El teletrabajo es algo que no todo el mundo se puede permitir. No porque no esté permitido, sino porque la naturaleza del trabajo no lo permite. Esto ocurre en algunos trabajos donde la presencia de un humano es necesaria, pero la tecnología está saltando incluso esos escollos. Y es que resulta que hay una compañía que quiere poner coches conducidos por control remoto en Alemania.
Puede que muchos piensen que esto no es posible y que en su lugar es un coche conducido por una IA, pero lo cierto es que la compañía llamada Vay está trabajando en ello para que todo el mundo pueda tener un coche que conducir cuando lo necesitan.
Un carsharing que se mantiene en movimiento
Moverse por una ciudad en coche es de lo más normal, pero no siempre es la mejor opción. Cada vez son más las calles por las que un automóvil de combustión no es bienvenido y, además, puede ser motivo de multa. Para eso han aparecido muchas aplicaciones con las que es posible usar un coche eléctrico, pero el caso de Vay es totalmente diferente.
Por lo que cuenta Wired, esta compañía está integrando coches por control remoto en las calles de algunas ciudades alemanas. El modelo es similar al de un taxi mezclado con un carsharing. Si con esta explicación o te queda aún claro lo mejor es que te pongamos un caso práctico.
Resulta que la compañía pone al servicio de los usuarios sus coches que están distribuidos por diferentes ciudades. Los usuarios pueden solicitar el uso de uno de ellos, como pasa con los taxis, pero cuando estos llegan a su punto de recogida se encuentran con que han llegado ‘solos’.
La clave está en que en las oficinas centrales de la compañía está un grupo de conductores equipados con todo lo que necesitan para conducir en remoto cualquier coche que tengan asignado. A través de unas pantallas pueden ver lo que tienen delante y movierán el coche gracias a un sistema de volante y marchas que servirán para controlar estos parámetros del vehículo a distancia.
Ahora bien, todo está preparado para que el cliente tome posesión del coche en el momento en que solicite su entrega. Dicho de otro modo, una persona solicita el transporte y el conductor autónomo lo lleva a la posición del usuario. Una vez entregado el coche este pasa al modo manual del propio cliente que puede llevarlo a donde necesite. Una vez finalizado el servicio el conductor remoto vuelve a ponerse a los mandos para llevar el coche a su siguiente servicio.
Puede que en el futuro este sistema sea de mucha ayuda para que otros servicios se valgan de él, ya sea en el transporte de mercancías o de personas. Además, podría ayudar a que un coche autónomo pase a manos de un conductor experimentado para tomar decisiones más correctas ante los problemas que puede plantear la tecnología en situaciones que no ha practicado o no ve solución
