Muhammad Mohiuddin, el médico que ha trasplantado un corazón de cerdo a un humano

¿Serías capaz de hacer una cosa así?

Muchas veces mi madre dice “a veces la realidad supera la ficción” y creo que es la mejor manera de empezar este artículo hablando de uno de los grandes hitos de la medicina reciente, un área de conociendo que está viviendo su cuarta revolución industrial tanto en la llegada de nuestros procesos como en la optimización de flujos de trabajo que permiten mejorar la vida de las personas. Hoy, tenemos que destacar la historia de Muhammad Mohiuddin, un médico que ha sido capaz de trasplantar el corazón de un cerdo a un humano. Sigue leyendo que te lo contamos todo.

Un trasplante no exento de problemas

Un equipo de investigadores y cirujanos cardiovasculares de la facultad de Medicina de la Universidad de Maryland, en EE. UU., bajo la dirección de Muhammad Mohiuddin y Bartley Griffing, realizaron con éxito el primer xenotrasplante de corazón de un cérvido a un ser humano.

El paciente, un estadounidense de 57 años, tenía el corazón muy dañado y que, junto a la presencia de otras patologías, hacía que estuviese excluido de la lista de personas que puedan recibir un corazón nuevo. Debido a esta situación, un equipo médico contactó con él para plantearle la posibilidad de poder practicarle un xenotrasplante. En concreto, incluiría el corazón de un cerdo modificado genéricamente en su cuerpo.

Para poder llevar a cabo este proceso, la agencia reguladora norteamericana(FDA), permitió la operación con un uso compasivo, ya que si no realizaban dicha intervención, el señor Bannet fallecería. Por tanto, con el visto bueno de la FDA, el equipo liderado por Muhammad Mohiuddin llevó a cabo la operación, la cual fue un éxito. La apuesta era arriesgada, pero es que no tenía otra opción.

Muhammad Mohiuddin, el científico que ha cambiado el mundo y la ética

Muhammad Mohiuddin, era uno de los científicos que más había defendido con mayor peso el uso de xenotrasplantes de animales a humanos con el objetivo de alargar y mejorar la vida de las personas y prueba de ello, era los numerosos estudios que argumentaba los buenos resultados de poder llevar a cabo este trasplante. A pesar de los citados estudios, Muhammad Mohiuddin quería llevar este experimento a la vida real y cuando supo de la noticia y de la grave situación de David Bannet, no tuvo repartos en contactar y plantearle esta posibilidad.

El corazón que se trasplantó del animal al paciente de 57 años recibió una serie de modificaciones genéricas para que se adaptase en el tiempo al paciente. En concreto, se realizó hasta un total de 10 modificaciones genéricas y la desactivación de cuatro genes, incluido uno que podría generar una respuesta agresiva humana agresiva y otro que evitaba que el corazón siguiese creciendo una vez implantado en el cuerpo del paciente de 57 años.

Junto a lo descrito en el párrafo anterior, también se llevaron a cabo la inserción de seis genes humanos en el genoma del cerdo donante, con el objetivo de hacer que los órganos porcinos sean más tolerables para el sistema inmunitario humano.

Por último, los médicos y científicos utilizaron determinados fármacos antirrechazos convencionales que están diseñados para suprimir el sistema inmunitario y evitar que el cuerpo rechace el órgano extraño. La operación tuvo una duración de ocho horas y fue realizada en el centro médico de la Universidad de Maryland.

¿Fin al problema de la falta de órganos?

Muhammad Mohiuddin indicó que eligieron el corazón de un cerdo porque estos ofrecen ventajas sobre los primates para la obtención de órganos, ya que son más fáciles de criar y alcanzan el tamaño de un humano adulto en solo seis meses.

Gracias a este trasplante, se abre un nuevo abanico a la posibilidad de que determinados animales puedan servir como base para poder trasplantar órganos a otros usuarios en un futuro y solventar uno de los graves problemas más graves que hay en la medicina: la falta de órganos para aquellos pacientes que tienen un problema crónico y que tienen pasar años en la lista de espera, esperando un trasplante que, en muchas ocasiones, no llega.

Gracias a Muhammad Mohiuddin y el éxito de esta operación, se abre la puerta a optimizar y perfeccionar estas técnicas con el objetivo de poder darle una segunda oportunidad a muchas personas que, desgraciadamente, tienen un problema o un accidente y necesitan un trasplante.

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