas eran capaces de distinguir si una imagen había sido tratada o no, ahora con los programas de IA generativas todo ha cambiado. Ya no es solo el aumento o reducción de una parte del cuerpo, quitar alguna arruga o saturar los colores para llamar la atención, hablamos de la creación de una imagen desde cero.
Los detalles marcan la diferencia
No cabe duda de que la tecnología está para ayudarnos en todo lo que necesitamos. Lo hemos visto en el campo de la robótica, donde máquinas y seres humanos trabajan en armonía fabricando todo tipo de productos con la precisión milimétrica y la esencia que una persona le da. Pero hay segmentos en los que los programas no llegan al nivel de comprensión humana por mucho conocimiento que alberguen.
Y aquí es donde tenemos que hablar de un debate muy candente como es diferenciar una foto generada por una inteligencia artificial y una creada por un artista. Este último no tiene por qué ser un ilustrador digital, también puede ser una simple foto hecha con una cámara. Y es que aquí donde tenemos que fijarnos en esos pequeños detalles que marcan una diferencia.
Making pictures of Trump getting arrested while waiting for Trump's arrest. pic.twitter.com/4D2QQfUpLZ
— Eliot Higgins (@EliotHiggins) March 20, 2023
Puede que en el caso de los paisajes sea algo más difícil de encontrar fallos, más allá de formas extrañas que no existan en la realidad. Esto bien podría pasar por elementos abstractos de un artista o del uso de un determinado pincel, aunque lo más fácil es desconfiar al principio. Si hablamos de un paisaje real que la IA deba replicar hay dos cosas que debemos tener en cuenta.
Por un lado, están las proporciones de algunos elementos. Esto se puede ver perfectamente en algunos elementos como son los edificios a los que habría que agregar otro factor como es la ubicación, si es que conoces el sitio o la zona en la que están se puede ver a la perfección que se trata de una imagen hecha por un software.
Pero donde más se puede ver si una imagen ha sido generada por una IA en vez de un humano es cuando toca dibujar o hacer una foto de un ser vivo. La IA tiende a saturar un poco los colores para que parezca más real, pero hay detalles que la delatan. Estos son las texturas, en las que algunos se puede que tengan algunas que no les correspondan combinando cosas como el pelaje y las escamas.
En el caso de las personas es más evidente si cabe. Lejos de los juegos de algunos usuarios, la IA tiene errores al interpretar ciertas partes del cuerpo, ya sea dibujando un personaje imaginario o un personaje real como te presentábamos antes. Como puedes observar, las caras están algo difuminadas en algunos casos y en algunos casos hay elementos que no tienen sentido como poner dedos de más a una mano, posición incorrecta o duplicado de algunas extremidades y, el detalle más importante, cuando toca dibujar ojos las pápulas y el iris tienen formas amorfas.
Los límites de la IA
Como puedes ver, aplicaciones como Dall.E o similares son capaces de aportar nuevas imágenes al mundo en función de los parámetros que le indiques. Sin embargo, sus capacidades son algo limitadas debido a que es una máquina y no sabe interpretar correctamente el cuerpo humano. Puede hacer una aproximación, pero puede que con más trabajo sea capaz de generar mejores modelos.
Además, cabe destacar que cada vez más empresas están más concienciadas de darle la autoría que se merece a la inteligencia artificial. De hecho, ya se ha creado un logotipo que deberá ir en todas las imágenes creadas con este método con el fin de evitar tanto la aparición de falsos artistas como que se caiga en la desinformación para crear bulos con fotos que nunca han existido. Este será el caso de las que lleven CR o Content Credentieal tal y como presentó la compañía Adobe para el uso de su IA.
Y es con eso con lo que te tienes que quedar. Estos programas pueden ser de mucha ayuda como inspiración en el desarrollo de una imagen o su edición, pero la realidad no se puede interpretar de la misma manera que se hace mediante la fotografía o incluso con una app de dibujo a mano alzada desde una tableta.