Puede que el nombre del Dr. John B. Goodenough no sea familiar para ninguno de los que os dejéis caer por este blog, pero, si te decimos que su legado en el mundo de la tecnología es de los más importantes, seguro que querrás saber más. Sin ir más lejos, Goodenough es el inventor de la batería de iones de litio, una tecnología que ha revolucionado la forma en que usamos los dispositivos electrónicos en la actualidad, especialmente los teléfonos inteligentes.
John B. Goodenough nació en 1922 en Jena, Alemania, pero no tardaría demasiado en emigrar al otro lado del charco. Allí, en Estados Unidos, fue donde se doctoró en física en la Universidad de Chicago en 1952. Tras esto, trabajó en varios lugares, incluido el Laboratorio Lincoln en el MIT y la Universidad de Oxford en el Reino Unido, de nuevo en Europa.
Pero no fue hasta la década de los 70 cuando cambiaría el futuro de los dispositivos portátiles al dar vida a la primera batería recargable de iones de litio, mientras trabajaba en Lincoln Laboratories, Goodenough.
La importancia de estas celdas
Esta batería utiliza el litio como ánodo y material de óxido metálico como cátodo, lo que da como resultado una batería recargable con una densidad de energía mucho mayor que las pilas que se venían usando hasta entonces. Goodenough descubrió que la densidad de energía se podía aumentar aún más mediante el uso de un material de cátodo de óxido metálico con una estructura cristalina más estable. Esto da como resultado una mayor capacidad y una batería más segura libre de problemas como el calentamiento o la explosión.
Hasta legar a este momento, las baterías que se usaban en diferentes equipos más incómodas de usar dado su gran tamaño. Además, tenían una vida útil limitada. Las baterías de iones de litio, por otro lado, son más pequeñas, más livianas y pueden durar más sin necesidad de recargarlas. Además, son recargables y se pueden utilizar en una amplia variedad de dispositivos, lo que sería el primer paso para el desarrollo de los teléfonos inteligentes que todos conocemos a día de hoy.
Por mucho que estos cuenten con grandes cámaras, pantallas de gran calidad, o procesadores ultra potentes, estos componentes no servirían de nada sin una celda recargable. A fin de cuenta, todos sabemos que los smartphones, los portátiles, las tabletas y otros dispositivos que funcionan sin cables requieren mucha energía y, por lo tanto, requieren una batería potente y de larga duración. Las baterías de iones de litio brindan esta energía de manera eficiente, lo que permite que los teléfonos inteligentes duren más con una sola carga.
Además, no olvidemos que las baterías más antiguas, como las baterías de níquel-cadmio, eran más propensas a la explosión y a la liberación de gases tóxicos. Las baterías de iones de litio, en cambio, son más seguras y se pueden utilizar en una amplia variedad de equipos electrónicos.
El ocaso del genio
Actualmente, Goodenough es profesor en la Universidad de Texas en Austin, y ha dedicado gran parte de su carrera a la investigación en el campo de la energía. En octubre de 2019, el precursor de la tecnología móvil fue galardonado con el Premio Nobel de Química, junto con los científicos M. Stanley Whittingham y Akira Yoshino, por su trabajo en la creación de la batería de iones de litio.
Al recibir este galardón, con 97 años de edad en el momento del premio, Goodenough se convirtió en el premio Nobel más mayor de la historia. A día de hoy sigue disfrutando de una larga vida, tanto que en agosto de 2021 se convirtió en el Premio Nobel vivo de mayor edad, tras la muerte de Edmond H. Fischer. Hoy en día supera los 100 años de edad.
