Qué tipos de baterías hay en los coches eléctricos y cuándo hay que cambiarlas

La cuarta revolución industrial está aquí

La cuarta revolución industrial es la revolución ecológica y tecnológica, que viene a cubrir las necesidades de los seres humanos a través de un consumo responsable y frenar el cambio climático. Uno de los cambios más importantes son los coches eléctricos, abandonando el motor de combustión por uno eléctrico, pero ¿de qué están compuestos los motores y cuando hay que cambiar sus baterías? En este artículo lo vamos a ver.

A diferencia de los motores de combustión, donde prácticamente todos los coches tenían los mismos componentes debidos su buen funcionamiento, las baterías de los coches eléctricos están compuestas por diferentes minerales, materiales y tecnologías que responde a las innovaciones que han desarrollado los principales fabricantes. A continuación, vamos a sintetizar las alternativas eléctricas existentes en la actualidad.

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Níquel-cadmio

Es un tipo de tecnología que lleva bastante tiempo con nosotros a pesar de su alto coste y que tienen el denominado “efecto memoria”. Entre sus ventajas se destaca la capacidad de ciclo de carga, entre 1.500 y 2.000 cargas y descargas y una densidad de 40-60 WH/KG. Además, son baterías que no se rompen con facilidad y tienen un reciclado total, aunque tienes que cuidar de ella para no evitar el mencionado efecto memoria.

Entre sus desventajas, se destaca el alto de mantenimiento, su carácter contaminante en el caso de que no se reciclen correctamente y la pérdida de capacidad máxima si alcanza constantemente altas temperaturas.

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Níquel-hidruro metálico

Las baterías de Níquel-hidruro metálico son una tipología de baterías que más aceptación está cogiendo entre los coches eléctricos, ya que, tiene un reducido efecto memoria, además de eliminar todos los metales tóxicos para el ser humano y el medioambiente.

Ahora bien, son unas baterías que hoy en día no tiene una gran fiabilidad, no aguantan fuertes descargas y tienen menor resistencia a altas corrientes de carga. Además, su ciclo de batería es muy pequeño, entre los 300 y 500 ciclos de carga.

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Ion-litio

Las baterías de ion-litio son una de las baterías más recientes y que cuentan con una de las tecnologías más innovadoras para los coches eléctricos, debido a que tienen una gran capacidad energética y un ciclo de vida hasta de 1.200 cargas y descargas, con una densidad 100-250 WH/kg y lo más importante, no tiene necesidad de mantenimiento. Otra de sus ventajas es su rendimiento en un tamaño tan comedido, por lo que tiene una alta eficiencia y no tienen el temido efecto memoria.

Por contrapartida, este tipo de batería tiene un alto coste de producción, una gran fragilidad, así como la necesidad de un circuito de seguridad y el desarrollo de una tecnología compleja para almacenar su energía.

Ion-litio con cátodo de LiFePO4

El último tipo de batería de esta recopilación es la batería de Ion-litio con cátodo LiFePO4, que es una de las baterías que no utilizan minerales peligrosos como cobalto y una mayor estabilidad debido al uso del hierro. Entre sus ventajas, se destaca el ciclo de vida mayor que todas las mencionadas anteriormente, superior a las 2.000 cargas y descargas, sin necesidad de mantenimiento, siendo unas baterías seguras, estables y potentes. Ahora bien, tienen una densidad energética inferior a las alternativas mencionadas, en concreto, 90-100 WK/KG y un mayor coste.

Dentro de las baterías de Ion-litio, también se destacan las baterías de polímero de litio, que tienen una gran densidad eléctrica, además de ser ligeras, eficientes, sin efecto memoria y, un ciclo de vida aproximado a las 1.000 cargas y descargas. Sin embargo, tienen un alto precio en relación con el ciclo de vida que ofrece.

¿Cuándo hay que cambiar la batería de un coche eléctrico?

El funcionamiento de las baterías eléctricas es sencillo, ya que consiste en una batería que se va descargando conforme va entregando energía al motor eléctrico hasta que el porcentaje de ella es muy bajo y es necesario recargarlo.

El proceso de carga y descarga hace que las baterías se degraden, y es cuando será necesario reemplazar la batería, de la misma forma que ocurre con los teléfonos móviles y PC portátiles. Por tanto, para evitar la degradación rápida de la batería, es importante tener siempre el vehículo entre el 20 % y el 80 % de su capacidad. La duración media de las baterías tiene una duración media de 160.000 y 200.000 kilómetros, por lo que, una batería puede tener una vida útil en torno a siete u ocho años, dependiendo del cuidado y del uso que se realiza al vehículo. Una vez transcurrido esa distancia y haya realizado los mencionados ciclos de carga y descarga, la batería habrá perdido un 35 % de su capacidad, por lo que tiene un funcionamiento todavía eficiente, pero con una reducción de prestaciones considerables.

En el caso de que quieras cambiar la batería, el cambio de esta puede ser completo o parcial, es decir, puedes realizar un cambio de todas sus celdas eléctricas o solo aquellas que están afectadas.

A modo de conclusión, la transición hacia el mundo eléctrico es irreversible, solo el tiempo dirá cuando se producirá la democratización de las baterías y su acceso a todos los sectores de la población.

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