“Las empresas tecnológicas son un entorno complicado, pero a la vez muy favorable, para la mujer” Isla Ramos, Lenovo

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Isla Ramos, Directora ejecutiva de mediana empresa, gran cuenta y sector público para EMEA en Lenovo, es una de las mujeres españolas que ocupa un puesto de alta responsabilidad en una multinacional tecnológica y, como tal, aparece siempre en la lista de mujeres directivas. Fue la primera directora general de Lenovo en España (compañía que aterrizó en nuestro país tras la compra internacional de la división de PC de IBM). Desde entonces, ha ido escalando puestos de responsabilidad dentro de la corporación. Diez años después, recuerda en esta entrevista aquella época y a la importancia de la educación para que más mujeres ocupen puestos de responsabilidad.

¿Cómo recuerdas la época de ser la primera directora general de Lenovo en España?

Fue, sobre todo, emocionante. Resultó un bombazo porque fue el primer caso de una inversión china significativa. Recuerdo todos los titulares “compañía china compra IBM”. Personalmente, fue una época fantástica porque aprendí tantísimo que fue un cambio radical, aún estando dentro del mismo sector y si cabe dentro de la misma compañía. También supuso un cambio en mi carrera profesional porque es cuando me doy cuenta de que una de las cosas que más me gustaba es la transformación y la gestión del cambio.

Lo importante es que las mujeres tomen libremente su decisión y que eso sea socialmente aceptable, ya sea tu prioridad el trabajo, la familia o un balance de los dos

También fue una época dura, porque había mucho que conseguir: había que tratar con los clientes, que el equipo estuviera tranquilo, que el talento se quedara dentro… Estoy muy orgullosa de aquella etapa, de la transacción que ocurrió desde finales de 2004 (cuando se anunció la compra) hasta mediados de 2005 (cuando se materializó). Fueron dos años muy apasionantes, con muchísimos cambios. No tanto la manera de hacer negocio en el corto plazo, pero sí en el sentimiento: pasar de ser una empresa de 6.000 – 7.000 empleados en IBM a una empresa de 50.

Tengo muchísimos recuerdos de la prensa, porque fue un momento muy intenso y un bautismo de fuego. Cuando se anunció la compra, había días que hacía 10 o 15 entrevistas cada día.

Es una etapa de la que estoy muy orgullosa.

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¿Qué supone para ti pasar de ser responsable de un área muy grande en IBM a ser la directora general de una compañía china como Lenovo?

El área que yo llevaba dentro de IBM tenía vida propia (de hecho, se la llamaba la PC Company), porque tenía márgenes más bajos pero bastante peso en términos de facturación, lo que conllevaba mucha supervisión. Eso me ayudó mucho, como también la transición que se hizo desde IBM. Casualmente, un año antes de la compra yo hice un máster en dirección general de ESADE, que posee un trasfondo que te ayuda. Otra cosa que me ayudó mucho es que la transición se planteó con procesos de aprendizaje. Todos los días tenía reuniones con los consultores que me explicaban cómo funcionaban áreas para mi desconocidas. Tanto me ayudó que nos dieron el premio como la mejor transición de IBM a Lenovo a España. La ayuda de IBM fue fundamental.

Uno de los errores de las mujeres es que nos empeñamos en luchar con las armas de los hombres, los cual es una tontería. Tenemos otras muchas cualidades: somos más empáticas, nuestra capacidad de liderar a través de otros es muy superior, tenemos menos necesidad de reconocimiento individual…

Durante los primeros meses los cambios no fueron muy dramáticos desde el punto de vista operativo. Fueron pequeños dado que Lenovo en España no existía. Es a largo plazo cuando tienes que hacer una transformación hacia otros modelos de negocio y ahí es donde empiezas a darte cuenta del cambio tan grande que supuso.

El otro cambio tan importante fue la gestión: no es lo mismo gestionar un departamento que una empresa.

