Los accidentes naturales son de las cosas que más teme el ser humano. Hemos visto la fuerza de la Tierra en diferentes expresiones, ya sea viento, agua o tierra. Y son muchos los intentos de la humanidad para luchar contra todos ellos con el fin de que resistirlas de todas formas. Para eso, la ciencia y la tecnología han sido cruciales para la construcción de cosas como los aisladores sísmicos.
Estos aparatos son la respuesta directa para que cualquier edificio pueda resistir en mayor o menor medida las sacudidas terrestres y es especialmente útil para esos lugares donde hay mucha actividad terrestre.
Los edificios que ‘se mueven’
Los arquitectos e ingenieros saben lo que cuesta diseñar y construir un edificio desde la base hasta el techo. Los cálculos deben ser precisos para que todo se ejecute a la perfección y no haya fallos estructurales a ninguna de las alturas que dispone una edificación. Pero como ocurre en todos los casos, todo parte de una buena base y en ocasiones los cimientos deben cumplir una serie de características más allá de que sean sólidos para construir.
El ejemplo más claro lo tenemos en esas localidades donde se pueden sufrir terremotos. Los movimientos de tierra son muy dañinos para todas las estructuras que se elevan del suelo, por lo que hay que usar otros métodos para evitar que un movimiento de tierra las tiene con independencia de la magnitud que tenga en la escala de Richter.
Aquí es donde entran en juego lo que se conocen como aisladores sísmicos, que son los encargados no solo de soportar todo el peso de la estructura, también de evitar que las vibraciones y movimientos resquebrajen la estructura total o parcialmente. En términos técnicos, su cometido es reducir la energía que se transmite del suelo a la estructura para que esta no reciba daño alguno. Además, si hay personas en su interior, lo más probable es que solamente sientan un pequeño movimiento, especialmente al principio, aunque todo dependerá de la fuerza del seísmo.
Así funciona un aislador sísmico
Antes de entender cómo funciona el aislador sísmico es importante saber cómo se produce el movimiento de tierra. Resulta que estos se mueven hacia los laterales, como si sacudieran la tierra de lado a lado. Los efectos los hemos visto cuando se han producido de manera violenta y a gran escala, llegando resquebrajar carreteras o tumbar todo tipo de estructuras que no tengan un dispositivo de seguridad como el que te vamos a presentar, ya que los efectos pueden ser nefastos.
Pero vamos a ponernos en el mejor de los casos, esos en los que un edificio cuenta con un sistema de aislamiento físico con el que proteger toda la estructura. Para empezar, estos componentes no se colocan al azar, sino que tiene cada uno una posición estratégica para reducir la energía del terremoto. De ahí que estén construidos con materiales fuertes como son las placas de acero y goma además de un relleno de plomo con el que soportar mejor la estructura.
El sistema de placas se superponen uno encima de otros siendo hasta compactarse en dos que se ponen arriba y abajo de la estructura, mientras que la superior está anclada con unos pernos que sujetan el edificio desde abajo. También existen otros que tienen formas como si fueran de bola, los cuales se llaman amortiguadores de masa sintonizada que tienen un efecto parecido para mantener la estabilidad del edificio.
Al final, lo que se consigue es que el edificio se mantenga en una posición, mientras que la superficie anclada al suelo es la que se mueve con él. El resto de elementos son los encargados de restar la energía de la que te hablábamos antes en todas direcciones y consiguiendo que la superficie quede intacta. Una vez acabado el seísmo, todo vuelve a su posición normal, como si no hubiera pasado nada (tanto que se puede reducir un 80% de la vibración).
Por supuesto, este sistema de sujeción suele ser más caro y ha de instalarse en los inicios de la construcción ya que normalmente se instalan en los pilares de los edificios. Por supuesto, su presencia es mayor en países donde la actividad sísmica es frecuente, por lo que no todas las ciudades cuentan con este sistema en sus edificios.
