Internet ha abierto la puerta a muchos sectores empresariales que de otra forma parecían estancados. También ha potenciado la posibilidad de llegar a cada vez más usuarios, lo que también aumenta la posibilidad de llegar a cada vez más personas tanto en lo personal como en lo profesional. Y una de las aplicaciones que más ha calado en los últimos años ha sido Vinted y todo gracias a su fundadora Milda Mitkute.
Sin duda, la app ha revolucionado el mundo de la compraventa de ropa de segunda mano, pero pocos saben quién está detrás de una compañía que a día de hoy es una de las más importantes de este segmento y que, a lo mejor, tienes instalada en tu dispositivo móvil.
La app que nació de una mudanza
Todo el mundo compra ropa a día de hoy. Da igual que sea como regalo o simplemente por necesidad, todo el mundo apuesta por el sector textil, vaya o no a la moda. Es lógico que no toda la ropa sirve para lo mismo y puede que tengas algunos conjuntos especiales para cada ocasión lejos de los de diario, pero el problema viene cuando en tu armario tienes cosas que habías olvidado o ni sabías que estaban ahí.
Es entonces cuando toca hacer una pequeña limpieza como le pasó a Milda Mitkute. Está joven de Kaunas, Lituania, es la mujer detrás de una de las aplicaciones más importantes del momento. Todo comenzó en el momento en el que tuvo que mudarse de casa a la capital lituana y se encontró con un problema muy típico: no podía llevarse toda la ropa porque no le cabía en su nueva casa. Pero para la joven de 21 años que iba a estudiar gestión cultural aquello fue una oportunidad más que un problema.
Tomó la decisión de vender lo que no iba a necesitar y para eso montó una pequeña web para lo que en principio fue un círculo cercano de amigos y contando con la ayuda de un entonces desconocido Justas Janauskas, a quien conoció en una noche de fiesta. Juntos probaron diferentes versiones de cómo podrían dar una segunda vida a esa ropa que ya parecía estar destinada al desuso.
A día de hoy, lo que empezó para vender ropa entre amigos se ha convertido en un fenómeno mundial. Millones de personas por todo el mundo compran y venden ropa usada directamente desde su teléfono, algo que pocos se imaginaban que podrían hacer años atrás. De hecho, ha conseguido que las personas pusieran las prendas de segunda mano como un valor extra antes de optar por algo nuevo.
La app ha pasado por varias etapas y ahora afronta una en la que los usuarios de algunos países tienen que rendir cuentas con el Estado. En el caso de España, se ha tratado esta aplicación como una forma de obtener dinero para muchos, por lo que desde hace un tiempo hay que cumplir con unos máximos que hacen que tengas o no que rendir cuentas con la Hacienda pública al considerarse como una actividad económica en función del volumen de ventas y beneficios que obtengas. Esto ha hecho que muchos se piensen si entran o no en la app a vender sus productos, por lo que puede que incluso tengas menos oferta donde escoger o incluso hayas perdido a algún vendedor de confianza.
Una filosofía a favor de la sostenibilidad
El caso de Mitkute es muy importante más allá de lo que es la importancia de la propia empresa y lo que genera. Y es que el modelo es el concepto perfecto de lo que supone la sostenibilidad como concepto. Más allá de lo que supone dar una nueva vida a una prenda y evitar la compra de una nueva y el derroche de medios que pueda suponer, da una lección de cómo aprovechar los recursos que tenemos ya en uso y cómo tratarlos para que las generaciones venideras disfruten de ellos en la medida de lo posible.
Por supuesto, Vinted es una de las empresas más importantes del segmento de las aplicaciones de compra-venta de objetos, por lo que la necesidad de una joven no solo se ha consolidado como una marca de renombre, si no en el medio de vida de muchas familias que ahora forman parte de su equipo humano.
Eso si, en los últimos años, la web ha sufrido cambios importantes para los usuarios a nivel fiscal. Resulta que muchos estaban usando la plataforma a modo de reventa y el Estado impuso una norma en la que debían declarar los ingresos a través de esta u otras aplicaciones similares en función de si llegaban a un tope de ingresos. Para muchos esto ha supuesto un palo, pero lo cierto es que los usuarios han tenido que pasar por el aro si quieren seguir vendiendo en la aplicación.