Una de las cosas más sabias que parece que todo el mundo tiene en mente es que la caja de cambios de un coche funciona con engranajes. Por desgracia esto se comprueba cuando metes una marcha y no pisas el embrague, momento en el que los dientes chirrían. Pero puede que la imagen que tú tengas en mente de lo que son esos engranajes difiera mucho de la realidad ya que las marchas no tienen los dientes rectos.
Al menos esto pasa en la mayoría de los modelos y los cuales tienen un tipo de engranaje conocido como helicoidal y hoy vas a aprender más sobre ellos.
Qué son los engranajes helicoidales
A día de hoy es de lo más sencillo ver un engranaje y no tienes más que encender tu teléfono móvil. Resulta anecdótico que digamos esto de un dispositivo que apenas tiene elementos mecánicos, pero lo cierto es que si estás buscando los ajustes de tu terminal lo tengas representado por un engranaje.
Y es que justo ese dibujo es el que tendrás en la mente cuando te imagines esta pieza, algo que dijeron un poco si echas un vistazo a la caja de cambios de tu coche. Si eres mecánico seguramente que sepas de lo que estamos hablando, pero es que hay poca gente que sepa lo que es un engranaje helicoidal.
Y es que estas piezas son las que se encuentran en la mayoría de cajas de cambio de los coches y destacan por ser piezas que en vez de rectas tienen los dientes colocados en diagonal. Parece un poco raro, pero si ves la pieza desde un lateral la verás como te imaginas, pero desde su alzado podrás ver cómo los dientes trazan una trayectoria en diagonal que les hacen coincidir también con los del resto de engranajes del sistema.
La caja de cambios con menos ruidos
El sistema mecánico de los cambios de marchas no son los mismos en función del tipo de coche que se construye. Para los que se utilizan en ciudad o carretera o, mejor dicho, para un uso convencional se utilizan este tipo de engranajes helicoidales. Son de los más balanceados y ofrecen la combinación perfecta entre potencia y confort. Y esto segundo es muy importante para un coche que vas a usar a diario, porque estos no suenan a menos que no pises el embrague a cada cambio. Esto también los hace más lentos.
Si nos vamos al dentado recto, es que más de uno piensa que lleva su vehículo, nos encontramos con un mecanismo de lo más potente. Gracias a ellos se gana fuerza para el coche, pero los cambios son más ruidosos. Por ese motivo, son perfectos para los coches de carreras, ya que se premia la potencia sobre el confort y en muchos casos suenan esos cambios de marca.
Y ahora que hablamos de coches de carreras, es importante señalar que el tipo de cambio que llevan son en muchos casos el llamado secuencial. Estos traen también muchas ventajas que solo se aplican a la rapidez que requiere un piloto, ya que el sistema hace que el la caja de cambios solo admite un movimiento para subir o bajar las marchas. Además, no es necesario el uso de un embrague, por lo que en los coches de competición esa rapidez también se premia. Y para más velocidad están las levas, un mecanismo neumático que permite cambiar de marcha con unos pulsadores colocados detrás del volante como ocurre en la Fórmula 1.
No te conviene cambiar el tipo de engranajes
Con todo esto sobre la mesa, los fans del motor seguramente querrían tener un cambio secuencial a uno manual en su caja de cambios. A menos que seas un especialista de la mecánica no te recomendamos hacer este cambio ya que el coste es altísimo y puedes dejar tu coche en el taller mucho tiempo, a menos que no te importe.
Pero los cambios secuenciales tienen una pega extra que si tienes que conocer. Vale que sean de los más interesantes para los amantes de la condición competitiva, pero debes tener en cuenta que son mecanismos muy exigentes a nivel de mantenimiento. Las revisiones deben ser rigurosas y cada poco tiempo para garantizar su correcto funcionamiento, por lo que si quieres que tu coche te dure y no vas a competir (lo que el ocurre a la gran mayoría de conductores) lo mejor es que te conformes con los engranajes helicoidales de las cajas clásicas.