El sistema operativo es el “interlocutor” entre el usuario y el ordenador. En los primeros tiempos, se basaba en líneas de comandos como las que encontrábamos en MS-DOS; pero, a partir de la irrupción de Windows, y especialmente Windows 3.11, las interfaces gráficas de usuario (GUI) se convirtieron en las comúnmente adoptadas para interactuar con los equipos y con las aplicaciones.
A pesar del éxito inicial de las interfaces basadas en teclado y ratón, la innovación no se detiene. Ahora, existen otras formas de interacción táctiles o a través de la voz que también son óptimas para interactuar con nuestros dispositivos. Con Windows 10, Microsoft ha integrado distintas propuestas para trabajar con ordenadores portátiles, sobremesas o todo en uno: la interacción “clásica”, la fórmula táctil y la comunicación por voz a través de Cortana y otras herramientas implementadas, por ejemplo, en Office 365.
Un trabajo en equipo
La incorporación de una determinada interfaz de usuario es posible a través del trabajo en equipo del fabricante de hardware y del desarrollador del sistema operativo. Por ejemplo, para lanzar las primeras interfaces gráficas, fue preciso previamente introducir el ratón. Más adelante, para hacer viable una interfaz táctil se hicieron indispensables las pantallas sensibles al tacto, así como ciertos cambios en los diseños de los portátiles y los All In One. Lenovo, de hecho, con la familia Yoga, consiguió añadir a la ecuación de la interacción táctil la variable de la ergonomía, ofreciendo varios modos de uso en uno.
Otro tanto de lo mismo sucede con la interacción a través de la voz, donde ha sido necesario desarrollar tecnologías avanzadas de reconocimiento de voz, de fabricación de componentes como los micrófonos o de IA para mejorar el procesamiento a través de lenguaje natural.
En el caso de la tinta digital, Windows Ink permite usar dispositivos tales como los pen (lápices) digitales para escribir, dibujar o dar toques en la pantalla, así como tabletas digitalizadoras, un tipo de periférico comúnmente usado por los profesionales del diseño gráfico.
Interacción clásica: teclado, ratón y touchpad
Este tipo de comunicación es “la de toda la vida”. Los elementos que se emplean para interactuar con los equipos son el teclado, el ratón y el touchpad. No obstante, hay aspectos de esta interacción que no se aprovechan completamente. Por ejemplo, los atajos de teclado suelen estar infrautilizados, pese a su amplia efectividad. En este sentido, Microsoft ha cuidado tradicionalmente este apartado con las distintas combinaciones de “Windows + tecla”.
Igualmente interesantes son los gestos sobre el touchpad. Así, fabricantes como Lenovo nos brindan la oportunidad de hacer zoom mediante el gesto de “pellizcar” sobre el touchpad. Y también aprovecha los atajos de teclado para activar o desactivar algunas funcionalidades propias del hardware, como la selección del modo de rendimiento.
Pero no se queda ahí, sino que el fabricante de ordenadores ha introducido un elemento de interacción adicional. El Dial de Lenovo para sus equipos Yoga All In One resulta idóneo para su uso con aplicaciones de diseño gráfico o edición, por ejemplo.
Interacción táctil: un valor añadido que mejora la productividad
En su momento, cuando llegó Windows 8, la interacción táctil se alzó como la interfaz principal en detrimento del teclado y ratón. No obstante, poco a poco se fue ajustando esa distribución de fuerzas hasta situar a la interfaz táctil en ordenadores de sobremesa y portátiles, aunque sean convertibles, en un segundo plano, como complemento a la tradicional.
Por supuesto, la interfaz táctil nos brinda la posibilidad de “ir al grano” a la hora de interactuar con algunas aplicaciones en las que adoptemos el rol de consumidores de contenidos más que de creadores. Para escenarios de videoconferencia, consumo de contenidos de vídeo y audio o para la lectura en pantalla, es una excelente opción, siempre y cuando los equipos permitan cambiar de modo de uso fácilmente como sucede con los Yoga de Lenovo.
Es posible configurar esta interfaz táctil de un modo personalizado. De hecho, la personalización es una variable importante de cara a hacer que una interfaz se adopte de un modo natural e intuitivo. Tanto es así que Windows 10 contempla esta adaptación a las necesidades de cada usuario desde el propio menú de Inicio.
Tinta digital, perfecta para escenarios de productividad
La tinta digital, a través del uso de un pen digital compatible, extiende la funcionalidad táctil gracias al aumento de la precisión que se consigue con el uso de los lápices digitales. Resultan sumamente eficiente, con detección de presión con miles de niveles o compatibilidad con un creciente número de aplicaciones, como Office 365, donde el grado de integración es prácticamente total.
Este método destaca por su versatilidad, siendo interesante para múltiples actividades: desde rellenar hojas de Excel hasta hacer correcciones en textos, pasando por firmar digitalmente documentos. Además, es un accesorio de gran utilidad para profesionales del diseño o la ilustración.
La voz: una interfaz al alza
Parece claro que, en ciertas ocasiones, la voz es más ágil que la escritura. Por ello, Microsoft está integrando esta forma de dirigirnos al sistema operativo y las aplicaciones tanto en Windows 10 como en software del estilo de Office 365 a través de funcionalidades como el Dictado o la Traducción.
Mediante la comunicación oral y usando Cortana, el asistente de Microsoft, podemos tanto obtener información como crear notas de texto y voz en OneNote, añadir texto en documentos, hojas de Excel o presentaciones PowerPoint, incluso realizar traducciones de un idioma a otro que podemos dictar convenientemente en las herramientas de Office 365 o, desde Cortana, en el propio sistema Windows.
Aunque la voz es un tipo de interfaz que está en pleno proceso evolutivo para alcanzar un lenguaje totalmente natural, ya es factible completar tareas de un modo más ágil que con el teclado tradicional.
Un futuro prometedor
La tactilidad, la tinta digital y la voz son formas de interacción que Windows 10 ofrece a pleno rendimiento. Obviamente, se sigue investigando para optimizar el reconocimiento de voz o de escritura, pero la IA, a través de técnicas como Machine Learning o Deep Learning, está haciendo que estas interfaces evolucionen a un buen ritmo.
Fabricantes como Lenovo contribuyen a esta evolución a través de la adopción de un hardware progresivamente más refinado y eficiente en forma de mejores micrófonos, elementos de interacción como el accesorio Dial para equipos All In One o una ergonomía capaz de amplificar las posibilidades de la interacción táctil.
No se entienden estas formas de relacionarnos con el hardware sin el desarrollo de tecnologías que capturen nuestra voz o el movimiento de nuestros dedos o manos. O incluso nuestros gestos en otras interfaces no tan extendidas, pero que ya tuvieron su debut en dispositivos como Kinect de Microsoft. Y es que si en el mundo real damos grandes pasos hacia una comunicación con las máquinas óptima y natural, el cine ya nos ha mostrado auténticas interfaces de película, como podéis ver en este portal.
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