Si la cámara es uno de los aspectos que más nos interesan de los smartphones, sin duda el que más nos preocupa es la batería, que nuestro teléfono nos dure el mayor tiempo posible sin tener que cagarlo. Obviamente, esto depende del uso que le demos; no es lo mismo cómo lo utiliza mi madre (que prácticamente lo tiene de sujetapapeles, encendido encima de la mesa pero sin usar), a cómo lo hago yo (un heavy user que trabaja con el smartphone más que con el ordenador, que tiene todas las redes sociales conectadas, notificaciones push, varias cuentas de correo…). Pero vamos a ver algunos consejos “mágicos” que nos permitirán optimizar al máximo la duración de la batería de nuestro teléfono.
Lo primero: saber qué es lo que más batería consume
Es básico pero muy importante. Para ello tan solo tendremos que ir a Ajustes>Batería>Uso de la batería. En esta pantalla encontraremos un gráfico del consumo energético y una previsión de cuánto durará la batería. Dependiendo del modelo debajo de este gráfico encontraremos directamente las aplicaciones y servicios que más energía consumen ordenadas de mayor a menor.
Si nuestro smartphone posee a versión 8.0 de Android, tendremos que activar esta visión detallada de la siguiente manera: en Ajustes>Batería iremos al menú que aparece al pulsar los tres puntos situados en la esquina superior derecha y elegiremos “Muestre todo el uso”.
Configurar correctamente el uso de la batería
Android posee algunas opciones de configuración avanzadas en las versiones más recientes (A partir de Android 6.0 Marshmallow). La mayoría de estas opciones están habilitadas por defecto, pero es interesante que le echemos un vistazo. De nuevo iremos a Ajustes>Batería>Optimización de batería y nos aparecerá una extensa lista de ajustes donde podremos seleccionar algunos servicios que podremos optimizar, mientras que otros (indispensables para el buen uso del sistema) no podremos modificarlos.
Conexiones inalámbricas ¿Realmente las usamos todas?
Aunque algunos tenemos el smartphone totalmente conectado, esto no es necesario para la gran mayoría de los usuarios. Si nos fijamos en los servicios que más energía consumen veremos que, siempre, entre los primeros, hay algunas conexiones como el GPS y el WiFi. Si no necesitamos estar geolocalizados, o vamos a estar mucho tiempo en lugares donde no haya redes inalámbricas, lo mejor es desconectar estas redes, así como el Bluetooth. Aunque Google ha optimizado mucho estas conexiones, tenerlas cerradas cuando no las usamos ahorrará algo de batería. Además, seguramente haya varias aplicaciones que utilicen, por ejemplo, el GPS, de forma constante como las aplicaciones metereológicas.
Notificaciones
Si queremos estar al día de todo lo que ocurre en el mundo, tanto noticias como lo que comentan nuestros conocidos en redes sociales, tendremos activadas las notificaciones (en Twitter, Facebook, etc. El precio a pagar es, por supuesto, gasto de batería: estos programas están buscando información cada cierto tiempo con el consiguiente gasto energético. Si no lo necesitamos realmente y desactivamos estas notificaciones, ahorraremos un buen porcentaje de batería.
Cuidado con la temperatura
Efectivamente, los cambios bruscos de temperatura fuerzan al dispositivo haciendo que la batería se consuma de forma más rápida, así que ya sabéis: proteged a vuestro teléfono tanto del exceso de frío como del exceso de calor.
Programas que cierran las aplicaciones
Aunque (por suerte) ya no son tan populares como hace un tiempo, los “task-killers” fuerzan a cerrarse a todas las aplicaciones que trabajan en segundo plano. Genial ¿no? Pues no. Es cierto que al cerrar todas estas apps ganamos algo de RAM y de energía… pero solo momentáneamente, porque la mayoría de estas aplicaciones que se cierran son vitales para el sistema y, por tanto, se abrirán en seguida, con el consiguiente gasto energético.
Por último: cargar la batería, pero con cabeza
“Los tiempos avanzan que es una barbaridad” y hay viejos usos que deben ser desterrados. Las baterías modernas ya no necesitan que las agotemos antes de volverlas a cargar. Al contrario, es preferible que siempre tengamos la batería entre un 20% y un 90%. Así alargaremos la vida útil de este componente imprescindible de nuestro teléfono.