Se acerca la Nochebuena. Cuñados de todos los tipos e ideologías se preparan para largas discusiones que nunca llevan a nada. Echen lo que te echen, tú crees estar listo. Un momento, ¿es cierta la información que manejas? Los bulos, noticias falsas o fake news siempre han estado ahí, pero en Internet corren como la pólvora. Aquí te presentamos una serie de estrategias que te devolverán la confianza en las noticias que lees y, de paso, te servirán para dejar sin palabras a algún que otro cuñado.
Las redes sociales: cara y cruz
Desde políticos malintencionados a webs y perfiles que venderían su alma al diablo por un puñado de clics, las noticias falsas se han convertido en un elemento más del paisaje de Internet. En las redes sociales encuentran el vehículo perfecto para su viralidad. Además, el anonimato permite tirar la fake new y esconder la mano.
El problema, que no es nuevo, ha ido creciendo como una gran bola de nieve en Facebook, Twitter y compañía. También, cada vez más gente trabaja para encontrar una solución dentro de las redes sociales. Así, si quieres estar al día de todos los bulos que circulan por la red, puedes seguir estos perfiles.
- Maldito bulo y La buloteca. Dos perfiles españoles en Twitter que colaboran para poner coto a los bulos. Desde la web de La buloteca se puede incluso descargar una extensión para Firefox y Chrome para denunciar fake news y contrastar la veracidad de la información.
NO.
Albert Rivera no ha reconocido su adicción a las drogas.
Es un bulo de una web para crear noticias falsas.
No os creáis nada de https://t.co/hDJ6wQtG9X pic.twitter.com/s8b5NnU5Ft
— MALDITO BULO (@malditobulo) December 6, 2017
- Red anti-rumores. Es un perfil de Twitter mucho más modesto y algo más especializado. Está conformado por una red de asociaciones de Andalucía que buscan identificar, frenar y desmontar rumores y prejuicios sobre la inmigración.
- #StopBulos. No suele ser trending topic, pero este es el hashtag a seguir si buscas (o quieres etiquetar públicamente) alguna fake new. Es usado frecuentemente por personas, asociaciones e instituciones no solo de España, sino de toda la comunidad hispanohablante.
Los efectos de un clic
Qué titular tan bueno, justo dice lo que yo pienso. Qué conspiración tan interesante, que se entere todo el mundo. Un clic y compartido. ¿Qué daño puede hacerle a los demás? Dejando a un lado los valores éticos y tu propia reputación, una noticia falsa puede tener los siguientes efectos, sin que fuese tu intención.
- Crear pánico injustificado. Como todos los bulos que se dejaron ver por Twitter y Facebook durante el atentado de Barcelona el pasado verano.
- Servir a intereses políticos. Inmigración o refugiados, pasados oscuros de candidatos o datos económicos descabellados suelen ser un ingrediente importante en las fake news.
- Dañar a personas o compañías. Quizá no lo pensemos antes de compartir, pero un bulo puede dañar gravemente la reputación de otra persona o de una compañía sin estar justificado.
- Servir a intereses económicos. El mundo financiero, la banca, la bolsa o, incluso, las apuestas, se ven influidos por pequeños detalles. Una información falsa puede ser difundida de forma interesada para hacer subir o bajar determinado valor. Compartirla solo aumenta el problema.
Piensa antes de compartir: estrategia básica anti-bulos
Así, por muy jugosa que sea la información que acabamos de descubrir en Twitter, es mejor darle una vuelta antes de compartirla. Estos son los ocho consejos que nos da la IFLA, la federación internacional de asociaciones e instituciones de bibliotecas, y la organización Factcheck.org para saber si estamos ante un bulo o no.
Ten en cuenta el origen
¿De dónde viene la noticia? ¿Es una web que conozco y tiene buena reputación? ¿Es una noticia que aparece en más medios o solo ahí? ¿Quién aparece citado en la fuente, quién se hace responsable de la información? Estas preguntas te ayudarán a dar un primer paso para saber si puedes fiarte o no de la información.
Lee más allá del titular
De entrada, sospecha de titulares muy sensacionalistas, con afirmaciones increíbles o con mayúsculas o muchos signos de exclamación. ¿Sabías que casi seis de cada 10 personas comparten una noticia en las redes de la que solo han leído el titular? Así lo asegura un estudio del año pasado de la Universidad de Columbia y el centro de investigación francés INRIA. Mejor leer la historia completa que quedarse solo en un titular que puede pretender engañarte.
Revisa quién es el autor
Para empezar, comprueba que está firmada. Es habitual que los periodistas pongan su nombre en las noticias, es una forma personal de asegurar que están satisfechos con su trabajo y hacerse responsables del mismo. Una vez que tienes un nombre, una pequeña búsqueda te ayudará a saber si es fiable, si otros lectores se han quejado de sus informaciones o si, directamente, pertenece a algún grupo, asociación o empresa interesado.
Comprueba los datos en los que se apoya
Este da un poco más de trabajo, pero es de los más importantes. Un periodista no suele ser un experto, así que acostumbra a transmitir información de otras fuentes. ¿Qué datos se incluyen en la noticia, son de un origen fiable? Puedes también comprobar los links para ver a dónde llevan.
No te olvides de la fecha
Muchas noticias no son falsas en sí mismas, pero están sacadas de contexto. Imágenes y vídeos antiguos, titulares de hemeroteca o artículos de opinión referidos a otros momentos históricos se utilizan en muchos casos para distorsionar la actualidad. Una simple mirada a la fecha de publicación original (si está disponible) te servirá para no distribuir noticias desactualizadas.
Ni de las páginas de broma
Cada vez nos vamos acostumbrando más a ellas, pero antes no era raro ver noticias de El Mundo Today compartidas como si fuesen verdad. Si los hechos que cuenta la noticia son demasiado extraños o extravagantes, quizá no sea más que un chiste. Comprueba la web y el autor para salir de dudas.
Infografía de la IFLA: ¿Esta noticia es falsa? / CC IFLA
Ten en cuenta tus propios sesgos
Esta es difícil, es cierto. Nuestros propios sesgos políticos, religiosos, profesionales o sociales nos pueden llevar a aceptar algo como cierto sin dudarlo. Si no te gusta determinado líder político, te verás inclinado a creer y compartir todas las informaciones que le dejen mal parado.
No te preocupes, nos pasa a todos, constantemente. Es más fácil creer en la información que reafirma la forma de pensar propia que reflexionar sobre si estaremos o no equivocados. De nuevo, comprueba la página y el autor. ¿Tienen todas sus noticias las mismas inclinaciones o sesgos? ¿Si cambiase el protagonista de la noticia me lo creería sin dudarlo?
Pregunta a los expertos
Perfiles de redes sociales o webs como los que hemos visto al principio, un amigo o conocido en el que confiemos, un profesor… Si realmente dudamos de la información, lo mejor es siempre contrastarla con un experto. Quién sabe, puede que incluso la conversación de Nochebuena te saque de dudas. Aunque con esta guía, probablemente seas tú el que acabe con los bulos de tu cuñado.