La creación del universo sigue siendo un misterio a pesar de todos los datos que el ser humano ha recabado a lo largo de su historia para dar un motivo claro a por qué existen los planetas y todos los cuerpos celestes. Puede que quede clara la conclusión de que con polvo gases y explosiones se generen todo tipo de partículas que den lugar a la creación de elementos sólidos que van tomando forma gracias a las leyes de la física, pero lo que muchos dan por sentado es que los planetas en los que no hay vida no hay actividad. Y puede que estemos ante uno de los hallazgos más interesantes de los últimos años, ya que para todos los que pensaban de la manera que describíamos antes ya hay indicios de que en la Luna hay actividad.
Y es que satélite que orbita alrededor de la Tierra ha sido para muchos durante años una simple roca que ejercía una fuerza importante sobre la tierra y que era capaz de alterar sus elementos simplemente con su presencia, pero a día de hoy son muchos los misterios que la rodean y que como este se siguen descubriendo.
La Luna también tiene un núcleo como la Tierra
Durante años las misiones espaciales que se han llevado a cabo para comprender mejor la luna han estado dirigidas a comprender mejor el astro que orbita alrededor de nuestro planeta. Sin embargo, todos los estudios han sido demasiado superficiales. Es cierto que se conocen algunos secretos sobre ella más allá de su composición o su gravedad, pero gracias al instrumental más avanzado se han podido determinar muchas más características del cuerpo celeste que hasta ahora eran totalmente desconocidas.
Precisamente uno de los elementos más importantes es conocer lo que hay en el interior de la superficie, ya que para muchos la luna por dentro no tiene nada. Sin embargo, los últimos estudios han concluido que en el interior de la luna todavía hay actividad, dado que existe un núcleo en su interior similar al de la Tierra. Y lo decimos así porque se intuye que su densidad es muy similar a la del hierro, aunque parece que hay elementos líquidos a su alrededor.
Según un estudio publicado en Nature, un equipo de investigadores ha analizado datos sísmicos de la superficie lunar para saber su composición interior, dando como resultado a un hallazgo muy interesante: en la luna hay tres partes que son el núcleo, el manto y la corteza. Como ocurre con la Tierra, estas partes están perfectamente diferenciadas y son capas que diferencian la parte más interna y caliente de la roca de las partes más externas y sólidas que quedan al descubierto.
Pero esto arroja luz también sobre su morfología. Tengamos en cuenta que la existencia de un núcleo hace que el material más denso se atraiga hacia el interior y el que no lo es tanto asciende hacia arriba, lo que explicaría la superficie llena de cráteres. Esto indica que en el pasado la luna tuvo una actividad geológica casi como la de la Tierra presentando una multitud de volcanes capaces de expulsar hierro al exterior del satélite.
Más similitudes con la Tierra
Como puedes ver, la Luna tiene actividad interna y todo determinado por su núcleo que lo conforman en su parte más interna, una sección sólida hecha de un material metálico con una densidad muy similar al hierro y una más líquida. La presencia de esta parte ayuda a tener más datos sobre el sistema solar y su origen, aunque lo cierto es que son muchas las hipótesis que aportan para continuar estudiando el cuerpo celeste. Teniendo en cuenta su densidad y la presencia de este núcleo, se puede hablar también de que la luna tenía en su momento un magnetismo mucho mayor del que goza en la actualidad y pudo contribuir en esos momentos en los que tenía mucha más actividad a la formación de la Tierra.
Es importante destacar que todos estos datos se han obtenido desde el instrumental y los datos que tienen los laboratorios y observatorios para estudiar desde la tierra la superficie lunar aunque en el futuro puede que tengan más datos de lo que ocurre en su interior gracias a los hallazgos que se pretenden obtener gracias a la misión Artemis que cada día está más cerca de realizarse.