Hace tiempo que nuestros ordenadores pueden reconocer nuestra voz y pasarla a texto, lo que ocurría hasta ahora es que eran programas complicados y, sobre todo, caros. Vamos a ver algunas opciones muy sencillas y, sobre todo, baratas. Incluso gratuitas.
Existen muchas razones por las que podemos necesitar convertir texto a voz: para no tener que escribir largos textos, preparar un discurso, transcribir los apuntes de clase, hacer largos listados en un inventario… Ahora podemos hacerlo de una forma sencilla, aunque hay que decir que esta tecnología no es perfecta: tendremos que revisar el texto para corregir algunos errores. No obstante, la mayor parte del trabajo estará hecho, así que ahorraremos mucho tiempo.
Google Docs
Esta herramienta gratuita de Google está asociada a nuestra cuenta de Gmail. La debemos iniciar desde Chrome (es una aplicación web) y en un nuevo documento abriremos el menú Herramientas y, dentro de él, la opción “Escritura por voz”. Nos aparecerá un micrófono sobre el que pulsaremos para comenzar a hablar. Lo mejor de Google Docs es que podremos editar este texto también mediante la voz, gracias a comandos. Eso sí, esta función por ahora solo está disponible en inglés.
Dictation.io
Otra herramienta online (por lo que también podremos utilizarla desde smartphones o tablets), Dictation.io nos da la posibilidad de elegir entre varios idiomas. Podemos agregar nuevos párrafos, signos de puntación e, incluso, emoticonos (por ejemplo, podemos dictarle “Cara sonriente”). Dictation.io utiliza el reconocimiento de voz de Google para transcribir nuestra voz.
Speechnotes
También aplicación web y, además, app para Android, Speechnotes es muy sencilla de utilizar gracias a su interfaz minimalista donde encontraremos solo lo justo para trabajar: una gran parte central donde se va transcribiendo el texto. A la derecha tenemos los comandos que podemos utilizar y a la izquierda los iconos de lo que podemos hacer con el texto: guardar, enviarlo por correo, etc.
Ahora ya podemos “hablar” con nuestro ordenador y ahorrarnos horas y horas de teclear largos textos. Fácil ¿verdad?