Hay aplicaciones que han cambiado completamente la forma que tenemos de relacionarnos, aplicaciones que han marcado un antes y un después en la forma que de trabajar en el diseño de aplicaciones. Hoy, vamos a contar la historia de un visionario que está al nivel Steve Jobs o Bill Gates, un hombre que ha cambiado completamente la forma que tenemos de relacionarnos con los productos tecnológicos.
Hoy os traemos una historia de una empresa y un cofundador que antes de lanzar Figma solo había becario, por lo que tuvo que aprender todo lo relacionado con el mundo de empresa e incluso, como el mismo dice, “no sabía ni que tareas desempeña el CEO de la compañía” Hoy os traemos la historia de Dylan Field, cofundador de Figma.
El problema de lo existente
Cuando Dylan Field, cofundador y director general de Figma, empezaron a presentar su propuesta a diferentes empresas con el objetivo de brindarle sus servicios, se encontraron con el problema que se enfrentó su equipo es que todas las empresas eran reacias a cambiar los sistemas y automatismos que ya habían adquirido a pesar de que la idea le encantase.
Sin cesar en su idea, su equipo consiguió que una starup como Coda, decidiera probar su producto, convirtiéndose en la primera empresa capaz de utilizar su producto. “Estábamos un poco sorprendidos, pero también emocionados” decía Claire Butler, directa de marketing y una de las primeras empleadas de Figma.
A pesar del éxito inicial, rápidamente todo se volvió oscuro y lleno de problemas, puesto que, cuando la empresa comenzó a utilizar el software, llamaron a Dylan Feld indicando que no funcionaba. El equipo, en medio de celebración, fueron a la ese de Coda y se pusieron a resolver el problema. Esto marcó un antes y un después en la compañía y en Figma y que, a día de hoy, es uno de los grandes éxitos de ella. Ayuda a los usuarios que utilizan la aplicación, analizando cualquier mínimo error para que ningún usuario experimente problemas con Figma.
Un error que marcó un antes y un después.
La situación que vivió con Coda marcó un antes y un después en el confundador de Figma. De hecho, su obsesión por resolver problemas de los clientes hace que lea diariamente en numerosos foros, twitter (ahora X) e incluso en conferencias de desarrolladores qué herramientas necesitan para seguir mejorando y perfeccionando un producto.
Este deseo de ofrecer lo que buscan los clientes es una de los grandes sellos de identidad de Figma, preocupándose en todo momento por nuestra comunidad y sobre todo, lo que la gente que utiliza Figma siente acerca de esta empresa como entidad corporativa y como marca.
13 de años de éxito
En 2012 nació por primera Figma, y desde entonces ha sido una empresa que no ha parado de crecer, sustituyendo a la todopoderosa Adobe XD o Sketch, generando un valor añadido a toda la comunidad del diseño como nunca antes se había producido.
En pocos años, la empresa pasó de 2.000 millones a 10.000 millones y desde 2020, ha alcanzado los 20.0000 millones de dólares, aspecto que ha acabado llamando la atención a la todopoderosa Adobe. Como consecuencia de ello, no se lo pensó dos veces y decidió comprar la empresa por un valor de 20.000 millones de dólares, 2.000 millones para el director general y cofundador de Figma.
El camino hacia Adobe
A pesar del acuerdo cerrado en términos políticos y económicos, Dylan no quiere perder completamente la autonomía de Figma, por lo que ha llegado a un acuerdo con Adobe para mantener la autonomía dentro de esta gran corporación norteamericana, aunque la empresa dependerá de los flujos de trabajo de Adobe y de sus políticas.
Muchos usuarios mostraron su intranquilidad tras la compra de Figma por parte de Adobe porque temía que su carácter gratuito y colaborativo fuese sustituido por la política de suscripciones de Adobe. Sin embargo, Dylan Field dejó claro en todo momento que Figma mantendría las características que la han hecho única en el mundo.
Incluso, cuando comunicó a los responsables y a la comunidad su adquisición por parte de Figma, estuvo durante más de dos horas respondiendo preguntas acerca de las consecuencias positivas y negativas que tenía esta adquisición. Esto, demuestra que su deseo era seguir mintiendo la esencia de Figma en todo momento y sobre todo, evitar que con la llegada de Adobe, Figma perdiese su esencia.
Dylan Field, nunca fundó Figma con el deseo de lucrarse económicamente ni vender su software para volverse millonario, sino que quería convertirse en una empresa de referencia en el mundo del diseño y que buscaba ofrecer lo mejor de sí para sus clientes. De hecho, el tuyo que aprender a ser CEO, porque no sabía ni siquiera cuáles eran los trabajos que tenía realizar.