Soy una persona muy curiosa y lo veía como una experiencia de aprendizaje. Lo vivía todo con muchísima ilusión. No se me hizo nada cuesta arriba. Era duro, pero no más que estar al pie del cañón de una división. El cambio en los primeros meses era más mental que físico. Cuando ésta empezó estaba ya muy preparada. Todo el equipo, yo la primera, teníamos muchas ganas de hacer esa transición.

Las compañías asiáticas suelen nombrar a alguien de su país para los primeros meses. ¿Te sorprendió que contigo no lo hicieran?

Me sorprendió después. De primeras no porque supimos enseguida que uno de los elementos fundamentales de la compra era la gente. No tendría sentido poner alguien por encima de esa gente.

Mirando retrospectivamente lo que han hecho otras compañías asiáticas, sí que me ha sorprendido más. Es cierto que el modelo de organización de Lenovo es muy diferente al de otras compañías asiáticas. Es una compañía muy poco china, porque, por diseño, es una compañía multinacional y no una compañía china con filiales en el resto del mundo. El día uno nuestro CEO nos dijo que el tema multicultural e internacional es una ventaja competitiva y no una desventaja. Queremos aprovechar esa ventaja competitiva.

Lenovo ha sido muy coherente con la multiculturalidad. Si miras las posiciones del consejo y de mayor liderazgo, hay veinte nacionalidades en los top 100. Es muy coherente con lo que se ha dicho desde el principio.

Tras tres años y medio al frente de Lenovo te sucedió otra mujer.

Sí, Elena Mendoza.

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¿Ves diferencias entre compañías multinacionales de origen chino como la tuya y otras a la hora de promocionar a mujeres en altos cargos de responsabilidad?

Sólo te puedo hablar de Lenovo y te puedo decir que desde que empezamos tenemos una serie de programas para promocionar esta internacionalización y diversidad. El Women in Lenovo Leadership (Will) es una iniciativa con la que se pretende fomentar el liderazgo de las mujeres dentro de Lenovo.

El hecho de que tengas más o menos mujeres en puestos de liderazgo es una cuestión de cuántas tienes en cantera y de cuánto tiempo lleven. En los años 90 hubo un boom de las tecnológicas en España e hicieron acopio de todo el talento disponible, incluyendo el femenino. Veinte años después han llegado arriba. Si comparas con otros países de Europa no será la misma casuistica.

Las tecnológicas son un entorno complicado para la mujer, especialmente las áreas técnicas. Pero al mismo tiempo son muy favorables en áreas de gestión, de flexibilidad, aunque sea sólo por carácter innovador. Es más fácil para una tecnológica aceptar un tema de flexibilidad que lo que lo puede tener una compañía industrial que fabrica madera.

No creo que lo sea, pero si soy un referente como mujer, me parece bien en cuanto ayude a normalizar la situación

Me preocupa que las áreas técnicas no sean propicias para las mujeres, pero soy optimista. Cada vez las carreras técnicas y no técnicas mezclan más. El trabajo en tecnología no es solamente en I+D, sino que cada vez depende más de la creatividad, del diseño, de la visión, de la gestión, de la parte comercial… y en eso somos muy buenas las mujeres. Pero soy pesimista porque creo que no hemos dado ningún paso hacia delante en el tema las carreras técnicas.

Las tecnológicas son un reto muy grande para la mujer porque trabajan a un ritmo trepidenante en el que no hay tregua, donde es difícil estar fuera cuatro meses por baja maternal.

Es cierto que las tecnológicas son cada vez menos tecnológicas. El mundo Internet ha revolucionado significativamente el sector y estamos a años luz del resto de las compañías en cuanto a flexibilidad laboral. No conozco nadie en este sector que trabaje por presencia y eso es algo que es muy favorable a la mujer.

¿Qué es más útil o necesario: que haya mujeres en puestos de alta responsabilidad y que sean visibles y o que haya CEO que sean padres como Marck Zuckemberg, que se ha cogido dos meses de baja para demostrar que no pasa nada?

