Es la conexión de moda, el “estándar del futuro”. El conector USB Tipo-C, Type-C o más comúnmente conocido como USB-C forma parte de la especificación USB 3.1, aprobada en febrero de 2015. Vamos a ver en qué consiste este conector y cómo afecta a nuestras vidas en el ámbito tecnológico.
¿Qué es el USB-C?
Es el último conector desarrollado por el USB-IF, el Foro de Implementadores de USB (USB Implementers Forum), un conjunto de los principales representantes de la industria electrónica de consumo.
Pensado para sustituir a los conectores anteriores (USB A y USB B) que solo tienen cuatro conectores, el USB-C posee 24 conectores lo que le permite ofrecer una amplia gama de posibilidades.
Características del USB-C
Es reversible
Su aspecto es similar a los anteriores, pero es más pequeño y tiene forma de óvalo. Esta forma hace que sea reversible por lo que no existe una orientación para que funcione: podemos introducirlo en el dispositivo de cualquier manera.
Mayor rendimiento
Básicamente, el USB-C es un USB supervitaminado: permite transferir datos y energía a la vez, siendo capaz de transmitir hasta 10 Gbps (gigabits por segundo), es decir, una película completa de alta definición en solo 30 segundos. Hasta 20 veces más rápido que el USB 2.0.
En cuanto a la potencia, puede transferir hasta 100 W (20V y 5A), más que suficientes para cargar portátiles y varios dispositivos a la vez. De hecho, en algunos casos incluso un dispositivo podría cargar a otro. Esto se debe a que dispone del llamado modo alterno, mediante el que se determina cómo algunos dispositivos se comportarán al conectarse a esta conexión USB-C: carga de la batería, transmisión de datos, etc.
Ideal para monitores
El USB-C tiene soporte para monitores 4K (y más), gracias a su modo alterno DisplayPort, mediante el que se habilitan las opciones de este estándar, el DPI.3, lo que nos da la posibilidad de conectar monitores 4K a 60 Hz, por lo menos, ya que esta tecnología promete mayores resoluciones.
La suma de todas las nuevas características que nos ofrece el USB-C tienen una clara ventaja en todos los usuarios que disponen de un portátil con este tipo de conexión: tener un “escritorio limpio”. Es decir, con un solo cable conectado al portátil conseguirnos pasar video hacia el monitor, cargar el portátil desde el monitor y si éste tiene un HUB USB, tener acceso desde el portátil a cualquier accesorio conectado al monitor.
Así, podemos dejar nuestro disco duro externo conectado al monitor y, al conectar el cable USB-C al portátil, tendremos acceso inmediato a todo su contenido.
Además, algunos monitores como el Monitor HDR curvo Lenovo ThinkVision P44w10 permiten conectar dos dispositivos a la vez para transferir datos, reproducir vídeo o audio, y repartir hasta 90W de energía a otros dispositivos conectados como smartphones u ordenadores portátiles.
De hecho, este monitor dispone de una función llamada Smart Power que identifica de forma inteligente el consumo de energía para distribuirla de manera más eficaz entre los dispositivos conectados mediante USB-C.
Estas son las principales características del USB-C, un conector con enormes posibilidades que nos permitirá disfrutar plenamente de nuestros dispositivos.