Hoy en día, casi todos tenemos un ordenador portátil. Aunque siempre han tenido su fama, la pandemia ha traído consigo un aumento de la popularidad de estos aparatos, que nos permiten trabajar donde necesitemos y cuando necesitemos con inmensa facilidad. Y es que el teletrabajo está a la orden del día; pero, de momento, a muchos nos toca utilizar nuestro propio portátil para salir al paso.
¿Sabes todo lo que puedes hacer para alargar la vida de tu ordenador portátil? Apúntate estas claves y sácale todo el partido posible.
Cuida la batería de tu portátil
La batería es el eje central de nuestro ordenador, es la encargada de hacer que funcione. Desgraciadamente, todas las baterías tienen una fecha de caducidad y, aunque no podemos evitar su degradación, sí podemos retrasarla. El resultado de utilizarla y cuidarla correctamente puede traducirse en una vida útil hasta un 50 % superior de lo que sería de no aplicar ciertas recomendaciones.
Por tanto, lo primero que deberíamos hacer al adquirir un portátil es valorar el estado de su batería. Hay herramientas, como BatteryBar o BatteryInfoView, que nos brindan datos como su potencia, carga y tensiones. Una vez hecho esto, también hay que tener en cuenta la importancia de no dejar que la batería se agote hasta que el aparato se apague por sí solo. ¿Por qué? Porque cuanto más se exprime una batería, tanto hacia el 0 % como hacia el 100 %, más daño le estamos haciendo.
Seguro que has oído más de una vez que, cuando tengas la batería cargada, desenchufes el ordenador de la corriente o la saques y tires de corriente eléctrica. Si optas por la segunda opción, hay que señalar que la batería no debería permanecer más de dos semanas sin poner, puesto que podría descargarse y terminar siendo una batería muerta.
Preocúpate de la temperatura
Los portátiles suelen calentarse mucho más rápido que los ordenadores de torre, así que debemos prestar especial atención a la refrigeración. Además de intentar decidirnos por un aparato que presente un buen sistema de refrigeración, hay ciertas cosas que hemos de evitar, como colocarlo sobre nuestras piernas o superficies que taponen las salidas de ventilación, como un cojín o colcha.
Tampoco es buena idea llevárnoslo a la playa o trabajar en terrazas en los meses más calurosos. No viene mal hacerse con un soporte que lo tenga un poco levantado para facilitar el intercambio de aire. Igualmente, pequeños detalles como apagarlo por la noche o cuando no tengamos pensado usarlo en un buen rato marcan la diferencia.
¿Apagar o suspender?
Y hablando de apagar, debemos tener muy en cuenta el periodo de tiempo durante el cual no usaremos nuestro portátil. Si vamos a pasar un par de horas sin usarlo, es mucho mejor suspenderlo que apagarlo. Este método consume mucha menos energía que apagarlo y encenderlo constantemente o en intervalos de tiempo cortos. Eso sí, apagarlo de vez en cuando es imprescindible. Todos necesitamos un respiro alguna vez, incluido nuestro portátil.
Lo importante está en el interior
A lo que nos referimos con esto es a realizar limpiezas periódicas de almacenaje: borrar archivos viejos, hacer copias de seguridad…, e incluso formatear el disco duro si es necesario. Las actualizaciones son un punto esencial; nunca nos pillan en buen momento, pero un ordenador con las actualizaciones al día durará mucho más tiempo que otro que no las tenga así.
Asimismo, es imprescindible contar con un buen antivirus, algo que debemos considerar desde el momento de compra. Y no vale solo con tenerlo instalado; de vez en cuando tenemos que hacer una búsqueda automática para cerciorarnos de que no se ha colado ningún malware en nuestro sistema.
El exterior también cuenta
Es algo de sentido común, aunque no todo el mundo lo lleva a cabo. Limpiar nuestro ordenador externamente es clave para impedir que el polvo se acumule y se cuele hacia los componentes, lo que podría afectar al rendimiento y, a la larga, dar problemas.
Cada dos o tres días, deberíamos pasar un trapo sin humedecerlo para eliminar todas las partículas que se acumulan en pantalla, teclas y otras rendijas. De forma periódica, tampoco vendría mal llevarlo a un experto para que desmontase ciertas piezas y le diera una limpieza bien a fondo. Y, por supuesto, mucho cuidado con los líquidos que ponemos cerca de nuestro ordenador y de esos pequeños golpes que se pueda llevar cuando lo transportamos. Una buena funda ayudará a mantenerlo intacto.
Actualiza la RAM y vuelve a la fluidez
Si notas que a tu portátil le cuesta tirar o que se empieza a quedar colgado demasiado a menudo, puede ser que tenga la RAM algo fastidiada. Obviamente, una RAM envejecida o escasa no es la única culpable de que el ordenador nos vaya más lento (podría ser también el disco duro, un virus o alguna otra deficiencia de programa), sin embargo, suele ser común.
Hoy en día, casi todos los portátiles cuentan con varias ranuras para que podamos duplicar, triplicar e incluso cuadruplicar su capacidad, por lo que no hay excusa. Actualizar la RAM mejorará no solo la vida útil de nuestro aparato sino nuestra propia experiencia de uso, pues recuperaremos ese rendimiento y esa fluidez que echábamos de menos.
Poniendo en práctica todos estos consejos, conseguiremos que nuestro portátil no sufra y prolongue su capacidad. Parecen trucos normales, y de hecho, muchos de ellos son de sentido común, pero muchas veces el día a día frenético que vivimos nos hace pasarlos por alto y, sin saberlo, contribuir al deterioro de nuestro ordenador portátil.