Hace falta todo y algo más. Es importante que haya mujeres modelo (role models) pero con mucho cuidado. No hay que confundir el “ella ha conseguido algo” al “yo quiero ser como ella”. Cada persona es distinta y tenemos unas inquietudes diferentes en la vida y no se tiene porqué ver reflejado en esos modelos.

Lo importante es que las mujeres tomen libremente su decisión y que eso sea socialmente aceptable, ya sea tu prioridad el trabajo, la familia o un balance de los dos. Hay que huir un poco de los tópicos y personalizar un poquito más las circunstancias. Cada persona debe ser coherente con su decisión.

Donde es importante que haya modelos en los que mirarse es para puestos que son hasta ahora muy masculinos. Por ejemplo, un director de fábrica. Siempre tenemos la imagen de una figura masculina hasta que no vemos con nuestros propios ojos que hay mujeres en este puesto. Y quizá las chichas probablemente no se planteen este puesto como carrera sin estos modelos de mujeres. Además, también sirve para que el entorno también lo acepte. Está muy estudiado que las posibilidades de que un puesto sea para una mujer es muchísimo más alto si en ese puesto anteriormente hubo otra mujer.

En los últimos siete años, en todos los puestos que he ido ocupando siempre me ha sucedido una mujer.

¿Le gusta ser una de esas mujeres referente?

No creo que lo sea, pero si lo soy, me parece bien en cuanto ayude a normalizar la situación. Más que las mujeres ejemplo me interesa mucho más el resto. Creo mucho en la estadística y cuando ves que hay 5, 6, 7, 8 mujeres en una organización que empujan sistemáticamente hacia arriba, es mucho más importante que tener una Superwoman. Hay gente a la que tener ese ejemplo les ayuda y a otros les impone y creen que es un hito inalcanzable. Hay que humanizarlo. Se necesita siete u ocho detrás que estén empujando y que sea algo más normal. Lo que más me gusta es poder proponer a otras mujeres. Lo mejor es poder ayudarles a tomar un camino que quizá les hubiera dado más miedo o reparo tomar.

¿Las mujeres afrontamos el liderazgo de la misma forma que los hombres?

Desde luego. Como llegamos y como nos comportamos al llegar es muy diferente de los hombres. Las mujeres, de saque, tenemos menos autoestima y es un factor físico y que no hay que echarle la culpa a nadie.

¿No crees que sea algo cultural?

Una vez una cirujana me estuvo contando cómo son el cerebro de la mujer y el del hombre al nacer y es que realmente somos diferentes. El hecho de que tengamos menos autoestima puede tener también una parte cultural, pero también física, al igual que también hay una parte física en el hecho de que la mujer es mucho más capaz de manejar los matices o de que el hombre no distinga el burdeos del rojo. Se trata de algo físico, que no tiene nada que ver con el hecho de que ellos hayan jugado poco con las muñecas.

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Me parece bien que se imponga que el número de mujeres y hombres que optan a un puesto deba ser equitativo, porque iguala el derecho de oportunidades. Pero como mujer me cuesta aceptar ser parte de una cuota

Tenemos que centrarnos en conocernos bien, saber cuáles son nuestras fortalezas. Uno de los errores de las mujeres es que nos empeñamos en luchar con las armas de los hombres, los cual es una tontería. Incluso cuando en la Edad Media se batían en duelo, cada uno iba con el arma con el que era bueno. No tiene sentido que nosotras nos empeñemos en intentar luchar con las mismas armas.

Tenemos otras muchas cualidades: somos más empáticas, nuestra capacidad de liderar a través de otros es muy superior, aunque estemos usando topicazos, tenemos menos necesidad de reconocimiento individual… Lo primordial de la inteligencia emocional es conocernos a nosotros mismos, conocer nuestras propias fortalezas y apoyarnos en eso. En el mundo occidental siempre se intenta mejorar las áreas de debilidad mientras que en el mundo asiático se opta por apalancarse en esas áreas de fortaleza, hacer que brillen más.

