Existen dos reglas básicas en informática que todos debemos respetar como si fueran sagradas: “Si funciona no lo toques” y “Reinicia. La segunda se aplica a todos los dispositivos: no va Internet, así que apagas el router, esperas 10 segundos y enciendes… ¡y el problema se ha resuelto! (la mayoría de las veces)… ¿Magia? Pues no, como veremos a continuación.
El router es una sofisticada máquina
No solemos pensar en ello, pero el router es todo un ordenador en sí mismo: posee una CPU, memoria caché, memoria interna y funciona bajo un sistema operativo. Así que los errores de “tengamos Internet” pueden ser debidos a muchos factores como pérdida de memoria, sobrecalientamiento de la CPU, etc.
Por eso, al igual que con un ordenador o un smartphone, reiniciarlo no soluciona la verdadera causa del problema en absoluto, pero permite que vuelva a funcionar correctamente.
¿De verdad tengo que esperar unos segundos?
Pues sí, y esto también tiene una sencilla respuesta. Si desenchufamos o apagamos un router (o un ordenador), queda energía eléctrica remanente en los condensadores. Por eso debemos esperar alrededor de 10 segundos, para asegurarnos que se han descargado completamente.
Problemas de los routers (y sus soluciones)
Pero ¿qué causa estos problemas en mi router? Pues, como hemos visto, pueden ser varias las causas, pero las más comunes son estas:
- Problemas con el firmware: un virus, una actualización defectuosa, funciones que consumen excesiva memoria, etc. puede que sean las causantes de los problemas ¿La solución? Asegurarnos de que nuestro router tiene la última versión del firmware del fabricante (disponible en su página web).
- Sobrecalentamiento: Todos los dispositivos electrónicos deben poder “respirar”, de ahí sus rejillas de ventilación. Por eso no debemos taparlos, o bloquear estas rejillas con objetos que pongamos ante ellas, o que se cubran de polvo, por ejemplo.
- Problemas con la dirección IP: Cada router administra nuestras direcciones IP tanto públicas como privadas pero en ocasiones puede darnos un error, por ejemplo, cuando dos dispositivos de nuestra red tienen el mismo IP. La solución es reiniciarlo para que, entonces, vuelva a asignar automáticamente (y de forma correcta) las direcciones IP.
Cambiar de router. Si todo esto falla, tal vez nuestro equipo deba ser sustituido (como nuestro viejo ordenador). Todos los aparatos tienen una vida limitada y lo mejor que podemos hacer es comprar uno nuevo con el que no tendremos estos problemas. Y ya sabéis, si tenéis problemas… ¡reinicio!