¿Hasta qué punto los juguetes conectados controlan a nuestros hijos?

Corría el año 1999 cuando el presidente de Tiger Electronics, Roger Shiffman, se vio obligado a emitir un comunicado en el que aseguraba que el nuevo juguete más popular de su compañía, Furby, no era un espía.

La Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) prohibió el juguete en sus instalaciones tras saberse que a los Furbies se le podía enseñar a hablar y, por lo tanto, podía grabar y repetir el habla humana.

Las agencias de seguridad suelen prohibir todos aquellos aparatos (incluidos juguetes) que pueden registrar, espiar y almacenar información privada. Casi 18 años después de que esta juguetera se viera obligada a negar las credenciales de agente secreto de Furby, los organismos de control de consumidores de la UE y EE. UU. reciben quejas sobre varios juguetes interactivos WiFi y Bluetooth, también conocidos como juguetes inteligentes, que equipados con micrófonos y conexión a Internet, tienen el poder de invadir las vidas privadas de niños y adultos.

Más juguetes inteligentes

Se espera que las ventas anuales de juguetes inteligentes en todo el mundo aumenten de aproximadamente 2.800 millones en 2015 a 11.300 millones en 2020, según Juniper Research.

Los juguetes digitales y los dispositivos conectados a Internet para niños, son parte de los responsables de este rápido crecimiento, junto con bloques de construcción inteligentes, coches de carreras inteligentes y drones, robots que enseñan a los niños a codificar e incluso un pato de goma inteligente destinado a los muy jóvenes.

Más allá de la pantalla

La industria, por tanto, se aleja solo de la pantalla. Las aplicaciones pasan a un segundo plano y el juguete es el núcleo donde se interactúa. Una buena causa por la que los juguetes inteligentes están ganando popularidad se debe a la preocupación de que los niños pasen demasiado tiempo mirando las pantallas.

Sin embargo, todos los expertos (tanto en materia de seguridad como de desarrollo físico e intelectual) recuerdan a los padres la importancia de elegir juguetes apropiados para su edad (los que son demasiado difíciles resultan frustrantes, pero lo fácil es aburrido).

A otros les preocupa que algunos mundos digitales sean demasiado controladores y no alientan a un niño a usar su imaginación, una de las críticas dirigidas contra la muñeca conectada Hello Barbie. Dorothy Singer, psicóloga de la Universidad de Yale que estudia el juego imaginativo, explica que si a un niño se le da un peluche, puede usar su imaginación para hablar con él, darle un nombre y usar una voz para ello. Si el juguete ya viene con una voz y personalidad, hay menos espacio para que un niño sea creativo e invente la historia por sí mismo.

De hecho, Hello Barbie fue la primera muñeca Barbie interactiva del mundo, y cuando se lanzó en 2015, fue recibida con desprecio por los grupos de derechos de los padres y activistas de privacidad. La muñeca mantiene conversaciones con los niños y almacena datos sobre ellos que se transmiten a los padres. Pero, desde entonces, incluso ha añadido más productos a su catálogo.

The Interactive Barbie "Hello Dreamhouse" at Play | @BarbieThe Interactive Barbie “Hello Dreamhouse” at Play | @Barbie

De Google a Mattel pasando por Internet

Lo que es indudable que es que la industria juguetera está haciendo la transición de unos productos más clásicos y analógicos a otros en los que Internet esté en su núcleo central.

Buena muestra de ello es el nombramiento y fichaje de Margo Georgiadis como CEO de Mattel. Reclutada de Google a principios de este año, está sacudiendo a la empresa de 72 años recortando sus dividendos e invirtiendo el dinero en entretenimiento y juguetes conectados a Internet.

La consejera delegada les dijo a los analistas que quería cambiar a Mattel de ser un vendedor de muñecas Barbie y Hot Wheels en tiendas físicas y en una empresa centrada en tecnología móvil y actividades. La estrategia se financiará en parte reduciendo el dividendo en 61 por ciento.

“Es hora de reinventar esta compañía para garantizar que refleje hacia dónde van los consumidores y el mercado”, dijo Georgiadis en una entrevista antes de una presentación a los analistas en Nueva York. Mattel pasará de ser considerada una juguetera tradicional a ser una “compañía de experiencia infantil a prueba de futuro“.

Según esta directiva, las marcas de juguetes como Mattel deben adaptarse a la forma en que se crían los niños, citando a niños pequeños con tablets y padres obsesionados con la educación. Esto conducirá a un gran impulso en el contenido digital, los juguetes conectados a Internet y los productos que promueven el aprendizaje, dijo. Ella también quiere expandirse en juegos, experiencias en vivo y otras categorías de productos.

Un riesgo que solo irá a más

Pero a medida que se desarrollan los juguetes inteligentes, la amenaza que representan para los niños parece aumentar. La inclusión de sensores y cámaras significa que se pueden recopilar aún más datos sobre los niños, y su privacidad podría verse comprometida.

El riesgo está también en los propios padres, que estarían usando estos productos para negar a los niños su derecho individual a la privacidad y el juego privado. Es decir, que la tecnología per se no es mala, sino el uso que los adultos (y las empresas) puedan hacer de ella.

El FBI tiene algo que decir

La polémica sobre la convenicencia o no de dar a los niños juguetes conectados a Internet estriba, pues, en si realmente pueden suponer un peligro para su privacidad e intimidad.

Algo que incluso llevó a que el FBI advirtiese de que los piratas informáticos pueden poner en peligro los juguetes conectados.

Así, este organismo de seguridad considera que estos expertos podrían identificar su dirección, el nombres de niños y fechas de nacimiento, descargar la foto de su hijo o hija e incluso escuchar sus conversaciones y grabar la voz de su hijo.

Pero, más allá del posible robo de identidad infantil, el FBI tiene preocupaciones más serias: “el uso indebido potencial de datos sensibles como la información de ubicación GPS, identificadores visuales de imágenes o videos, e intereses conocidos para obtener confianza de un niño podría presentar riesgos de explotación”, dice el comunicado. “El FBI alienta a los consumidores a considerar la ciberseguridad antes de introducir juguetes inteligentes, interactivos y conectados a Internet en sus hogares”.

Por eso, y para tranquilizar sobre el uso de este tipo de juguetes, la organización ha realizado una especie de decálogo con lo que serían algunos factores de riesgo que nos deberían hacernos plantear la utilización de estos juguetes.

Así, recomienda tener cuidado si el juguete se conecta directamente a Internet a través de WiFi, se conecta a través de Bluetooth a un dispositivo que, a su vez, está conectado a Internet, contiene altavoces, micrófonos y/o dispositivo de grabación, así como cámaras, transmisores y receptores inalámbricos, capacidad de reconocimiento de voz, GPS o si se conecta a una aplicación móvil.

También deberíamos extremar las precauciones si nos pide el nombre, la dirección, la fecha de nacimiento u otra información personal cuando se registra, si almacena los datos internamente, si envía sus datos al fabricante y / o socios y/o tiene capacidad de conexión a la nube, incluso cuando está apagado.

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