Karen Wetherhan, la descubridora del dimetilmercurio

Dio su vida por la ciencia.

Firmado de la ciencia, está llena de claroscuros y esto lo decimos porque en ocasiones aquellas personas que dedican años y prácticamente su vida al desarrollo y descubrimiento de nuevos elementos al final son recordados no solamente por esos acontecimientos, sino también por una muerte trágica. Por suerte esto no es lo habitual, pero siempre es importante hacer un homenaje a todos aquellos que han aportado a la ciencia más que su tiempo, sino también su propia vida, como es el caso de Karen Wetherhan.

La aportación de esta científica y química pasó a la posteridad por su temprana muerte con apenas 48 años de edad mientras trabajaba en un proyecto en el que era toda una eminencia: la exposición a los metales tóxicos.

Una trayectoria brillante

Estamos acostumbrados a escuchar las historias de personas del mundo de la ciencia y la tecnología que vienen son muy jóvenes para tener una biografía muy extensa o tal vez han vivido tanto para aportar grandes cosas a la humanidad que su nombre ha resonado a lo largo de los años pero probablemente la vida de nuestra protagonista ha destacado más por lo profesional que por lo personal. Y lo decimos de esta manera porque cuando hablamos de Karen Wetherhan hacemos de una persona muy ligada al mundo de la ciencia a lo largo de su vida.

dimetilmercurio

Nacida en Plattsburgh en 1948, sus estudios estuvieron siempre muy cercanos al mundo de las ciencias y tal fue su pasión que acabó siendo Licenciada con honores en 1970 en el de la Universidad de St. Lawrence en 1970 y su doctorado de la Universidad de Columbia en 1975. Posteriormente, su trayectoria estuvo avalada por su aportación a la comunidad científica con 85 artículos de investigación y además también dirigió numerosas publicaciones científicas además de ser una de las impulsoras de la mujer en este campo, especialmente con la fundación del Proyecto Mujeres en la Ciencia de Dartmouth.

Sin embargo, su vocación estaba más orientada al mundo de la investigación de metales tóxicos y la bioquímica, dos cosas que fueron el caldo de cultivo perfecto para concienciar al mundo de lo importante que es la seguridad en estos entornos donde se manipulan todo tipo de sustancias.

El dimetilmercurio, un afán y causa de muerte

Probablemente, este nombre te suene y es que ya le hemos dedicado un artículo a esta sustancia que deriva del metal líquido que lleva su nombre, pero que además tiene una característica que lo convierte en una de las sustancias más letales que hay en el mundo. Resulta que esta fue la causa de la muerte de Karen Wetherhan, quien en 1994 estuvo estudiando este metal líquido. Era 14 de agosto en esta protagonista tenía todo lo necesario para trabajar en su laboratorio a nivel de seguridad como guantes de látex una campana extractora y todo lo necesario para que en caso de que cualquier cosa hubiera salido mal hubiera sobrevivido o por lo menos de haber sido afectada por algo hubiera tenido la oportunidad de haber vivido algo más de tiempo, pero con esta sustancia desconocida entonces nos encontramos ante un elemento totalmente distinto.

En aquel momento este elemento se utilizaba como un estándar de calibración espectroscópica de RMN 199Hg, pero después de este accidente se ha dejado de utilizar este material en cualquier caso. El motivo tiene que ver con que una simple gota cayó sobre sus guantes y pese a que muchos tendrían la creencia de que el látex evitaría el contacto con la piel el material se coló por todos los poros de este guante hasta atravesarlo por completo y filtrarse en la piel de la doctora.

Después de un análisis capilar se demostró que el guante de protección no había hecho efecto en dado que en los niveles de mercurio en sangre se habían disparado y aunque la reducción fue gradual durante cinco meses padeció todos los síntomas causados por un envenenamiento por mercurio tales como la pérdida de equilibrio o dificultades para hablar. Más tarde fue hospitalizada y tras una analítica se descubrió que lo son niveles de mercurio sangre habían aumentado exponencialmente a los niveles más altos de toxicidad, algo que le causó la muerte de manera irremediable.

Desde entonces no solamente se ha evitado el uso del dimetilmercurio en los laboratorios de todo el mundo sino que también se han reforzado en las medidas ante los materiales tóxicos para evitar que elementos como este puedan colarse a través de los poros de los materiales que utilizan como protección reforzándolos y haciéndolos más seguros para todos los científicos desde ese momento en adelante.

 

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