Son muchas las teorías que hay sobre el Universo, cómo y cuándo se formó y de qué está compuesto más allá de lo que son los planetas. Lo que pasa es que, como pasa en todo método científico, hay que dudar siempre de todo y no dar ninguna teoría por sentado y esto parece que es lo que va a conseguir una nueva galaxia invisible a la que han llamado Nube.
El cuerpo celeste ha estado presente durante años sin ser visto hasta que este mes de enero se ha determinado su existencia y su categoría de galaxia. Pero su hallazgo va más allá de lo que es ver un simple cúmulo de estrellas en el espacio.
“No entendemos cómo puede existir”
Esta es una de las exclamaciones que el equipo de astrónomos se hace al conocer la existencia de Nube. De hecho, ha sido la autora principal del estudio Mireia Montes, astrofísica del Instituto de Astrofísica de Canarias, la que ha dicho esas declaraciones en un comunicado oficial donde continúa diciendo que las características de su formación son realmente extremas.
Como te contábamos, la investigación se realizó teniendo en cuenta las bases de datos del Sloan Digital Sky Survey, algo así como una enciclopedia digital de todo el espacio conocido. Fue ahí donde encontraron este pequeño espacio tan extraño y que más adelante pudieron estudiar gracias a dos telescopios: Green Bank en Virginia Occidental y el Gran Telescopio Canarias en La Palma.
Pero hay un detalle interesante en todo esto y es el origen de la propia galaxia. Resulta que toda galaxia concentra toda su densidad en su núcleo y se hace más débil en sus extremos, pero Nube es simplemente débil. No hay apenas diferencia entre el exterior y el interior de la galaxia que, por cierto, está a 300 millones de años luz de la Vía Láctea.
¿Que la hace tan especial?
De momento, son muchas las hipótesis en torno a la estabilidad de Nube. Todavía no hay nada claro, pero todo apunta a que es la materia oscura la que los une gracias a su masa tan pequeña. Esto demostraría las propiedades de la física cuántica a una gran escala, por lo que cuenta el astrofísico Ignacio Trujillo, quien también está buscando casos similares en el universo para entender bien este fenómeno tan inusual.
Solo un exhaustivo trabajo de investigación intergaláctico será el que concluya el origen de este tipo de formaciones en el universo si es que hay más. Esto por no hablar de nuevas propiedades de la materia oscura, un componente espacial que todavía supone una gran incógnita para todo astrofísico.