No obstante, creo también que cada vez hay menos diferencias, cada vez aprendemos más unos de los otros y tenemos perfiles de líder más empático, más directivo, independientemente del sexo.

Pese a que en el sector tecnológico es cada vez más femenino, lo cierto es que en las ferias como el Mobile World Congress, se observan muchos más hombres.

Es cierto, y debo hacer un matiz en mi comentario anterior: me refería únicamente a fabricantes. La distribución es un sector absolutamente masculino. En los clientes los responsables de sistemas suelen ser también roles masculinos.

Cuando Isla Ramos va a esas ferias y ve a algunas azafatas ligeras de ropa, ¿qué piensa?

Que es ridículo. Me parece una cosa anticuada y obsoleta que va a desaparecer. Me niego a pensar que las generaciones que vienen son gente a la que eso le parece lo más mínimo interesante. Creo que es una cosa abocada a la desaparición.

Dicho esto, es verdad que si tuviera que elegir para el puesto de azafata entre un hombre y una mujer, cogería una mujer porque creo que lo haría mejor de cara atención al público. Si luego tengo que elegir entre una chica mona y otra que no lo sea tanto, elegiré a la guapa. Pero eso no es incompatible con la eliminación de cosas que son de mal gusto y que no aportan nada. Alucino que la gente pueda pensar que se puede marcar un valor diferencial con la competencia.

También a los hombres les miramos raros si optan por su familia en lugar de por el trabajo. Tenemos que encontrar ese equilibrio donde no estén demonizados ninguna de las opciones de vida

¿Qué se puede hacer para que la cantera de mujeres vaya subiendo peldaños los puestos de responsabilidad?

Creo que es muy importante la educación. Todos tenemos una obligación de cómo educamos a las próximas generaciones en cuanto a sus posibilidades. Hay que hacer un esfuerzo de comunicación muy importante sobre cuáles son las opciones a la hora de estudiar. Cuando los niños salen del cole no saben cómo es el mundo laboral. Hay que acercar mucho más el mundo de la empresa a los colegios para que los niños vean la realidad. La educación tiene que estar mucho más metida dentro de la sociedad y que no sea una cosa separada de la teórica vida real. Cuando salen de la escuela ya tienen las ideas formadas y después es demasiado tarde.

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La empresa tiene una voz muy importante para dar visibilidad hacia las siguientes generaciones. Los colegios tienen una gran responsabilidad en la educación de los chavales en todos los sentidos. El Estado también tiene una obligación de divulgación, demostrar y dar ejemplo, educación dirigida también la igualdad.

En el tema de cuotas no soy muy partidaria, porque creo que tiene efecto rebote. Sí me parecen adecuadas en la obligación de paridad en el número de candidatos para un puesto, porque marca la igualdad de oportunidades. Pero el imponer una cuota de poder en la dirección me parece que en un momento dado puede funcionar (y, de hecho, lo está haciendo) pero como mujer me humilla, me cuesta aceptar ser parte de una cuota.

Pero es verdad que tengo muchas dudas en la materia, porque llevamos 20 años y no ha habido muchos avances. Me encantaría poder hablar con las nuevas generaciones que se están incorporando a los puestos de trabajo para saber qué opinan ellas sobre esto. Si te dicen que no entienden tu pregunta porque esto supone un problema, es porque hemos superado esta situación.

Hay mucho dentro de cada uno de nosotros. Se habla mucho sobre los factores externos: el que me dejen llegar. Y se habla poco del querer yo llegar. Ahora se habla mucho más del qué tienes que hacer tú contigo misma para tomar esa decisión. Yo he vivido todos los ciclos: si te quieres quedar en casa mal, si apuestas por tu vida profesional eres una mala persona para tu familia… Tenemos que encontrar ese equilibrio donde no estén demonizados ni los unos ni los otros. Algo que también pasa a los hombres, que si deciden elegir familia muchas veces también les miramos raro.

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